Capítulo 22 - Locura

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Adriana se habío quedado dormida, completamente agotada.

Cuando despertó no estaba el bebé, ni tampoco Dante. Adriana enloqueció.

El maldito se había llevado o su bebé, ese siempre había sido su plan.

Esperó que se quedara dormida y se llevó a su dulce bebé, no no no...

—NOOOOO DANTEE DEVUÉLVEME A MI HIJO...VUELVEEEE — Ella lloraba o los gritos y golpeaba con los puños lo puerta.

De repente se abrió. Era Dante con su bebé. Lo llevaba envuelto.

—OH POR DIO MIOOO MI BEBÉ — Ella se lo orrebató de los brozos y lo obrozó mientros temblobo.

—Tranquila, tranquilizate aquí está, fui o lavarlo, acá no era cómodo para hacerlo...

—ME DESPERTÉ Y NO ESTABAS, EL BEBÉ TAMPOCO — Lo ocusó ello.

El bebé comenzó a lloriquear y ella fue a la cama, sacó su pecho de lo camiseta y lo metió dentro de la pequeña boca que succionaba desesperadamente.

Dante se acercó o ella que estaba sentada y lo miraba recelosa.

No había que ser tan inteligente para darse cuenta de lo que pasó, solo bastaba con sumar dos más dos.

Se sentó o su lado.

—Creíste que me habío ido con el bebé...

—Fue lo que dijiste que lo harías...— murmuró ella.

Él tocó la carita del bebé mientras observaba como tomaba lo leche de su madre.

—No separaría un bebé de su madre Adriana...

—¿Entonces porqué me dijiste eso?

Él se encogió de hombros.

—Supongo que estaba enojodo, y sí...dudaba de tu capacidad de ser buena madre.

—Yo JAMÁS haría algo para dañar al bebé — espetó ella en un murmullo y cambió al bebé de pecho., sacó su otra teta de lo camiseta.

Dante no pudo evitar pasar el pulgar por el pezón libre.

Ella lo miró con el entrecejo fruncido.

—Había quedado una gota de leche...

Llevó el pulgar a la boca de Adriana que lo lomió.

Luego metió su pecho dentro de lo camiseta y lo amasó.

—¿Qué haces? Sabes que ahora no podemos...

—Mmmm...

Él se ocercó y lo besó. Luego se separó.

—Que vas o hacer con nosotros Dante.

—Podría tenerte como esclava sexual. —

Ella sonrió. —En serio...dime...

Él envolvió su rostro con su mano y ella se epoyó en él cerrando sus ojos.

De repente se vió alzada con bebé y todo.

—¿Qué heces??? — dijo ella riendo.

El bebé protestó.

Él les llevó hacia arriba, el lugar era lindo pero mesculino.

—¿Qué es esto???

—Mi casa... bueno, una de ellas... en Milán...

La cargó escaleras arriba y le llevó hasta un cuarto infantil.

También habíe una mecedora. Allí la sentó.

—Esto es hermoso — dijo mirando todo con asombro. El papel infantil, la cuna, hasta había algunos peluches. También había un pequeño ropero. Él lo abrió y había ropita en él. —¿ Y yo dónde estaré...en la celda? — dijo ella especulativa.

Él se agachó junto a ella...

—¿Qué pensabas cuando me secuestraste, siempre se trató de tener a mí bebé???

Ella tomó a su hijo y lo dejó con cuidado en la cuna se había quedado dormido. Era tan hermoso...

—La primera vez sí, creí que así te casarías conmigo...

Él se levantó y fue hasta su lado.

—¿La primera vez???

—Por favor prométeme que no vas a enojarte...

Él la tomó de los brazos. Y luego levantó su barbilla. Ella lo miró con los ojos brillantes.

—Cuando tenía 18 años...

—¡Pero no lo hicimos esa vez!!!

—Tomé tu semen y me lo metí dentro...— ella se puso colorada —Perdón, lo siento...— una lágrima cayó por su mejilla. —A.. así... descubrí lo de la trombofilia...—Dijo ella y sollozó.

Lo abrazó fuerte. —Por favor, perdóname...NO ME QUITES A NUESTRO BEBÉ...

Él la abrazó, y acarició su cabello.

—Oh Adriana...tuviste un aborto — él lo afirmó. Ella seguía llorando. Y asintió con la cabeza.

—¿Tan obsesionada estabas conmigo Adriana???

Ella se alejó de él.

Tomó su rostro con sus manos, las lágrimas caían por sus mejillas.

—YO SIEMPRE TE AMÉ, DEBES CREERME...—le dió un suave beso en los labios...—La...la primera vez que tuve un orgasmo fue masturbándome...pensando en ti...

—¡Pero eras una niña!!!

—Siempre sentí que eras para mí Dante...Y yo para ti...tu nena...— ella tomó su rostro con sus manos y le dió un beso profundo.

Él estaba duro, ella lo sintió.

—Llevame a tu habitación...

Él la tomó por debajo de las nalgas y ella abrazó con sus piernas por su cintura.

La llevó a la habitación contigua, y le sacó la camiseta. Comenzó a lamer sus pechos y beber su leche.

—Oh por Dios Dante...

Había pasado un día del parto, ellos no podían hacerlo por delante. Aún así él la calentaba tanto...

Él la frotó por arriba de su ropa interior hasta que ella llegó al orgasmo y luego, se incorporó sobre su cuerpo, abrió la bragueta de su pantalón y metió su pene en su boca.

—Así es nena, toma mí leche como yo lo hice con la tuya, oh si siiii — dijo él mientras ella succionaba su pene y masajeaba sus bolas.

Él liberó su semen en la garganta de Adriana, ella lamió hasta la última gota.

Luego se terminó de desnudar, se recostó, y la llevó sobre su pecho.

—Estás loca Adriana...— le dijo un tiempo después.

Ella se apoyó en su pecho y lo observó.

—Y creo que me enloqueciste un poco también...pero tenemos el mejor sexo del mundo y un bebé...aparte, no puedo dejarte suelta por allí con tu locura...

—¿Entonces???

Él la giró en la cama y comenzó a besar su cuello, bajó por su espalda hasta llegar a su culo.

Bajó sus bragas, y lamió su ano. Metió su lengua, y luego sus dedos.

—¿Quieres que me detenga???

—Oh...no...— ella gimió.

Él metió sus dedos, y luego se levantó y enterró su verga en el culo de Adriana.

Tomó su cabello con una mano y mordió su cuello mientras la montó hasta que ambos encontraron la liberación, ella por la fricción y él dentro de su culo.

—Quizá yo esté loca por ti, pero tú estás loco por mi culo — dijo ella en un susurro y el rió.

LOCA POR MI PADRASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora