Capítulo 20.

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 Tres años después

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Tres años después...

Matrimonio. Esa es la primera palabra que se me ocurre para escribir.

Hoy Aubrey ha planeado un día de chicas con Gretel, por lo tanto, estarán fuera casi todo el día.

Estos tres años han sido... intensos en el buen sentido. Estamos criado a Gretel juntos, mi hija no llama "mamá" a Aubrey, pero sí la siente como una. Hablando de madres, Gretel sabe de la existencia de Laurie y toda la historia ya que tiene 9 años... como pasa el tiempo. Es más, la llevé a ver a Laurie al hospital psiquiátrico donde vuelve a estar internada, Laurie me agradeció ese gesto y mi hija le dolió toda la historia, pero la aceptó bastante bien.

Aubrey y yo... seguimos siento Aubrey y yo, igual de adictos al sexo, a los besos del otro, amándonos cada día más y manoseándonos cada que podemos.

Gretel sigue con Hector, ya lo hemos conocido y tiene mi completa aprobación y la de Aubrey igual. Es un niño muy respetuoso y trata demasiado bien a mi hija que es lo que realmente me importa.

Ahora mismo estoy intentando escribir una carta en la cual pedirle matrimonio a mi nena. Me concentro en la carta y termino tirándola a la basura. Va a ser mejor decírselo con mi voz, le escribiré alguna carta porque sí algún otro día diciéndole lo importante que es en mi vida y lo mucho que la amo.

- ¡Futuro esposo de mi mejor amiga! - Stela grita desde fuera de mi casa -. ¡Ábreme la puerta, desgraciado!

Me levanto del sofá y voy hasta la puerta abriendo la misma dejando que Stela se lance a abrazarme.

- ¡Voy a tener un niño! - ¿qué? -. Con Fiona, vamos a adoptar un niño. Estoy muy feliz, Markus.

- Que gran noticia.

Charlamos un buen rato hasta que me llega un mensaje de "Mi hermosa y perfecta nena (futura esposa)" diciendo que llegará pronto.

- Vete, fuera, fuera. - echo a mi amiga.

Minutos después Gretel y Aubrey entran en casa, mi hija me besa la mejilla diciendo que va a bañarse y Aubrey se acurruca a mi lado en el sofá.

- ¿Qué tal todo? - mierda, los nervios se me notan en la voz.

La cajita de terciopelo negra me cosquillea en el bolsillo.

- Maravilloso, pero agotador. Tu hija es adicta a las compras.

Nos reímos y nos quedamos en silencio disfrutando de la compañía del otro.

- ¡Puaj! - llega Gretel y finge tener asco cuando nos ve acurrucados -. Que empalagosos sois.

- Cuando eras más pequeña te emocionaba vernos así. - le recuerda Aubrey.

- Pero ahora es mío. - se lanza sobre mí y Aubrey se ríe.

Mi jefe y mi amante  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora