XXV

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Ariana's POV

Harry me presionó contra la puerta de los sanitarios femeninos en cuanto entramos. Su boca hizo posición de la mía rápidamente, sin perder tiempo. Extrañaba esto. Mentiría si no lo hice.

Soltó un ronco gemido cuando toqué su tatuaje de la mariposa bajo la camisa. Sudaba. Podía sentir mi mano resbalar.

Él me empujó hacia arriba, haciendo que enroscara mis piernas alrededor de sus caderas, y presionó lo suficiente, ahí, su abultada zona contra mí, haciéndome jadear y desearlo con desesperación.

Abrí los botones de su camisa al ritmo que mis manos lo permitieron, mientras mordía su labio. Él gruñó salvajemente y me presionó aún más contra su cuerpo y la pared, mientras sus manos exploraban debajo de el suéter.

Cuando por fin logré acabar con todos los botones, empujé la camisa por sus hombros, sin embargo no pude bajarla más que a los bíceps.

— Nena, de verdad quiero hacer el amor contigo, pero quiero esperar hasta que lleguemos a mi casa –susurró arrastrando las palabras.

— Pero Harry... –me quejé.

— Por favor cielo. Esto es contra mi voluntad, pero es lo mejor. ¿Sí bebé? –insistió.

— Bueno, pero no me dejes con las ganas –le dije bajando mis piernas de sus caderas.

— Bien. Ahora tengo que procurar no verte. No quiero tener las bolas moradas cada segundo, con sólo verte en mi suéter –dijo haciéndome reír.

Caminó hasta el espejo y se empezó a abrochar la camisa.

— Te amo bonito –dije acercándome a él para darle un beso en los labios.

— Y yo a ti mi princesa –dijo dándome uno de vuelta–. ¿Te parece si vamos a desayunar a Toast?

— Eso no se pregunta –sonreí como boba, mientras lo jalaba hacía afuera de los sanitarios.

Él tomó mi mano durante todo el camino al aparcamiento. Varias personas nos miraban y murmuraban cosas al ver nuestras manos unidas, y puedo jurar que el chisme de que estamos juntos es más fuerte ahora.

Harry abrió la puerta del copiloto de su auto para mí, y luego la cerró suavemente cuando ya estuve arriba. Se dio la vuelta y entró al piloto para emprender viaje a mi restaurante favorito en todo el mundo.

Durante el trayecto no muy lejano, nos la pasamos escuchando música que transmitían por la radio, desde One Republic hasta Maroon 5, lo que me hizo recordarme de Adam. ¿Qué será de él?

Harry aparcó en uno de los espacios libres en el aparcamiento de Toast, y bajó para abrirme la puerta. Le di un besito, y luego tomé su mano para entrar al local.

No habían muchas personas dentro, lo que nos resultó agradable, ya que no tendríamos que comer incómodamente mientras nos observaban.

El maître nos ubicó en una mesa cerca del jardín trasero, así que teníamos una agradable vista.

— En breve les traeremos la carta. ¿Desean algo de tomar? –preguntó amablemente.

— Quiero una taza de café sin nada, por favor –pidió Harry.

— Yo quiero lo mismo, pero con dos de azúcar y una gotita de leche –ordené.

El mesero asintió antes de desaparecer de nuestras vistas.

— ¿No es hermoso? Desayunar juntos, como una pareja de enamorados... –dije soñadoramente.

Harry me miró y esbozó una hermosa sonrisa, sólo para mí.

— Aquí lo hermoso eres tú –dijo haciéndome sonrojar.

— No soy hermosa –le dije bajando la mirada.

— ¿Quieres una prueba? –preguntó maliciosamente.

— No.. –dije, pero antes de terminar la frase, él se había puesto de pie y comenzado a gritar:

— ¡Alguien que le haga entender a esta señorita que es hermosa, perfecta! ¡Te amo locamente Ariana!

Si antes estaba sonrojada, ahora estaba roja como un tomate. Las personas que estaban en el lugar, se voltearon a vernos con una sonrisa, y empezaron a aplaudir a Harry, quién me miraba sonriendo como idiota.

— ¡No puedo creer que hicieras eso! –chillé bajito, jalándolo de nuevo al asiento.

— Tú querías una prueba –sonrió encogiéndose de hombros.

— Eres tonto –reí nerviosamente.

El mesero se acercó con nuestros cafés y los menús en mano. Nos sonrió amablemente y los colocó en frente nuestro.

— Disculpen la tardanza. Estaré en la esquina, me hacen una seña cuando decidan que van a ordenar –dijo el hombre.

Harry tomó en menú en sus manos, y empezó a ver que comería, pero como yo sé cada cosa que venden aquí, me dediqué a mirarle.

— ¿Que tan buenos son los waffles aquí? –me preguntó.

— Los mejores –sonreí orgullosamente.

Él sonrió y le hizo seña al mesero. El hombre se acercó con una sonrisa y sacó su libreta.

— Dos de waffles. Uno con crema de fresa y... –miré a Harry para que continuara.

— Con banana y fresas –dijo.

El mesero asintió y se alejó hacia la cocina.

— ¿Banana y fresas? –me burlé.

— Adoro la banana –se encogió de hombros.

— Eso es repugnante –le miré espantada.

— ¿Por qué? –arqueó una ceja.

— Porque eres hombre. A los hombres les gusta normalmente la papaya... Ya sabes –dije obvia.

— ¿Tiene algo de malo que me...? ¡Ohh! ¡Eres una sucia! –chilló cubriéndose la boca.

Sus mejillas se pusieron de un tono rojizo, haciéndolo ver aún más tierno de lo que es.

— ¡Yo no soy sucia! –negué riendo.

— Has puesto esos feos pensamientos en mí, eres verdaderamente sucia –me acusó.

— ¿Seguro? ¿Quién me arrastró a los baños y me metió mano? —le acusé también.

— Eso fue porque tú querías –se excusó.

— Yo no estaba presionándome contra la pared –le recordé.

— No juegas limpio nunca –negó.

Sonreí por mi victoria.

— Te amo.. Aunque te gusten las bananas –le molesté.

— Y yo a ti.. Aunque no te gusten las bananas –dijo devolviéndome la broma.

Ambos reímos tontamente, para luego ver al mesero venir con nuestros desayunos. Luego de que los pusiera en la mesa, ambos comimos tranquilamente, hablando cosas tontas como sólo él y yo podíamos hacerlo. Con amor y paz. Y tal vez una pizca de bromas.

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N/A: Tal vez algunas no entendieron lo de la papaya, porque supongo que no en todos los países se conoce esa fruta por ese nombre. La Papaya es una fruta que crece en unos árboles parecidos a las palmeras (?) y la razón por la que Ariana dice eso, es porque cuando uno la parte a la mitad, tiene un aspecto de... *Ejem*.. vagina... Y pues, sus semillas son negras, y dan aspecto de cuando no te rasuras XD

We 2: Be my Baby ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora