Capítulo 10.

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   - Papi, ¿qué haces ahí? - me pregunta mi hija cuando me ve sentado con la espalda apoyada en la puerta por la que hace menos de cinco minutos Aubrey se ha ido

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- Papi, ¿qué haces ahí? - me pregunta mi hija cuando me ve sentado con la espalda apoyada en la puerta por la que hace menos de cinco minutos Aubrey se ha ido.

- Nada, princesa. - apoyo la cabeza en está soltando un suspiro.

Vamos cagada tras cagada, increíble.

Mi hija se sienta en mi regazo y se recuesta sobre mí jugando con mi pelo.

- Se fue, ¿verdad?

- ¿De quien hablas, mi vida? - juego con el pelo de mi hija como ella hace con el mío.

- De Aubrey, ¿se fue?

Asiento con mi cabeza soltando un suspiro.

- ¿Va a volver? - la esperanza en su voz me mata.

- Espero que sí.

Nos quedamos en silencio, sé que mis palabras no sonaron muy convincentes, pero es lo que hay ahora mismo.

- ¿Qué le hiciste?

- ¿Perdona? - me hago el ofendido.

- ¿Qué le hiciste a Aubrey? - se separa y me fulmina con sus bonitos ojos azules.

- ¿Y por qué no pudo ser al revés?

- Por dos razones, una porque eres tú el que está en la puerta y la segunda porque eres un hombre, papi.

Abro la boca sorprendido por sus palabras.

- Le hablé un poco mal y dije cosas que no fueron ni de lejos las mejores. - confieso rindiéndome ante la intensa mirada de mi hija.

- Mi novio me hace cartas todos los días y eso me hace sentir muy bien. Deberías hacerle una a Aubrey, seguro le haces sentir bien y te perdona.

Ya me he acostumbrado a que me nombre a su novio en casi todas las conversaciones, me ha hablado de él y por ahora tiene mi aprobación.

- Me lo pensaré.

Nos levantamos y terminamos de preparar todo para poder dejarla en su colegio y yo poder ir a trabajar.

Una vez en mi trabajo cojo el ascensor queriendo llegar a mi oficina en el último piso. Cuando entro veo una bolsa de basura sobre el escritorio junto a una taza de café. Abro la bolsa y veo la camiseta y calzoncillo que le di a Aubrey esta mañana, cojo la ropa y la olfateo. Huele a una mezcla perfecta entre ella y yo.

- Markus Kölher, o más conocido como el imbécil más grande de todo el universo, se puede maldito saber, ¿por qué cojones Aubrey se ha pasado quince minutos llorando repitiendo "solamente soy un polvo"? - Stela entra hecha una furia a mi oficina.

- Me cago en la puta madre que me trajo al mundo, joder - ahora me siento peor que antes -. ¿Quince minutos?

- Como mínimo.

Mi jefe y mi amante  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora