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Familia Matsubara: El pariente desconocido ¿Y un amigo?.

Advertencia; Cap largo.

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La velocidad de Bellota disminuyó cuando finalmente llegó al edificio de apartamentos donde vivía, paso por recepción saludando al guardía de allí y entro al elevador presionando repetidas veces el piso 8.

La breve charla con su madre aun estaba presente en su cabeza...

“— Bueno... Resulta que estábamos por ir a comprar las cosas para cenar pero tocaron la puerta, al abrirla ¡No te imaginarás mi sorpresa! Estaba tu abuela Mika detras de ella junto a su compañero, por favor cariño, lamento interrumpirte ahora pero ven a casa a ver a tu abuelita.”

Su abuela Mika estaba en su casa. Mentiría si dijera que no estaba emocionada por ver cómo lucirá ahora luego de años sin enviar una foto de ella, jamas logro llegarla a conocer mas que por una llamada de 1 minuto como máximo pero sabía que era buena onda.

Su padre no hablaba mucho de su abuela Mika, nisiquiera su abuelo antes de morir la mencionó una sola vez. Lo poco que su padre dijo de su madre era que siempre fue una mujer a la cual su corazón pertenecía a los viajes, una mujer valiente y tenaz, capaz de atravesar desiertos por simple diversión y que no le temia a nadie, una mujer de voluntad indestructible.

Ese breve explicación solo hizo que Bellota la admirada un poco pero después de eso no supo el porqué su abuela jamas aparecía o porque su padre no hablaba de su abuela. Jamás indagó en el tema ya que parecía ser delicado para su papa.

Finalmente el ascensor se detuvo en su piso y salió corriendo y casi atropellando al conserje en ese camino, mala idea salir corriendo ya que terminó chocando con alguien antes de llegar a su puerta.

— La puta que me re mil...— murmuraron tanto Bellota como el chico con el que choco, ninguno terminó el insulto.

Los ojos verde lima miraron al chico con el que choco, no era nadie que conociera y jamas lo vió por el edificio ¿Talvez era nuevo? Posiblemente vino a vivir aquí con su familia.

No era feo, en lo absoluto. Su cabello era castaño oscuro alborotado, pequeñas pecas sus mejillas, ojos negros profundos y elegantes, su piel parecía un poco bronceada, también usaba una camiseta simple gris y por encima una chaqueta de cuero negra, pantalones jean negros y unas converce grises.

— Una foto dura mas, preciosa— dijo simpáticamente con una sonrisa altanera.

El chico se levantó extendiendole la mano con una sonrisa amable.

Bellota levantó una ceja por su acento. No podía identificarlo, no conocía mucho de geografía pero estaba segura de que ese idioma era español latino.

— Deberías ver por donde vas— se levantó ignorando su ayuda, se limpió el polvo.

— ¿Disculpa? Pero si la que iba corriendo eras tu, no vivo en este lugar pero se que no se corre en los pasillos— el chico le dedicó una mirada llena de humor, parecía alguien bueno.

— ¿No viv—¡Ugh! Cómo sea, tengo cosas mas importantes que hacer— rodo los ojos y pasa aun lado del chico directo a la puerta que la llevaría a su departamento.

Sintió que la seguía en de cerca, ahora estaba empezando a pensar que se trataba de algun acosador o un ladrón, cualquiera que sea igual recibiría un golpe que hasta sus ancestros sentirían.

Finalmente, cuando estuvo frente a su puerta volteó a ver al chico castaño que la miraba con curiosidad y su postura era fastidiosamente relajada.

— Oh...— es todo lo que pronunció para luego ver la puerta.

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