11.

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Las chicas se encontraban estudiando, hacía mucho que no se encontraban para estudiar. Los exámenes finales ya habían pasado, en realidad el tema de estudiar ahora era una excusa para verse. Sobretodo porque a Lisa le encantaba escuchar a Jennie.

Lisa no podía evitar perderse en los encantos de Jennie mientras estudiaban juntas. Cada palabra, cada gesto, cada sonrisa de la menor la tenía hipnotizada. Sabía que le gustaba más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero no quería arruinar su amistad. A pesar de eso, no podía evitar sentir mariposas en el estómago cada vez que Jennie estaba cerca.

Sus expresiones, sus ojos brillar detrás de esos cristales que hacían que los mismos se viesen más pequeños. Su perfume, ese maldito perfume con olor a fresas.

—Jennie, ¿puedo preguntarte algo? —dijo Lisa, desviando momentáneamente su mirada del libro de texto hacia la menor.

—Claro, Lili, puedes preguntarme cualquier cosa —respondió Jennie con una sonrisa amigable.

Lisa tomó aire, tratando de reunir valor para lo que quería decir. No quería asustar a Jennie o ponerla incómoda, pero necesitaba saber.

—Bueno, es que... —vaciló un momento antes de continuar—. Jennie, ¿alguna vez ha pensado en tener una relación, quiero decir, con alguien más allá de la amistad?

Jennie se quedó en silencio por un momento, pensando en la pregunta de Lisa. La verdad era que sí había pensado en ello, y más recientemente, había estado considerando la posibilidad de tener una relación con Lisa. Pero no quería asustarla con esa revelación.

—E–eh, si, si lo he pensado, desde que empezamos a salir y a..—se sonrojó.— A besarnos. —respondió y Lalisa asintió.

—Tu, ¿Tu sabes que me gustas mucho, no es así?.— Jennie la miraba con ojos expectantes mientras afirmaba. Ambas tenían las mejillas rojas, y las manos temblorosas. —Jennie, tu...

—¿Y–yo?. —sus manos estaban entrelazadas con las de la mayor, esperando con desesperación lo que iba a decir.

Lalisa quería hablar pero es que Jennie era tan adorable que no le salían las palabras que eran.

—Dios, no me salen las palabras para decirlo.

Jennie miró a Lisa con ojos llenos de ternura y cariño. Sabía que lo que quería decir la mayor era importante, y estaba dispuesta a esperar todo el tiempo que fuera necesario.

—Lili, no tienes que apresurarte. Puedes decirme cuando te sientas lista. Lo que importa es que estamos teniendo esta conversación honesta, y eso significa mucho para mí —respondió Jennie con una sonrisa tranquilizadora.

Lisa ascendiendo, agradecida por la comprensión de la menor. Tomó una respiración profunda y se armó de valor.

—Jennie, desde hace tiempo ha sentido algo muy especial por ti. No puedo evitar sonreír cuando estoy contigo, y mi corazón late más rápido cuando te veo. Quiero estar a tu lado, no solo como amigas, sino como algo más. Quiero estar en una relación contigo, Jennie Kim —confesó Lisa, su voz temblando ligeramente.

Jennie sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho. Las palabras de Lisa la llenaron de emoción y felicidad. No podía creer que la chica que le gustaba también sintiera lo mismo por ella.

—Lili, yo también he sentido lo mismo. No puedo dejar de pensar en ti, y estar a tu lado me hace muy feliz. Quiero estar en una relación contigo, Lisa Manoban —respondió Jennie con una sonrisa radiante.

Ambas chicas se miraron a los ojos, sus manos aún entrelazadas. Sabían que habían dado un paso importante en su relación, y estaban emocionadas por lo que el futuro les deparaba.

—Entonces, ¿somos novias ahora? —preguntó Lisa, con una mezcla de emoción y diversión en su voz.

—Sí, somos novias —afirmó Jennie, y ambas chicas se estallaron en risas de alegría.

Se abrazaron con fuerza, sintiendo el amor y la felicidad que llenaban el aire a su alrededor. Habían cruzado un umbral importante en su relación, y no podían esperar para explorar juntas esta nueva etapa de sus vidas.

Se separaron del abrazo y se vieron para acercarse con lentitud, se besaron en un contacto lindo, tierno. Sin llegar a subir de tono, Jennie acarició levemente los hombros de la más alta.

Lalisa posicionó sus manos en la cintura de Jennie, causando que la castaña temblase por el contacto, que para ella era muy intenso a pesar de que se tratase de un contacto de labios delicado e incluso algo simple. 

Ambas se separaron embobadas, sonrojadas y luego sonrieron tiernamente. Una a la otra .

El beso fue tierno y lleno de amor, un dulce recordatorio de la nueva etapa de su relación. Jennie y Lisa se miraron con cariño, sus ojos brillaban con la emoción de estar juntas de una manera diferente. Sabían que tenían mucho por descubrir y experimentar, pero estaban dispuestas a enfrentar las futuras juntas.

—Eres increíble, Lili —susurró Jennie, acariciando suavemente el rostro de la mayor.

—Y tú eres alguien muy especial, Nini —respondió Lisa, apretando ligeramente la cintura de Jennie, la menor soltó un leve quejido y rió levemente. 

Lisa embobada ante la reacción de Jennie y bajó sus manos, pero sin soltarla por completo. Aunque habían compartido un beso y habían confesado sus sentimientos, todavía se sentían tímidas y emocionadas por esta nueva etapa de su relación.

—Eres increíblemente dulce, Nini —dijo Lisa con admiración—. Y estoy muy feliz de tenerte en mi vida.

Jennie se sonrojó ante las palabras de Lisa y la miró con cariño.

—Yo también estoy feliz de tenerte, Lili. Eres muy especial para mí.

Se abrazaron de nuevo, disfrutando de la sensación de estar juntos. Sabían que este era solo el comienzo de su historia juntas y estaban emocionadas por lo que el futuro les deparaba. 


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Nerd. -Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora