Unos besos que se desperdigan por todo mi rostro me despiertan. Frunzo el ceño dando un manotazo al frente golpeando algo duro que me hace soltar un quejido con la boca cerrada.
- Nena, debemos ir a trabajar. Por desgracia ya es lunes. - escucho una voz masculina como si fuera un eco.
Doy la vuelta dándole la espalda a esa voz, quiero dormir. Siento besos por mi espalda que bajan sin detenerse hasta llegar a mis nalgas desnudas. Espera, ¿qué? Abro los ojos, levanto la sábana que tapa mi cuerpo y veo a Markus con la cara frente a mi trasero con una gran sonrisa.
- ¿Qué haces? - le pregunto con diversión.
- Despertarte con besitos. - contesta volviendo a besar mi cuerpo.
Estoy completamente desnuda, por lo tanto no se le complica besarme.
- ¿Qué hora es? - jalo de su pelo atrayéndolo hasta mí.
Busca mis labios y aparto la cara. No va a besarme sin antes haberme lavado los dientes.
- Las cinco de la mañana. - contesta.
Rodea mi cuello con una de sus manos y estampa sus labios con los míos. Parece que alguien detesta que le nieguen un beso.
- Es demasiado temprano, Markus. - me quejo alejándome de él.
- Soy un hombre ocupado, debo vestirme, adelantar un poco de trabajo, despertar a Gretel, cocinar, llevarla al colegio y después ir a trabajar dejando la comida preparada.
- ¿Y por qué me despiertas? Déjame dormirme y despiértame cuando despiertes a Gretel. - vuelvo a taparme y me acurruco abrazando una almohada.
- Nada de eso, señorita - me destapa y abre mis piernas -. Déjame desayunar, me muero de hambre.
- Markus... - llevo mis manos a su pelo cuando su lengua roza mi clítoris - Rápido, tienes cosas que hacer.
Suelta una risa y empieza a lamer y succionar haciéndome gemir y removerme. Descargas de placer recorren cada mínimo rincón de mi cuerpo obligando a mis ojos cerrarse para disfrutar el doble. Su lengua hace círculos en mi nudo de nervios mientras introduce uno de sus dedos en mi interior.
- Ah, joder, sí. - gimo jalando de su pelo sin pensar.
Markus sonríe contra mi sexo e introduce otro dedo haciéndome chillar cuando los mueve rápidamente sacándolos y metiéndolos. El sonido obsceno de mi humedad suena por la habitación, mis fluidos escurren por mis muslos y estoy segura que manchan la sábana. Exploto llegando al orgasmo, Markus succiona en mi entrada cuando saca sus dedos llevándose todos mis fluidos a su maravillosa boca.
- Abre la boca. - obedezco y sus dedos entran en esta.
Me saboreo en sus dedos, no es nada impresionante, es amargo y me resulta un poco desagradable, ¿por qué él lo disfruta tanto?
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Mi jefe y mi amante [+18]
RomanceAubrey Hoffman se entera que su novio Oliver la ha engañado con la que pensaba que era su mejor amiga, y despechada va a una discoteca recién abierta a buscar venganza. El dueño de la discoteca y de empresas, Markus Kölher pasaba la noche en ese...