Cheng Huang, también conocido como Chenghuang Shen, romanización Wade-Giles Ch'eng Huang, en la mitología china, el Dios de la Ciudad, o el magistrado espiritual y deidad guardiana de una ciudad china en particular. Como los espíritus de los muertos informaban al dios de todas las acciones buenas y malas dentro de su jurisdicción, se creía popularmente que las oraciones devotas ofrecidas en el templo de Cheng Huang serían generosamente recompensadas. La gran popularidad de su culto se debió también en parte a la aprobación imperial. En 1382, el gobierno se apropió de sus templos y se ordenó a la población que ofreciera sacrificios al protector de su ciudad.
Tradicionalmente, antes de asumir un nuevo cargo, los funcionarios locales solían pasar la noche en el templo de Cheng Huang en busca de orientación. Cuando más tarde se presentaban problemas legales difíciles, los funcionarios volvían al templo, con la esperanza de que Cheng Huang les revelara la respuesta en sueños.
Cuando se producía un fallecimiento, los parientes o amigos cercanos del difunto visitaban el templo de Cheng Huang para informar del hecho, de modo que los registros pudieran mantenerse actualizados. Una o dos veces al año, la figura de la deidad recorría las calles de la ciudad en una gira de inspección. Le precedían ayudantes, entre los que había una figura alta vestida de negro (Hei Laoye) y otra baja vestida de blanco (Bai Laoye) que vigilaban la ciudad día y noche.
Los funcionarios de la dinastía Tang (618-907), deseosos de aumentar el prestigio de los dioses chinos, dotaron a Cheng Huang, al igual que a otros dioses, de un linaje antiguo. Así se le identificó con Shui Rong (sus nombres tienen el mismo significado), uno de los Ocho Espíritus a los que se dice que el emperador Yao ofreció sacrificios en tiempos prehistóricos. En realidad, no se menciona a Cheng Huang en la literatura china hasta el siglo VI de nuestra era.
En la práctica, un Cheng Huang era a menudo un funcionario local fallecido que había sido divinizado por haber servido a su comunidad con distinción en tiempos pasados. Una ciudad podía cambiar la identidad de su Cheng Huang local simplemente olvidando al antiguo dios y dando la bienvenida a un nuevo protector en el templo existente con una alegre celebración.
