𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐂𝐑𝐔𝐙𝐀𝐃𝐎━━━━𝐈𝐧𝐚𝐳𝐮𝐦𝐚 𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧²

Capítulo 33

"ITALIANOS"

—Así que mañana vamos a jugar el último partido de la liguilla pre-eliminar contra Orfeo, recordad que solo los dos primeros equipos de cada grupo pasan a la fase final—. Dijo Zaira.

—Aquí está la clasificación del grupo, la selección inglesa que ha perdido demasiado, ya ha jugado todos sus encuentros, al resto de los equipos todavía les falta por jugar un partido. Con siete puntos por dos victorias y un empate está Orfeo la selección nacional de Italia. En segundo lugar con dos victorias y una derrota estamos nosotros, Inazuma Japón, con seis puntos. Tercer lugar con cuatro puntos por una victoria, un empate y una derrota está Unicorn, el equipo estadounidense.

< Inazuma japón está Segundo, pero si en su último partido Unicorn, vence a los emperadores, la selección Argentina. Sumarán tres puntos más y llegarían a los siete puntos. si perdemos contra Orfeo, nos quedaremos con los seis puntos que ya tenemos, así que Unicorn nos superaría y serían ellos los que pasasen al torneo de la fase final. E incluso aunque empatásemos contra Orfeo, estaríamos empatados con Unicorn a siete puntos, así que tendríamos que jugar un partido de desempate para clasificarnos—. Terminó de explicar Celia.

—Lo que quieres decir, es que para clasificarnos a la fase final lo mejor es ganar el partido de mañana y evitarnos más problemas, ¿no?—. Resumí.

—Exacto, y tú debes prepararte porque en media hora tienes una entrevista—. Me señaló Silvia.

—No sé por qué habéis aceptado esa mierda—. Suspiré.

Me levanté de la silla despidiéndome en voz alta y subí a bañarme y arreglarme.

Celia se había puesto tan pesada que había dejado que me maquillase levemente.

Me puso unos tejanos negros altos y una blusa blanca que solo llegaba hasta el comienzo de mi ombligo.

Me dejé el pelo suelto y volví a bajar.

En la sala solo estaban Jude y David.

—Me voy chicos—. Les di un beso en la mejilla a ambos.

—Vas muy guapa—. Alagó David.

—Recuerda no responder preguntas que no quieras—. Me dijo Jude.

—Que si—. Salí del albergue con el chofer que la prenda había enviado y me acercó al plató.

No estaba nerviosa por ir y que me grabasen, estaba nerviosa por la barbaridad de preguntas que podrían llegar a hacer.

Me senté en el sofá frente a la periodista y le regalé una sonrisa deslumbrante a la cámara.

—Hola buenos días, tardes o noches. Hoy tenemos a una invitada especial, la futbolista del momento, ni más ni menos que la Reina de los delanteros, Arianna Sharp.

Sonreí y saludé a la cámara.

—Está bien Arianna, esto consiste en un simple preguntas y respuestas realizadas por tus fans y seguidores de tu selección. Empecemos.

—¿Desde cuando juegas fútbol y qué te llevó a ello?

Sonreí a boca cerrada sin poder evitarlo—. Juego fútbol desde muy pequeña, mi hermano Jude siempre se la pasaba en el jardín con el balón o entrenando, hasta que terminó contagiándome su pasión por el deporte.

—Eso es muy bonito—. Ella también sonrió—. ¿Crees poder vencer a Orfeo?

—Ambas somos muy buenas selecciones y creo que es bastante igualado, simplemente diré que gane el mejor.

—Bien, esta pregunta es más personal, ¿Estás saliendo con Erik Eagle?

Joder, pensé que tardaría más en preguntar.

Me aclaré la garganta y respondí—. No, somos amigos desde hace mucho tiempo y no hay nada entre él y yo más que amistad.

Ella se vio satisfecha y bajó otra pregunta en su tablet—. Entonces sí que no puedes negar tu antigua relación con Leonardo Almeida, el centro campista de Brasil, con el que discutías en vía pública hace menos de dos días.

Esperé que me preguntaran todo menos eso, porque realmente nunca habíamos tenido una relación, simplemente me llevó a mi casa un día que me sentía mal durante un torneo. No me molestó que mal pensaran la situación, porque literalmente Almeida detuvo el partido para poder sacarme del campo y llevarme a casa, me encontraba realmente mal.

Lo que me molestaba era que pese a que ya habíamos salido a aclarar esto hace unos años, todavía seguían los rumores de nuestra relación que nunca existió.

—Si puedo negarla porque nunca hubo nada, y creo que ya tanto él como yo hemos hablado de esto en reiteradas ocasiones—. Contesté un poco menos simpática que las anteriores veces.

—Ya, que me dices de la discusión de hace unos días—. Rodé los ojos sin poder evitarlo.

—Ambos veníamos enfadados de algún lugar y chocamos, entonces nos culpamos el uno al otro por el choque, no hay más—. Ingenié rápidamente.

—Oh, está bien. ¿Cómo llevas la fama?

Siguió preguntando y yo respondiendo, me comenzaba a aburrir, llevaba al rededor de media hora aquí.

La periodista asintió a la última respuesta que le di y sonrió con ganas, algo que me preocupó.

—Tenemos otro invitado especial para hacer más divertida la entrevista, ¿quieres intentar adivinar quién es?

En el momento se me ocurrieron desde Dylan Keats, hasta el propio Leonardo.

Pero nunca que Paolo Bianchi cruzaría esas dos puertas.

Aplausos llenaron el plató y el meteoro blanco me tendió la mano como saludo, la acepté y vi como se sentaba a mi lado.

En lugar de hacer la entrevista más divertida lo único que había logrado era ponerme nerviosa durante el resto de ella.

Paolo era un chico divertido y sin duda atractivo, y que coqueteara conmigo libremente en una rueda de prensa solo conseguía hacer que me quedase muda.

Eran pocas las veces que lograba formular dos frases seguidas, y eso me exasperaba, ningún hombre me había dejado sin palabras tanto tiempo, y Paolo lo estaba consiguiendo.

—Hacéis buena pareja, enserio os lo digo—. Dijo la periodista, con una sonrisa sincera.

—¿Tú crees?—. Respondió Paolo, mientras me miraba con una media sonrisa.

Claro que lo creía, y si seguía actuando de esa manera no podría auto controlarme mucho más tiempo.

—No lo sé, no me gustan los Italianos—. Bromeé.

—Ya veo, prefieres los japoneses, ¿verdad?—. Murmuró de forma que solo yo lo oyera, todavía no quitaba esa sonrisa de su cara, me estaba vacilando y llevaba así un buen rato.

—Definitivamente prefiero a los Italianos—. Le murmuré de vuelta, contestando por primera vez a una de sus indirectas muy directas.