17-marzo-2019
Soy y seré siempre la chica del corazón cobarde, porque jamás puedo pasar de mirarte en los pasillos de la escuela, contemplarte detrás de mi casillero, de sonreír de manera tonta cuando sé que estas pasando a mi lado y a veces en mi atrevimiento, hasta de buscarte en los reflejos de los cristales. Porque es la única manera en la que me siento a salvo de admirar tu alma divina.
Nunca nadie observa, nunca nadie se fija, pero yo te admiro secretamente desde mi cobardía. He de admitir, que siempre me has parecido alguien encantador, un chico sonriente de espíritu libre y de las pocas personas que parecen disfrutar verídicamente del ahora. Seré brutalmente honesta, te ves bien siendo tú mismo, extremadamente lindo desde donde sea que mi escondite se encuentre.
No es mi intención sonar acosadora, porque en verdad no miento cuando digo que no estoy muy al pendiente de tu día a día, sin embargo, disfruto de la calidez que parece abordar el lugar cuando noto tu presencia, aun cuando mi corazón se alborote y me apremie a huir.
Se que después de todo lo que he dicho resultaría asombroso el afirmar que no me gustas, que no quiero si quiera ganar tu cariño, porque sería un poco hilarante ¿no es así? Pero la realidad es esa. ¿Cómo podrías gustarme, si ni siquiera te conozco? La respuesta es simple, sería casi inaudito; además sé que ya está destinado para alguien más ese llamado tu amor, tu cariño, y me alegra, pues se ve que se completan.
No obstante, también sé que disfruto de la adrenalina de poder ser advertida mirándote, con sentimientos que ni yo soy capaz de descifrar y una curiosidad inigualable. Quizá algún día me encuentres absorta observándote, en ese pequeño juego cobarde que tengo conmigo misma; y si eso pasará, estoy segura de que también sería la última vez que sucediera. Porque sin el antifaz del anonimato, no podría continuar sin que mi corazón cobarde lo suplicase a llantos que me detenga.
-L
ESTÁS LEYENDO
Baladas melancólicas, de todo lo que nunca fue
PoetryEn un mar de emociones, a veces solo existen letras para explicarlo, quizá de forma ambigua, pero funcional. Los poemas, las cartas, o notas escritas de madrugada, simbolizan todo lo que pudo y no fue, todo lo que pensé y no pude decir. Para quien...