04.

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Jennie estaba nerviosa mientras preparaba todo para la llegada de Lisa. Había limpiado su habitación meticulosamente y asegurado de que todo estuviera en su lugar. También había organizado sus notas y libros de historia, preparándose para la lección que iba a darle a Lisa. Aunque Lisa era mayor y más extrovertida, Jennie se sentía cómoda enseñando, especialmente cuando se trataba de su materia favorita.

El timbre de la puerta sonó, y Jennie sintió un cosquilleo de emoción y nerviosismo. Corrió a abrir la puerta y encontró a Lisa parada allí, sonriendo radiante.

—Hola, Nini —saludó Lisa con cariño.

Jennie me escuchó tímidamente y la invitó a entrar. La casa de Jennie era acogedora y ordenada, con libros y estantes llenos de conocimiento por todas partes. Lisa se sintió cómoda en ese ambiente.

—Gracias por invitarme de nuevo, Jennie. Tu casa es preciosa —comentó Lisa mientras se sentaba en la silla que Jennie le había ofrecido.

—De nada, Lisa. Me alegra que te sientas cómoda aquí —respondió Jennie con gratitud.

Comenzaron la lección de historia y Jennie explicó los conceptos clave y las fechas importantes que Lisa necesitaba saber. A pesar de su timidez, Jennie era una excelente maestra, y Lisa estaba impresionada por su conocimiento y paciencia.

A medida que avanzaban en la lección, Lisa comenzó a sentir una sensación de calidez y conexión con Jennie. Había algo especial en la forma en que Jennie compartía su pasión por la historia, y Lisa estaba agradecida por la oportunidad de aprender de ella.

Después de una larga sesión de estudio, Lisa se sintió exhausta pero satisfecha. Había absorbido mucha información, y estaba segura de que Jennie era la razón de su éxito.

—Gracias, Nini. Eres una excelente maestra —dijo Lisa con una sonrisa sincera.

Jennie sonó tímidamente y bajó la mirada, sintiéndose halagada por el elogio.

—No tienes que agradecerte, Lisa. Estoy feliz de poder ayudarte —respondió Jennie con humildad.

La tarde continuó con conversaciones sobre diversos temas, risas y confidencias. Lisa se dio cuenta de lo afortunada que era de tener a Jennie en su vida, y Jennie comenzaba a sentir que Lisa era alguien en quien podía confiar y abrirse más.

Mientras el sol se ponía y la noche caía sobre la ciudad, ambas chicas compartieron momentos especiales y se dieron cuenta de que su relación estaba creciendo de una manera única y profunda.

Jennie preparó algunas galletas caseras y las sirvió con té caliente. Lisa disfrutó cada bocado y no pudo evitar notar lo talentosa que era Jennie en la cocina.

—Estas galletas están deliciosas, Jennie. ¿Las hiciste tú misma? —preguntó Lisa mientras saboreaba otra galleta.

—Sí, me encanta hornear en mi tiempo libre —respondió Jennie con modestia.

Lisa admiraba la habilidad y la dedicación de Jennie en todo lo que hacía. Era evidente que tenía un corazón gentil y apasionado.

La conversación fluyó naturalmente entre ellas, y cada vez se sintió más cómoda la una con la otra. Hablaban sobre sus pasatiempos, sus familias y sus planes para el futuro.

—Me encanta escucharte hablar de tus libros y tu amor por la historia, Jennie. Es tan inspirador —dijo Lisa con admiración en sus ojos.

Jennie sonó y miró a Lisa, sintiendo una conexión especial entre ellas. Había algo en la mirada de Lisa que la hacía sentir querida y valorada.

—Gracias, Lisa. Tú también eres muy inspiradora. Eres fuerte y segura de ti misma, y ​​siempre estás dispuesta a aprender cosas nuevas. Admiro eso de ti —respondió Jennie con sinceridad.

Lisa se sintió abrumada por las palabras de Jennie y sonriendo con ternura.

—Eres tan dulce, Nini. Me haces sentir especial —dijo Lisa suavemente.

La noche continuó, y ambas chicas dieron cuenta de que el tiempo había volado. Se despidieron con la promesa de otra lección de historia y más momentos juntas en el futuro.

Cuando Jennie cerró la puerta detrás de Lisa, no pudo evitar sonreír. Sentía que su relación con Lisa estaba pensando de una manera hermosa y significativa, y estaba emocionada por lo que el futuro les depararía. Estaba comenzando a sentir algo más profundo por Lisa, algo que no podía poner en palabras, pero que llenaba su corazón de felicidad.

Lisa, por su parte, caminaba por la calle con una sonrisa en el rostro. Había disfrutado cada momento con Jennie y admiraba profundamente a la tímida pero increíblemente talentosa chica. Sabía que estaba comenzando a sentir algo especial por Jennie, algo que iba más allá de la amistad, pero no estaba segura de cómo abordar esos sentimientos. Se sentía afortunada de tener a Jennie en su vida y deseaba que su relación creciera aún más.

Ambas chicas se fueron a dormir esa noche con pensamientos felices y emociones confusas en sus corazones. No sabían lo que el destino les tenía preparado, pero estaban dispuestas a descubrirlo juntas.



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Nerd. -Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora