Llevo dos preciosos meses de relación con Aubrey. Todo ha ido bastante bien, pocas discusiones que siempre habrán, mucho sexo y muchos buenos ratos.
Ya tiene bastante ropa en mi casa y yo en la suya porque nunca se sabe cuando le haré una visita al igual que tiene un cajón para ropa de Gretel sabiendo que si voy a su casa y mi hija no está en otra parte irá conmigo.
En ese aspecto he tenido muchas dudas y es el mayor motivo de nuestras discusiones. Siento que en el fondo le incomoda o molesta que siempre, o casi siempre, estemos con Gretel sin poder besarnos, tocarnos o follar tanto como deseamos por respeto a mi hija. Aubrey siempre me dice que no me preocupe, que todo está bien y que ve completamente normal que Gretel esté bastante con nosotros, pero no creo del todo en sus palabras.
De resto todo va sorprendentemente bien. He aprendido a comunicarme, cosa que no sabía que se podía hacer con normalidad sin necesidad de discutir con la otra persona, y eso nos ha ayudado bastante.
- Papi, ¿cómo se tienen los bebés? - la pregunta de mi hija me saca de mis pensamientos.
Me doy cuenta que el semáforo está en verde y arranco de nuevo pensando en una respuesta válida para una niña de seis años.
- Pues... cuando dos personas tienen una relación como Aubrey y yo y se quieren mucho... la mujer queda embarazada creciéndole así una barriga grande donde el bebé estará nueve meses esperando para salir a conocer el mundo.
- Entonces... ¿Aubrey está embarazada? - me atraganto con mi saliva.
- No.
- ¿No quieres lo suficiente a Aubrey?
- Claro que sí, la quiero muchísimo, pero no siempre la mujer queda embarazada. Cuando seas mayor te lo explicaré mejor. - aparco el coche y salgo de este.
Saco a mi hija de este y la llevo cogida de la mano hasta la puerta de su colegio. La dejo ahí después de darle un beso en su frente y ella en mi mejilla.
- Buenos días. - me saluda Stela
- Buenos días... ¿por qué tan cortante? - le pregunto.
- Deberías hablar con Aubrey. Está en su oficina.
Con el ceño fruncido voy hasta el piso nueve donde está la oficina de mi nena y toco la puerta sin importarme que esté abierta.
- Pasa. - tenemos una manera específica para saber que somos nosotros.
Entro y la encuentro con los ojos rojos e hinchados sentada con la cara muy seria con las manos apoyadas en su escritorio.
- Hola, nena. ¿Y esa cara tan larga? ¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien?
- ¿Qué es esto? - mira unas fotos que tiene en su escritorio.
- ¿El qué? ¿De qué me hablas?
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Mi jefe y mi amante [+18]
RomanceAubrey Hoffman se entera que su novio Oliver la ha engañado con la que pensaba que era su mejor amiga, y despechada va a una discoteca recién abierta a buscar venganza. El dueño de la discoteca y de empresas, Markus Kölher pasaba la noche en ese...