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Lisa estaba exhausta después de su intenso entrenamiento de baloncesto. El sudor empapaba su ropa deportiva, y su respiración estaba agitada. A pesar del cansancio, sentía una gran satisfacción por el esfuerzo que había puesto en su práctica. Tenían un partido importante la próxima semana, y estaba decidida a dar lo mejor de sí misma.

Mientras se tomaba un breve descanso, Lisa no pudo evitar pensar en Jennie. Había descubierto que disfrutaba más de los entrenamientos de baloncesto por la oportunidad de pasar tiempo con la menor. La compañía de Jennie era algo que anhelaba, y cada encuentro con ella la hacía sentirse más feliz.

El balón de baloncesto descansaba en una esquina de la cancha, esperando a ser utilizado de nuevo. Lisa se levantó con determinación y se acercó al balón. Comenzó a driblarlo hábilmente, recordando las lecciones y consejos que había recibido de su entrenador.

A medida que practicaba sus tiros y pases, Lisa se esforzaba por mejorar su juego. Sabía que el trabajo duro y la dedicación eran clave para tener éxito en el baloncesto, al igual que en cualquier otra área de su vida.

Después de su entrenamiento, Lisa regresó a casa, se dio una ducha refrescante y se preparó para su próxima lección de historia con Jennie. Aunque estaba cansada, sabía que no podía perder la oportunidad de aprender de la apasionada menor.

Cuando llegó a la casa de Jennie, la recibió con una sonrisa luminosa. Las lecciones de historia se habían convertido en uno de los momentos más esperados de su semana, y disfrutaba cada minuto que pasaba con la menor.

Jennie comenzó a explicar sobre la Guerra Fría, y Lisa la escuchaba atentamente. La forma en que Jennie presentaba los eventos históricos hacía que todo pareciera más interesante y fácil de entender. La conexión entre ellas seguía creciendo con cada conversación profunda que tenían.

Después de la lección, Lisa y Jennie decidieron relajarse en el jardín trasero de la casa. El sol se ponía lentamente en el horizonte, y el ambiente era tranquilo y sereno. Se sentaron juntas en el césped, compartieron risas y conversaciones, y disfrutaron de la compañía del otro.

Lisa miró a Jennie con cariño y admitió: —Siento que cada día que paso contigo es un día maravilloso, Nini. Eres una persona increíble, y me siento afortunada de tenerte en mi vida.

Jennie sonrió con ternura y respondió: —Yo también siento lo mismo, Lili. Disfruto mucho de nuestro tiempo juntas, y espero que podamos seguir aprendiendo y creciendo juntas.

La noche cayó sobre ellas, y Lisa se despidió de Jennie con un abrazo cálido. A medida que caminaba de regreso a casa, pensó en lo afortunada que era de tener a Jennie en su vida y en la emoción que sentía por el partido de baloncesto y las futuras lecciones de historia que les esperaban. La relación entre ellas seguía floreciendo, y ambas estaban ansiosas por ver a dónde las llevaría su hermosa conexión.

... 

El ambiente en la cancha de la preparatoria estaba lleno de emoción y energía. Los estudiantes y fanáticos se habían reunido para presenciar el gran partido de baloncesto, y Jennie estaba allí para apoyar a Lisa, quien estaba en el equipo.

Jennie había decidido hacer un pequeño gesto para mostrar su apoyo a Lisa. Sabía que el chocolate era el favorito de la mayor, y había comprado uno para ella como muestra de ánimo y amistad. Esperaba que Lisa lo encontrara reconfortante antes del partido.

Cuando el equipo de baloncesto entró en la cancha, los aplausos y los gritos resonaron en el aire. Jennie no pudo evitar sentirse emocionada al ver a Lisa en su uniforme azul, lista para enfrentar el desafío. Sus ojos se encontraron por un momento, y ambas se saludaron tímidamente con la mano.

Al pasar unos minutos el partido comenzó, el balón fue lanzado al aire y Min Yoongi, parte del equipo de Lisa tomó la delantera, hizo un pase a Lalisa. La cual con la ventaja de su estatura pudo lanzar el balón hasta otro jugador cerca de la canasta, el otro jugador logró meter el balón en la red. 

El partido comenzó con gran intensidad, y Lisa estaba en su elemento en la cancha. Cuando Min Yoongi hizo un pase a Lisa, ella aprovechó su altura para lanzar el balón a otro jugador cerca de la canasta. El jugador receptivo logró encestar el balón en la red, y el equipo anotó puntos para su equipo.

Los espectadores estallaron en aplausos y vítores, animando al equipo de Lisa con entusiasmo. Jennie no podía evitar sentirse emocionada y orgullosa de su amiga mientras veía cómo contribuía al éxito de su equipo.

El partido continuó con jugadas emocionantes y un fuerte espíritu competitivo de ambos lados. Lisa y su equipo se esforzaron al máximo, y cada vez que anotaban, Jennie aplaudía y vitoreaba con entusiasmo. Sabía lo importante que era el baloncesto para Lisa, y estaba decidida a mostrar su apoyo.

A medida que el juego avanzaba, Lisa continuó demostrando su habilidad en la cancha, ya fuera con tiros precisos o asistencias estratégicas. El equipo luchó duro y, finalmente, obtuvieron la victoria, lo que desató una oleada de celebraciones en la cancha.

Lisa, junto con sus compañeros de equipo, fue recibida con aplausos y admiración de los fanáticos. Jennie estaba entre los que vitoreaban más fuerte y emocionada cuando Lisa levantó la cabeza, notando su presencia.

Cuando el partido llegó a su fin y Lisa se acercó a Jennie, esta la felicitó efusivamente.

—¡Felicidades, Lili! Estuviste asombrosa ahí afuera. Tu pase fue increíble —dijo Jennie con una sonrisa brillante.

Lisa, agotada pero radiante de felicidad, agradeció a Jennie.

—Gracias, Nini. Tu apoyo significa mucho para mí. Estoy muy contenta de que hayas venido a verme jugar.

Jennie le entregó el chocolate que había comprado y dijo con cariño: —Espero que esto endulce aún más tu victoria, Lili. Te lo mereces.

—Tu... —tenía el chocolate en sus manos y sonrió con cariño a la menor.— Pequeña niña lista, ¿Cómo sabías que este es mi chocolate favorito?. —notó como Jennie se sonrojaba al escuchar el ''Pequeña niña lista''.

Lisa aceptó el chocolate con una sonrisa y se acercó a Jennie con cariño. Jennie se sonrojó ligeramente al escuchar el apodo cariñoso de "pequeña niña lista", pero su corazón latía con alegría al ver la reacción de Lisa.

—B−bueno, en algún momento tú me lo dijiste. Pensé en hacerte un mousse de chocolate, pero se iba a echar a perder mientras jugabas. —explicó Jennie tímidamente.

Lisa rio con ternura y besó la frente de Jennie.

—Gracias, Nini. Eres muy dulce, y este gesto significa mucho para mí. Eres la mejor amiga que alguien podría pedir.

La cercanía entre ellas era palpable, y aunque no habían hablado abiertamente de sus sentimientos románticos, cada gesto y palabra cariñosa fortalecía su conexión. Estaban emocionadas por lo que les deparaba el futuro y por seguir descubriendo su hermosa amistad.


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Nerd. -Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora