Enekpe era la diosa de la familia y guardiana del destino. Se dice que cuando sus adoradores iban a la guerra y eran amenazados con la extinción, Enekpe se ofrecía como sacrificio para salvar a su gente. Era enterrada viva en el campo de batalla y su tribu fue salvada y su linaje bendecido eternamente por su sangre.
SACRIFICIO
Enekpe era, según la tradición, la hermana del cazador Iduko y la joven y bella hija de Ayagba/Agenapoje, quien una vez se enfrentó a una inminente derrota a manos de los Jukun y fue aconsejado por un mallan sacrificarla para hacer medicina de guerra (égwú). Él no era capaz de hacerlo pero cuando Enekpe oyó las palabras del mallam, insistió en ser enterrada viva. Se convirtió en una diosa tutelar y vigila sobre los destinos de Igala. Igálà significa "Tienen el poder de hacer la guerra", porque fueron ellos los que llevaron a la guerra a los Jukun.
CULTO
En el día de su celebración, se hacen sacrificios a su monumento, un cono de barro de entre metro y cuarto a metro y medio, con el único detalle de un par de pechos femeninos. En tiempos modernos, el monumento se ha cubierto de cemento. Se vierten sobre él sangre y aceite de palma, se sitúa kola en el suelo frente a él y se le envuelve con una tela. Habiendo sido alimentada y vestida, se le pide que cuide de su pueblo durante el año siguiente. Entonces el Ata (jefe) se dirige descalzo al río Níger y, dándose la vuelta, camina hacia atrás. Este parece ser un símbolo de fertilización de la tierra por el Níger, siendo la única vez que se permite que los pies del Ata toquen el suelo.