- Papi, ¿qué haces ahí? - me pregunta mi hija cuando me ve sentado con la espalda apoyada en la puerta por la que hace menos de cinco minutos Aubrey se ha ido.
- Nada, princesa. - apoyo la cabeza en está soltando un suspiro.
Vamos cagada tras cagada, increíble.
Mi hija se sienta en mi regazo y se recuesta sobre mí jugando con mi pelo.
- Se fue, ¿verdad?
- ¿De quien hablas, mi vida? - juego con el pelo de mi hija como ella hace con el mío.
- De Aubrey, ¿se fue?
Asiento con mi cabeza soltando un suspiro.
- ¿Va a volver? - la esperanza en su voz me mata.
- Espero que sí.
Nos quedamos en silencio, sé que mis palabras no sonaron muy convincentes, pero es lo que hay ahora mismo.
- ¿Qué le hiciste?
- ¿Perdona? - me hago el ofendido.
- ¿Qué le hiciste a Aubrey? - se separa y me fulmina con sus bonitos ojos azules.
- ¿Y por qué no pudo ser al revés?
- Por dos razones, una porque eres tú el que está en la puerta y la segunda porque eres un hombre, papi.
Abro la boca sorprendido por sus palabras.
- Le hablé un poco mal y dije cosas que no fueron ni de lejos las mejores. - confieso rindiéndome ante la intensa mirada de mi hija.
- Mi novio me hace cartas todos los días y eso me hace sentir muy bien. Deberías hacerle una a Aubrey, seguro le haces sentir bien y te perdona.
Ya me he acostumbrado a que me nombre a su novio en casi todas las conversaciones, me ha hablado de él y por ahora tiene mi aprobación.
- Me lo pensaré.
Nos levantamos y terminamos de preparar todo para poder dejarla en su colegio y yo poder ir a trabajar.
Una vez en mi trabajo cojo el ascensor queriendo llegar a mi oficina en el último piso. Cuando entro veo una bolsa de basura sobre el escritorio junto a una taza de café. Abro la bolsa y veo la camiseta y calzoncillo que le di a Aubrey esta mañana, cojo la ropa y la olfateo. Huele a una mezcla perfecta entre ella y yo.
- Markus Kölher, o más conocido como el imbécil más grande de todo el universo, se puede maldito saber, ¿por qué cojones Aubrey se ha pasado quince minutos llorando repitiendo "solamente soy un polvo"? - Stela entra hecha una furia a mi oficina.
- Me cago en la puta madre que me trajo al mundo, joder - ahora me siento peor que antes -. ¿Quince minutos?
- Como mínimo.
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Mi jefe y mi amante [+18]
Любовные романыAubrey Hoffman se entera que su novio Oliver la ha engañado con la que pensaba que era su mejor amiga, y despechada va a una discoteca recién abierta a buscar venganza. El dueño de la discoteca y de empresas, Markus Kölher pasaba la noche en ese...