El ambiente en la cabaña se volvió aún más íntimo e intenso después de ese momento especial en el que ambas fueron honestas y se dijeron lo mucho que querían, deseaban la una a la otra.
Cada roce accidental, cada mirada intensa, hacía que la atmósfera se volviera aún más cargada de electricidad. Sabían que el momento estaba cerca, que estaban a punto de dar un paso importante en su relación, pero también querían que fuera perfecto.
La noche un día antes de volver de regreso a casa ambas estaban abrazadas en frente de la chimenea.
La cabaña estaba envuelta en un silencio suave, solo interrumpido por el crepitar de la chimenea y el sonido de sus respiraciones. Lisa y Jennie estaban abrazadas en el sofá, sus cuerpos se ajustaban perfectamente el uno al otro, como dos piezas de un rompecabezas que habían encontrado su lugar.
Las llamas de la chimenea pintaban destellos dorados en sus rostros, iluminando sus miradas cómplices y llenas de deseo. Sabían que el tiempo se agotaba, que pronto tendrían que volver a la realidad de sus vidas cotidianas, pero por ahora, solo querían perderse en el calor de su amor.
Lisa acarició suavemente el cabello de Jennie mientras sus labios se encontraban en un beso apasionado y profundo. Cada beso parecía encender aún más la chispa que ardía entre ellas, un fuego que no se podía ignorar.
Jennie respondió con la misma intensidad, sus manos explorando el cuerpo de Lisa, descubriendo cada centímetro de su piel con un toque suave y apasionado. Sus lenguas se entrelazaron en un baile sensual, una danza de deseo que las envolvió por completo.
Lalisa volvió a hacer lo mismo que hizo hacía nada más dos días, con la mínima diferencia de que ahora cargaba a Jennie lentamente hasta la cama, allí mismo se sentó con la menor en su regazo.
Lisa metió sus manos en el suéter de Jennie, y acarició suavemente la piel de su espalda, la menor soltó un suspiro de placer.
El ambiente en la cabaña se volvía cada vez más intenso y apasionado. Lisa y Jennie se entregaban por completo a la pasión que ardía entre ellas, sin miedo ni reservas. Sus manos exploraban cada rincón del cuerpo de la otra, como si quisieran memorizar cada sensación y textura.
Lisa continuó acariciando la piel suave de la espalda de Jennie bajo el suéter, sintiendo cómo la menor se estremecía ante su toque. Cada suspiro y gemido de placer que escapaba de los labios de Jennie era música para sus oídos, una dulce melodía que indicaba cuánto disfrutaba de su contacto.
Jennie, por su parte, deslizó sus manos debajo del suéter de Lisa, explorando la firmeza de su espalda y los músculos de sus hombros. Cada caricia y roce aumentaba la tensión entre ellas, haciendo que el deseo se volviera incontrolable.
Sin decir una palabra, Lisa se inclinó y capturó los labios de Jennie en un beso ardiente y apasionado. Sus lenguas se entrelazaron en un baile frenético mientras sus cuerpos se movían con urgencia.
Lisa se separó solamente paro decir algo.
—Nini, ¿Estás segura de que lo quieres?
Jennie miró profundamente a los ojos de Lisa, su mirada llena de deseo y determinación.
—Sí, Lili, estoy segura. Quiero esto contigo.
Lisa sonriendo con ternura y amor, y luego volvió a besar a Jennie, sellando su compromiso mutuo en ese momento de pasión y conexión.
Con cuidado y destreza, Lalisa deslizó el suéter lentamente por el cuerpo de Jennie, dejando su bonita y delicada figura a la caricia del aire y sus labios hambrientos. Jennie tembló ante la sensación y Lisa se acercó a su cuello para besar muy suavemente el mismo.
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Nerd. -Jenlisa.
Romance''Kim Jennie, eres una nerd muy adorable, eres preciosa''. Lalisa Manoban, una atleta popular, extrovertida y Kim Jennie un pequeño ratoncito de biblioteca, con sus lentes metálicos y actitud tímida. Un tonto y bonito cliché entre ambas chicas que e...