La noche avanzó con calma, y mientras Jennie se encontraba en su habitación, no podía evitar pensar en Lisa. Cada vez que cerraba los ojos, su mente se llenaba de imágenes de la mayor, su sonrisa radiante, su mirada cálida y sus palabras amables. Se preguntaba si Lisa también estaría pensando en ella.
Por otro lado, Lisa estaba en su propia habitación, mirando fijamente el techo. Había disfrutado cada momento en casa de Jennie y ansiaba el día en que podían compartir más tiempo juntas. Su corazón latía con fuerza, y aunque no estaba segura de cómo Jennie sentía acerca de ella, sabía que no quería perder la conexión especial que habían desarrollado.
Días después, Jennie y Lisa continuaron sus lecciones de historia. Cada encuentro era una oportunidad para aprender y crecer juntas. A medida que compartían sus pensamientos, emociones y experiencias, su vínculo se fortalecía. La química entre ellas era innegable, pero ninguno de los dos se atrevía a mencionar lo que sentían.
Una tarde, mientras estudiaban en la habitación de Jennie, Lisa notó un libro en el estante que le llamó la atención. Era un libro de poesía, y Lisa no pudo resistirse a hojearlo. Jennie se dio cuenta y sonriendo tímidamente.
—¿Te gusta la poesía? —preguntó Jennie, tratando de ocultar su nerviosismo.
Lisa ascendiendo, con los ojos brillando de emoción.
—Sí, me encanta. Me parece una forma hermosa de expresar emociones y pensamientos —respondió Lisa sinceramente.
Jennie sacó el libro del estante y se lo entregó a Lisa.
—Este es uno de mis libros de poesía favoritos. Puedes llevártelo si quieres —dijo Jennie con su dulce sonrisa.
Lisa estaba encantada y agradecida por el gesto.
—Gracias, Nini. Me encantaría leerlo —respondió Lisa con alegría.
Esa tarde, Lisa regresó a su casa con el libro de poesía en la mano y una sonrisa en el rostro. Estaba emocionada por sumergirse en sus páginas y descubrir el mundo de emociones que contenía.
Una tarde, mientras estudiaban la historia de la antigua Roma, Jennie notó que Lisa estaba particularmente pensativa.
—¿Estás bien, Lisa? —preguntó con preocupación.
Lisa se inclinó pero luego suspiró.
—Estoy bien, Nini, solo pensando en algunas cosas. ¿Puedo preguntarte algo personal?
—Por supuesto, Lisa, puedes preguntarme cualquier cosa —respondió Jennie con sinceridad.
Lisa miró fijamente a los ojos de Jennie y dijo: — ¿Alguna vez te has enamorado, Jennie?
Jennie sintió un rubor en sus mejillas mientras pensaba en la pregunta.
—Bueno, no exactamente, Lisa. Soy bastante tímida y no he tenido muchas oportunidades de conocer a alguien de esa manera. Pero eso no significa que no lo haya considerado alguna vez.
Lisa se acerca, aparentemente satisfecha con la respuesta.
—Entiendo. Gracias por ser honesta conmigo, Nini. Yo tampoco he tenido muchas experiencias en ese sentido, pero siento que últimamente he estado pensando en ello más de lo normal.
Jennie y Lisa compartieron una mirada significativa antes de volver a sumergirse en su estudio de la historia romana. Aunque no se habían confesado sus sentimientos directamente, la conversación dejó una sensación de anticipación en el aire.
Con el tiempo, las emociones de ambas chicas continuaron creciendo, y su conexión se fortaleció aún más. Se apoyaban mutuamente en momentos de alegría y tristeza, y siempre encontraban consuelo y entendimiento en la compañía del otro.
En una tarde soleada, mientras estudiaban el Renacimiento italiano, Lisa hizo una pregunta inesperada.
—Jennie, ¿Qué es lo más importante para ti en la vida?
Jennie pensó durante un momento antes de responder.
—Lo más importante para mí es la conexión genuina con las personas que amo. Poder compartir momentos significativos y sentir que realmente me entienden. Además, la búsqueda del conocimiento y la pasión por aprender siempre han sido una parte fundamental de mi vida.
Lisa aconsejó con aprobación y luego compartió su propia perspectiva.
—Para mí, lo más importante es la autenticidad y la felicidad. Quiero ser una persona auténtica y vivir una vida que me haga feliz. Y, bueno, últimamente he estado pensando que la compañía de cierta persona me hace muy feliz.
Jennie miró a Lisa con curiosidad y una sonrisa tierna.
—Lisa, siempre eres tan misteriosa con tus palabras. ¿A quién te refieres?
Lisa respondió con una risa suave: —Tal vez algún día lo descubras, Nini.
La tensión romántica entre ellas seguía creciendo, pero ambas chicas eran conscientes de que aún no era el momento adecuado para abordar sus sentimientos. Seguían disfrutando de su tiempo juntas, explorando el mundo y descubriendo más sobre sí mismos en el proceso.
Cada día que pasaban juntas, Jennie y Lisa se enamoraban un poco más, sin saber a dónde los llevaría su hermosa conexión en el futuro.
Los días continuaron su curso, y la relación entre Jennie y Lisa siguió fortaleciéndose. Cada momento que compartían, ya fuera estudiando historia, viendo películas o simplemente charlando, era una oportunidad para conocerse mejor.Una tarde, mientras estudiaban en la casa de Jennie, Lisa decidió abrirse un poco más. Sentadas en el suelo rodeadas de libros de historia, Lisa miró a Jennie con una sonrisa sincera.
—Siento que realmente puedo ser yo misma contigo, Nini. Nunca me he sentido tan cómodo con alguien como lo estoy contigo.
Jennie bajó la mirada tímidamente, sintiéndose halagada por las palabras de Lisa.
—Yo también me siento muy cómoda contigo, Lisa. Eres una persona especial, y me alegra haberte conocido.
Lisa ascendió, su mirada aún en Jennie.
—¿Sabes Jennie? Eres una chica muy tierna. —dijo con una sonrisa.
Jennie sonríe tímidamente ante el cumplido de Lisa.
—Gracias, Lisa. Tú también eres una persona increíble y cariñosa.
La complicidad entre ellas se hacía cada vez más evidente, pero ambas chicas eran cautelosas de no apresurar las cosas. Aunque sentían una atracción innegable, el temor al rechazo las mantenía en vilo.
Con el tiempo, sus lecciones de historia se convirtieron en momentos especiales de complicidad. Se conocía tan bien que podía anticipar las reacciones y pensamientos del otro. Jennie admiraba la forma en que Lisa veía el mundo con una perspectiva fresca y apasionada, mientras que Lisa se encontraba en Jennie un refugio seguro para ser ella misma.
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Nerd. -Jenlisa.
Romance''Kim Jennie, eres una nerd muy adorable, eres preciosa''. Lalisa Manoban, una atleta popular, extrovertida y Kim Jennie un pequeño ratoncito de biblioteca, con sus lentes metálicos y actitud tímida. Un tonto y bonito cliché entre ambas chicas que e...