24.

153 12 74
                                    

Cambio de genero.

(💙👗)

— ¡ES MINATO-KUN!— grito una voz chillona muy emocionada.

— ¡KYAA! ¡ESTA TAN LINDO HOY!.

— ¡SIEMPRE ESTA HERMOSO!.

— ¡NUESTRO PRÍNCIPE~!

— ¡MINATO-KUN POR FAVOR VOLTEA AQUÍ!.

— ¡DEJAME ACOMPAÑARTE A CLASES!.

— ¡VERTE ME HACE DARME CUENTA QUE ESTOY EN EL CIELO!.

— ¡DESEARÍA SER TU PIJAMA!.

El chico de cabello rubio atado a una coleta baja que terminaba en un rombo sobre su rombo, vestía a la moda haciéndolo ver tan bien. Volteó mostrando sus hermosos ojos azules cielo.

— Ohh cielos, lo siento, estaba distraído— sonrió amablemente—. Buenos días a todas.

— ¡KYAAAAAAAAAAAA~~!— gritaron emocionadas todas las chicas que se amontonaron para ver llegar Minato Gotokuji.

Minato siguió su camino aun caminando volviendo su vista a su celular viendo el último mensaje enviado.

Beemie 💙

“¡Espérame en la entrada de la puerta! ¡Es súperimpermegaultragokuexpremadamente importante! ╰⁠(⁠^⁠3⁠^⁠)⁠╯”

— Me preguntó que sera~ jeje— río levemente parándose aun lado de la puerta.

Aprovecho para saludar a sus compañeros que entraban y le decían "Buenos días", el como niño educado que era devolvía ese saludo feliz.

— ¡MINATO~~!— escuchó una dulce voz acercándose a su dirección.

Al voltear sonrió viendo a una linda y pequeña rubia de cabello hasta sus hombros algo alborotado y ondulado peinado con sus dedos seguramente, ojos azules oscuro, vestía una sudadera azul con capucha blanca, una falda de mezclilla con un short negro debajo que apenas se veía, una medias blanca con unos tenis azules, corría entusiasmada en su dirección.

En menos de un segundo la adorable rubia se estrelló contra el en un fuerte abrazo, ella frotó su rostro en su pecho emitiendo tiernos sonidos.

— Buenos días Beemar, parece que amaneciste con energías— saludó educadamente con una sonrisa y dándole caricias a Beemar.

— ¡Verte siempre me da energías! Ahora puedo empezar mi día con toda alegría— se separó dando un brinco animado con una sonrisa energética.

Minato se sonrojó un poco por sus palabras pero mantuvo su sonrisa amable, deslumbrando a Beemar que miró maravillada el aura pura de Minato, su mirada cayó en un objeto en el bolsillo de su amado.

Los ojos brillantes de Beemar se apagaron amenazadoramente y todo lo que se reflejaba era esa interesante carta rosada con olor a perfume barato.

— ¿Y esa carta?— cuestionó directamente sonríendo neutral, por poco y tenía un tic en su ojo.

Minato parpadeó confundido pero luego entendió a que se refería y saco el objeto de su bolsillo, Beemar arrugó la nariz viendo mejor esa cartita tan bien decorada aunque la letra no era tan exquisita como la suya.

— ¿Te refieres a esta carta? Pues cuando venía a la escuela una chica me detuvo y se me declaró— relató algo avergonzado mientras acariciaba su nunca con una sonrisa nerviosa.

— ¿Se te declaró...?— cuestionó fríamente perdiendo la sonrisa y su mirada azul oscuro se volvió de alguna manera mas oscura.

Minato asintio aun sonriendo.

La Declaración Donde viven las historias. Descúbrelo ahora