Nerd. -Jenlisa.

23.

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Estaban a semanas de los malditos exámenes finales, a pesar de que Jennie y Lisa tuviesen una beca y lugar en la universidad asegurados no quitaba el hecho de que sacar una mala nota en aquellas pruebas podía definir mucho su futuro.

Por el lado de Jennie iban a ser días como cualquier otro, no le daba mucha relevancia ya que sabía que le iba a ir bien. Pero Lisa.

Lisa se sentía abrumada por la presión de los exámenes finales. A pesar de ser una atleta talentosa y dedicada, las áreas académicas que le resultaban difíciles le generaban una gran ansiedad. Se esforzaba al máximo para mantener un equilibrio entre sus entrenamientos y sus estudios, pero a medida que se acercaba la fecha de los exámenes, la tensión se volvía palpable.

Jennie, al notar la preocupación de Lisa, decidió ofrecerle su ayuda. Sabía que, aunque Lisa era increíblemente inteligente, a veces solo necesitaba un poco de apoyo adicional para comprender ciertos temas. Así que, con paciencia y cariño, Jennie se convirtió en la tutora personal de Lisa.

—Nini no sé que voy a hacer, esta semana va a ser muy difícil y si no saco buenos resultados como mínimo puede perjudicar en mi beca. —comentó Lisa estresada.

—Lili, no te estreses. —Jennie le sonrió de forma reconfortante. —Yo voy a ayudarte a estudiar, sirve de que yo también estudio.

—¿D−de verdad lo harías?. —preguntó Lalisa con ojos brillantes hacia su novia.

—Claro que si, va a ser igual a cuando nos conocimos ¿Lo recuerdas? Me hablaste para que te ayudará en Biología e Historia, solo para una prueba diagnóstica que iban a hacer. —Lalisa abrazó con fuerza a su novia y besó su cabeza.

—Dios, te quiero tanto, te adoro. —murmuró Lisa contra el cabello de Jennie, y apretó la cintura de la menor la cual soltó un leve gemido por el contacto. Lisa amaba escuchar los quejidos de Jennie al hacer esto, la castaña era verdaderamente sensible.

—L–Lisa, sabes que cuando haces eso me dan cosquillas. —Lisa volvió a apretar y Jennie soltó otro gemido. —¡L−Lisa!. —le regañó. —No me hagas cosquillas, boba.

—¿Cosquillas? ¿Estás segura de que son cosquillas?. —Jennie al entender a lo que su novia se refería se sonrojó profundamente. 

El rostro de Jennie se encendió en un tono rojo brillante mientras Lisa se apartaba un poco para mirarla a los ojos, una sonrisa juguetona bailaba en sus labios.

—Oh, definitivamente no son cosquillas. —La voz de Lisa bajó una octava y su mirada se volvió intensa, llena de deseo y picardía.

Jennie sintió cómo su corazón comenzaba a latir más rápido mientras Lisa continuaba mirándola con esa intensidad. De repente, el aire a su alrededor parecía cargado de electricidad, y un hormigueo recorrió su espina dorsal. Lisa se acercó lentamente, sus ojos no dejaban los de Jennie, y finalmente, sus labios se encontraron en un beso apasionado y profundo.

Jennie se dejó llevar por el beso, sintiendo la suavidad de los labios de Lisa contra los suyos. La mano de Lisa se deslizó suavemente por la espalda de Jennie, enviando escalofríos a través de su piel. La otra mano de Lisa encontró su camino hacia la nuca de Jennie, donde jugueteó con los mechones de su cabello mientras profundizaba el beso.

El mundo exterior desapareció para Jennie en ese momento. Todo lo que importaba era la calidez de Lisa, la suavidad de sus labios, y el amor apasionado que compartían. Se perdieron en el beso, uniendo sus almas en un vínculo íntimo y eterno.