Capítulo 23 - Epílogo

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CINCO AÑOS MÁS TARDE

Se habían casado y bautizado a León al mismo tiempo. Ellos solos, con Ludmilla y un amigo italiano de Dante, Máximo Rossi un romano que había estado un corto tiempo en el ejército antes de hacerse cargo de los negocios de su padre y fue un inversor en la empresa de seguridad de Dante.

Adriana había comenzado a trabajar con él en su empresa, y era increíblemente buena. En sistemas y en inteligencia, cuando estaba siguiendo o cuidando a alguien.

Con los años llevaron a Seguridad Pucci a lo más alto, acrecentando su fortuna.

El hecho de trabajar juntos, los unió más.

Se llevaban bien y hacían buen equipo, aparte el sexo era fabuloso. Cada día mejor. Prácticamente no tenían límites en la cama, excepto lo que hacía al hecho de compartir.

Ella estaba negada a la posibilidad de un trío, al menos con una mujer, puesto que era celosa de Dante...una sola vez lo habían hecho pero con otro hombre y si bien a Dante le gustó la experiencia después decidió que no quería compartirla así que no volvieron a repetir.

Habían dejado a León con su niñera e ido a un club swinger dónde Adriana eligió a un hombre.

Era un italiano no tan corpulento como Dante, de cabello castaño claro al igual que sus ojos, muy atractivo.

Fueron a una de las habitaciones del lugar y al principio fue interesante para Dante verla con otro hombre. Él solo observaba mientras el hombre la desnudaba, la besaba y lamía sus tetas.

Luego él se incorporó al juego, le sacó las bragas y comenzó a comer su vagina mientras el otro hundía su pene en la boca de Adriana.

Después él puso a Adriana el cuatro patas y lamió su culo y su vagina. Empezó a penetrarla por delante mientras el tercero seguía cogiendose a Adriana por la boca.

Luego abrió los cachetes de su culo, escupió dentro y la penetró mientras tomaba sus caderas con firmeza hasta que el otro se vino en la boca de Adriana.

Luego este tercero siguió tocando y lamiendo sus tetas, mientras Dante le seguía haciendo el culo hasta dejar su leche dentro de ella.

Cuando el hombre empezó a tocarse, poniendo su pene erecto de nuevo, Dante le dijo que podía satisfacerse de otra manera pero no penetrarla. Entonces intercambiaron lugares Y éste comenzó a lamer la vagina de Adriana mientras se masturbaba y Dante tomó desde atrás la cabeza de Adriana, ésta tomó su pene y comenzó a lamer sus bolas mientras lo masturbaba y él estrujaba sus pechos como a ella le gustaba.

Dante enterró profundamente su verga por los labios de ella hasta la garganta y así se la cogió por la boca hasta terminar. Luego le dijo al tercero, que hizo acabar a Adriana con su boca y sus dedos y luego se masturbó sobre el vientre de ella, que hasta ahí habían llegado.

Mucho después, en su casa, ya bañados y acostados desnudos, ella le reprochó juguetona:

—Que malo, me dejaste sin la doble penetración...

—¿Quieres doble penetración???— le dijo Dante riendo.

—Sabes que sí...— le dijo ella besándolo...

—Yo te daré doble penetración...— le contestó juguetón.

Él escupió en su mano, y frotó su pene con saliva. Abrió las piernas de Adriana, y las colocó sobre sus hombros. Luego separó los cachetes de su culo y se la metió por el ano, mientras la masturbaba por delante, dónde metió cuatro dedos de su gran mano

—¿Esta doble penetración es suficiente para ti nena?

—Oh sí papá, así, siiii — exclamó ella mientras él movía sus dedos buscando su punto G mientras embestía su culo.

Él se agachó y tomó sus pechos, succionó sus pezones y chupó hasta que ella llegó a un explosivo orgasmo.

—Si nena, que lindo, puedo sentirte siiii...ahora me toca a mí — dijo y llenó todo el culo de Adriana de su semen, por segunda vez esa noche. —Que buen culo tienes nena...— gruñó él aún temblando.

—Hecho para ti papi...— gimió ella también en medio de temblores.

—Sii...todo mío...— completó él posesivo.

Cuando ya llevaban cinco años juntos, Dante quiso tomarse unas vacaciones solos los dos, sin León. Adriana no estaba muy convencida de dejar al niño aunque tenían empleados, habían establecido su base en las afueras de Milán, de hecho agrandaron la casa de Dante. Pero cuando él ofreció traer a Ludmilla, que también era madrina del niño finalmente accedió. Su amiga estuvo dispuesta a dejar a su mujer Ariana por poco más de una semana con todos los gastos pagos, y una donación de Dante para su causa kurda (que fueron armas).

La llevó vendada en un avión privado, a un lugar secreto. Todo era sorpresa.

Ella se quedó dormida en el vuelo -o él la durmió- y cuando se despertó estaba en una cabaña suspendida sobre el mar...hermosa, tenía parte del suelo vidriado hasta dónde podía ver porque estaba amarrada desnuda a la cama.

—¡Oh por Dio! Estamos en la Polinesia — chilló ella. —Ya suéltame,que es el sueño de mi vida y lo sabes, no seas malo...— le dijo haciendo un mohin con sus labios...

—Te voy a soltar, pero antes te voy a dar algo que nunca te he dado.—

Él ya estaba desnudo, su enorme pene erecto dirigiéndose a ella. Primero se lo metió en la boca y dejó que se lo mamara por un rato...

Después se colocó sobre ella. Adriana era tan feliz, no se imaginaba que más podía darle ese hombre maravilloso que fue su amor desde que era una niña y se había convertido en su esposo.

Él tocó su vagina, abrió sus labios y la penetró con una estocada.

—Que bien se siente tu vagina nena, sigue apretada como el primer día...

—Mmmmm...¿pero qué es eso que quieres darme???

Él le dió un beso hundiendo su lengua en ella mientras la seguía embistiendo...

—Una niña voy a darte...oh sí nena así sí...— dijo cuando sintió que las paredes vaginales de Adriana se contraían...y la penetró con un último impulso fuerte dejando en su matriz toda su leche.

Mucho después, ya Adriana no estaba amarrada y ellos estaban abrazados desnudos en la cama.

—Pero Dante, ¿ como me darás una niña si tomo pastillas anticonceptivas???

—Bueno querida, el último mes has tomado placebos — dijo mientras la besaba y reía, y la penetraba de nuevo.

Nueve meses exactos después nació Catalina Pucci. La segunda hija de Adriana y Dante.

Nota de la Autora (Katja Brook) :

Aunque algunos lugares y eventos son reales, tanto los personajes como los sucesos de esta historia son ficción. Cualquier similitud con hechos y personas de la vida real son pura coincidencia.








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