Markus me besa apasionadamente contra la pared de su recibidor. Su lengua encuentra la mía y estas se enredan reconociéndose a la perfección. Él baja sus manos hasta mi culo y me empuja por este uniendo nuestras pelvis dejándome sentir su prominente erección.
- Te noto un poco ansioso. - me burlo contra sus labios.
Mis bragas están empapadas. Creo que si las coges y las aprietas caería toda la humedad.
- Pues me estás notando mal porque estoy demasiado ansioso de tu cuerpo y muy cachondo.
Nos volvemos a besar y Markus magrea mis nalgas sobre el vaquero. Termina gruñendo y buscando el botón para quitarlo.
- Mucho mejor. - susurra cuando el pantalón queda en el suelo y mi trasero desnudo con la tela del tanga color blanco perdida en mis nalgas.
Da una nalgada para después alzarme obligándome a rodear su cintura con mis piernas. Nuestros labios se niegan a separarse y nuestras lenguas se niegan a soltarse. Camina hasta llegar a lo cocina y me deja sobre la encimera.
- ¡Joder! - me quejo al sentir el mármol frío contra mi piel ardiendo.
- ¿Qué pasó?
- Está frío.
Markus suelta una pequeña risa y empieza a desnudarme quitando mi camiseta y sujetador. Lanza las prendas a su espalda sin importarle dónde caigan y sin pensarlo mucho se mete uno de mis pezones en la boca mientras que el otro recibe pellizcos de sus dedos. Con mis piernas le acerco más a mí queriendo sentir su erección que cada vez es más grande y cuando se me clava en la entrepierna cubierta por mis bragas me muevo contra esta buscando un mínimo de alivio.
Markus suelta gemidos bajos y ahogados por mi piel. Le da atención a mi otro pecho y cuando ve que es suficiente sube besando toda mi piel hasta llegar a mis labios.
Arranca mis bragas destrozando la tela, se aleja de mí y las huele con su vista fijada en mi sexo desnudo y mojado.
- Abre más las piernas, nena. - dice en un susurro apretando mis muslos con sus manos grandes y venosas.
Hago lo que me pide soltando un jadeo por las sensaciones que me da sus manos en mis muslos carnosos.
Coge mis piernas y me acerca más al borde dejando casi todo mi trasero en el aire. Markus se arrodilla y mirándome directamente a los ojos empieza a besar lentamente mis piernas llegando a mis tobillos. Después, vuelve a subir esta vez lamiendo mi piel y se detiene frente a mi sexo.
- ¿Te he dicho lo mucho que me gusta tu coño? - pasa su dedo índice por todos mis pliegues llegando a mi clítoris.
Echo la cabeza hacia atrás cuando empiezo a hacer círculos en este. Gimo al sentir su lengua lamer mi entrada recogiendo fluidos que salen sin descanso. Su dedo abandona mi clítoris rota cambiando la posición con su lengua la cual pasa a mi nudo de nervios y su dedo juega con mi entrada.
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Mi jefe y mi amante [+18]
RomanceAubrey Hoffman se entera que su novio Oliver la ha engañado con la que pensaba que era su mejor amiga, y despechada va a una discoteca recién abierta a buscar venganza. El dueño de la discoteca y de empresas, Markus Kölher pasaba la noche en ese...