XIII

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Harry's pov

Sentí las manos sudarme, y por mi espalda recorrer el famoso escalofrío. Ella estaba con Adam, y eso no me gusta.

Alannis, la hija de Cliff, mi entrenador personal, me había pedido ayuda para su proyecto sobre Europa, y nosotros, al viajar a casi todos los países Europeos, habíamos aceptado ayudarla, pero como estábamos aburridos le dije que podíamos salir a cenar un día. Ella obviamente dijo que sí queriendo pasar tiempo con todos nosotros, pero al final y al cabo terminamos viniendo sólo ella y yo.

— ¡Hermano! –saludó Adam en cuanto llegué a ellos.

Pude ver la incomodidad de Ariana, así que me aprovecharía de ello.

— Adam —choqué mi puño con él.

Ví una silla vacía en la mesa de al lado, así que la tomé y la puse al lado de Ariana.

— Hola, muñeca –le dije sonriendo.

Su rostro se tornó rojo, pero no supe si era de furia o de vergüenza.

— Harry –dijo entre dientes.

— ¡Qué coincidencia encontrarnos aquí! –dije con una falsa emoción sólo captada por ella.

— Sí. ¿Te sientas con nosotros? Puedes traer a tu chica –propuso Adam.

Asentí para luego hacerle una seña a Alannis. Ella tomó su bolso de mano y caminó hacía nosotros. Tomé otra de las sillas de la mesa de al lado, y la coloqué a mi lado izquierdo, quedando así ella entre Adam y yo, y justo al frente de una Ariana con cara de pocos amigos.

— Ali, ellos son Ariana y Adam –les presenté.

— Alannis Beverly, mucho gusto –dijo ella sonriendo.

Adam le dio un beso en la mejilla, mientras Ariana un saludo poco cortés de mano.

— ¿Estaban en una cita? Lamento si interrumpimos –les dije.

— No te preocupes, Ariana fue la de la idea –dijo Adam.

Le sonreí a mi chica, mientras ella sólo fruncía el ceño hacia Adam.

— Eso es muy cortés, cariño –le dije en un guiño.

Ví al mesero acercarse a la mesa, y colocar nuestros platos de cena.

— Aquí tiene su cena, Señor Styles. Provecho –dijo el amable hombre.

— Y Adam, ¿qué tal Maroon 5? –preguntó Alannis.

Sentí la pierna de Ariana moverse bajo la mesa, y no sé en que momento, mi mano se había colocado en su rodilla. 

Su tenedor cayó el la mesa de una manera ensordecedora, por lo que todos voltearon a verla.

— Lo siento, calambre –dijo encogiéndose de hombros.

Su mano se coló bajo la mesa, y tomó la mía en un intento de apartarla, así que aproveché para tomarla. Sus uñas se introdujeron en mi piel, y a pesar de que escocía, no la solté.

Adam y Alannis se encargaron de la conversación toda la noche, mientras yo disfrutaba de tomar la única mano que quiero juntar con la mía.

Cuando los platos de cena fueron retirados, el mesero se acercó nuevamente con un postre de helado.

— ¿Qué harán por el resto de la noche? –pregunté yo mientras metía una cucharada de helado en mi boca.

— No sé, ¿podríamos ir a bailar? –propuso Adam.

— Yo estoy de acuerdo –dijo Al.

— ¿Tú nena? –miré a Ariana.

Su uña se introdujo por séptima vez en mi mano, al llamarla "nena".

— Debo madrugar mañana. Lo siento –dijo suavemente.

Sabía que no debe hacerlo, simplemente no quiere pasar tiempo conmigo.

— Oh, bueno. ¿Te parece si te voy a dejar al final del postre? –preguntó Adam.

La ví dudar un momento.

— Sí. Los chicos no me dejaron traer el auto –aceptó.

— ¿Qué chicos? –pregunté sintiéndome celoso.

— Liam y Zayn. Ellos arreglaron nuestra cita –respondió Adam bajando la cuchara al plato de helado.

Malditos hijos de la madre. Me la van a pagar y bien cara.

— Ohh. Bueno –dije forzadamente.

Cuando terminamos el postre, Adam se puso de pie para partir con Ariana, pero antes de poder hablar, su celular empezó a sonar con una canción de Coldplay.

— Discúlpame un momento cariño –le dijo a Ariana, mientras caminaba a la salida.

Alannis se arrimó a ella y ambas empezaron a caminar hacía allí también, hablando sobre su disco. Las seguí a mi distancia.

Cuando estuvimos afuera, Adam se acercó a nosotros con un gesto preocupado.

— Harry, ¿crees que puedas llevar a Ariana a su casa? Mickey está ebrio en un bar y Jesse no puede controlarlo –me pidió.

Ví a Ariana hacer una pequeña mueca, mientras que mi yo interior celebraba. No habría beso de despedida entre ellos.

— Por supuesto. Suerte con los borrachos –le palmeé el hombro.

Adam prácticamente corrió hacia su auto y partió dejando polvo.

Ariana nos siguió hasta mi Audi con un gesto cansado.

— Señoritas –hice una reverencia abriendo las puertas para ambas.

Alannis conociéndome bien, entró por la puerta trasera dejándole a Ariana la única opción de sentarse en el copiloto.

Cerré las puertas, y corrí hasta el asiento, para luego sentarme y partir del lugar.

Ariana se la pasó mirando la ventana todo el camino, así que preferí no molestarla. Su casa era la más cercana, así que aunque no quería dejarla antes, tuve que hacerlo.

Bobby abrió el portón eléctrico, permitiéndonos entrar a la mansión. Después de unos cuantos metros, llegué a la entrada. Bloqueé su puerta entes de que pudiera abrirla, y bajé del auto para abrírsela. Ella me suspiró en cuanto la ayudé a salir.

— Gracias por traerme –dijo con cansancio.

— No es nada, amor –le guiñé el ojo.

— Harry, no soy tu amor –dijo entre dientes.

— Créeme que lo eres.

— Bien, adiós –dijo empezando a caminar.

— Oh no. Esa no es forma de despedirse –negué tomándola del brazo.

— Para alguien como tú y yo, lo es –susurró tratando de soltarse.

— Nunca olvides esto entonces, porque así me saludarás y te despedirás de mi. Siempre –le dije antes de atraerla a mí y besarla.

Este sí es el mejor beso de despedida

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Este sí es el mejor beso de despedida.

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