09.

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Jennie regresó a su casa después de la maravillosa cita con Lisa. Aunque estaba agotada por la emoción y la felicidad de la noche, le resultaba difícil conciliar el sueño. No podía evitar sonreír cada vez que recordaba los momentos especiales que compartieron juntas.

Se recostó en su cama, mirando al techo y suspirando de felicidad. Su mente estaba llena de pensamientos sobre Lisa y la conexión especial que habían desarrollado. Cada gesto, cada palabra y cada mirada entre ellas se grabaron en su memoria, y Jennie sabía que esta cita había marcado el comienzo de algo hermoso.

Finalmente, después de dar vueltas en la cama durante un tiempo, Jennie cerró los ojos y se dejó llevar por los dulces sueños que seguro estarían llenos de momentos compartidos con Lisa.

... 

Jennie estaba en su asiento, preocupación reflejada en su rostro, habían pasado dos horas y Lalisa aún no llegaba a clase. 

''¿Le habrá pasado algo?'' Pensaba desesperada la menor. 

Sin poder evitarlo, se acercó a Rosé, la mejor amiga de Lisa.

—D–disculpa. —llamó la castaña a la rubia la cual volteó curiosa. 

—¿Te puedo ayudar en algo?. —la mayor le ofreció una linda sonrisa, Jennie se sentía algo intimidada. 

—L–lo que pasa es que Lisa no ha venido y–y yo estoy preocupada. —sintió aún mas nervios cuando la mayor parecía analizarla.

—Espera, ¿Tu eres Jennie, no?. —la castaña asintió.—¡Oh, claro! Dios, Lisa no para de hablar de ti.—la menor sintió sangre subir a su rostro y empezó a jugar con sus manos. —Me dijo que eras linda, pero es que no pensé que tanto. Nunca te había visto bien.

Jennie se sonrojó aún más ante los elogios de Rosé y bajó la mirada tímidamente. La preocupación por Lisa seguía pesando en su mente, pero al menos ahora tenía la atención de la amiga de la mayor.

—Gracias... —murmuró Jennie, luchando por encontrar las palabras adecuadas—. Lisa es importante para mí, y estoy preocupada por ella. ¿Sabes si le ha pasado algo?

Rosé frunció el ceño y se mordió el labio inferior.—Bueno, sé que está enferma porque hoy me lo contó. Lo que no sé es que tan grave esté, ella no me quiso contar a pesar de que le insistí. —Jennie asintió con una expresión preocupada.

—¿Sabes que tiene?. —tenía mucho miedo de que la mayor estuviese grave.

—Una gripe y dolor de garganta, yo ayer le dije que no se bañara con agua fría en la madrugada pero no me hizo caso. —Jennie no sabía si reír o regañar a Lisa por hacer eso.

Aunque se sintió aliviada al escuchar que la enfermedad de Lisa no parecía ser grave, pero aún así estaba preocupada por su bienestar.

—Gracias por decirme, Rosé. Voy a ver si puedo hablar con ella o llevarle algo para que se sienta mejor. Si necesitas ayuda en algo, no dudes en decírmelo.

Rosé asintió con agradecimiento.

—Eres muy amable, Jennie. Estoy segura de que Lisa apreciará mucho tu preocupación.—le dijo la rubia con una bonita sonrisa en su rostro, Jennie estaba sorprendida los cercanos de Lalisa eran muy amables.

—Está bien, gracias por decirme estoy un poco más tranquila. —suspiró, estaba más calmada. Rosé la miró, Lisa no mentía cuando decía que era una chica adorable. 

Lisa supo escoger.

... 

Jennie por fin estaba en casa, estuvo toda la mañana queriendo que se terminara la jornada. Agarró unas galletas, una sopa de papa y algo de medicina.

Nerd. -Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora