Capítulo 21 - La Leona

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Adriana se levantó con contracciones pero estaba sola en la cama y la habitación celda estaba cerrada.

—¡MALEDIZIONE DANTE ÁBREME!!!

Grito pegándole a la puerta con sus palmas mientras sostenía su vientre. Se había puesto una camiseta, porque se había despertado desnuda, la noche anterior estuvieron haciéndolo varias horas hasta que se durmió y cuando se despertó estaba sola.

Mierda, sintió que el agua chorreaba por sus piernas, había roto fuente.

—DANTE ÁBREME — golpeó con desesperación. Luego se le ocurrió que quizá no estaba y fue hasta la cámara.

—¡MALDITO PUTTANO, ESTOY EN TRABAJO DE PARTO!!!

"Tranquila Adriana, tu puedes con esto".

Otra puntada la dejó doblada. Ella se había preparado para la eventualidad de que el parto la agarrase sola en la cabaña. Se puso a calentar agua, y separó toallas, pero no tenía como cortar el cordón. CARAJO.

Volvió frente a la cámara.

—ESTOY DE PARTO ...ES...TOY...— otra contracción la dobló al medio.

¿Y si el bebé no pasaba por el canal de parto??? ella era pequeña, y estrecha... comenzó a aterrorizarse y trató de controlar su respiración.

Una urgencia de trabajo había hecho que Dante saliera de la casa, supuso que Adriana estaba bien, según lo que le había dicho Amal faltaba para la fecha de parto.

Cuando estaba regresando por la tarde con el auto, se le ocurrió chequear la cámara a través de la aplicación.

CARAJO, Adriana estaba en el suelo agarrándose la panza.

Aceleró y llegó corriendo. La encontró doblada en el suelo, bañada en sudor.

—Lle...gaste...— apenas pudo articular.

Él la tomó en brazos y la llevó a la cama. Ella comenzó a sollozar en su hombro.

—No se si pueda, duele muchooo...

—Tranquila, claro que vas a poder...espera que me voy a lavar...

Él entró al baño y cuando salió ella estaba en medio de otra contracción gritando.

—Aghhhhhhhhhhh

El chequeó, tenía las toallas. Abrió el armario con clave y sacó gasas, bisturí, antiséptico.

—DANTEEEEE

—Ya estoy nena...

Él fué a su lado.

—Solo trata de respirar y exhalar ...

—DE QUE RESPIRAR ME HABLAS, ESTO DUELE COMO LA MIERDA, SIENTO QUE ME DESGARRO DESDE ADENTROOO

—TE LLEVO AL HOSPITAL

—No...espera...— dijo ella y tragó saliva. —Yo...siento al bebé muy abajo...necesito que veas...

En qué mierda estaba pensando cuando encerró ahí a Adriana, se preguntaba Dante en ese momento.

Desesperado hizo videollamada con Michael Falcone, esperaba que lo atendiera. Tuvo suerte ese día Amal, la ginecóloga esposa de su amigo estaba de franco.

—Hey Dante — lo saludó con una niña en brazos.

—Por favor dime qué tu mujer está en tu casa...

—Si, justo hoy está porque no le toca, ¿porqué, qué pasa?

—Adriana entró de parto cuando yo no estaba, y creo que ya es tarde para llevarla al hospital

—Ayyyyyyyyyyyyy — gritó fuerte Adriana.

Justo Amal escuchó, y le quitó el teléfono.

—¿Qué pasa allí???

—AMAL GRACIAS A DIOS, NO SÉ QUE HACER...

—Escúchame, tranquilizate. Toma el tiempo entre contracciones...

Dante siguió las indicaciones de la ginecóloga entre los gritos de Adriana.

—Están durando unos 40 segundos...

—Ok ya está pariendo. Abre sus piernas, y fíjate si el bebé está coronando...

—¿Coronando???

—Siiii fíjate si ves la cabecita...

¡Oh por Dios, en qué mierda se había metido!.

Adriana había agarrado su brazo y lo apretaba fuerte.

Levantó la camiseta abrió sus piernas, había sangre fluidos y algo más...

Agarró el teléfono.

—CREO QUE LO VEO

—PONME AL TELÉFONO A ADRIANA

La joven estaba empapada de sudor y agotada. Parecía más pequeña de lo que era.

Amal quería estar ahí para matar a Dante, apenas era una niña y pequeña, el bebé podría desgarrarla.

—ESCUCHAME CARIÑO, SOY AMAL...¿HABLAS INGLÉS???

—YESSSSSSSSSS

—OK. ESCUCHAME BIEN, EL BEBÉ ESTÁ CASI POR NACER. ESTAS CONTRACCIONES VAN A SER MUY INTENSAS. DEBES HACER MUCHA FUERZA, COMO SI FUERAS A DEFECAR. SI ES NECESARIO PONTE EN OTRA POSICIÓN QUE TE SEA MAS CÓMODA. PERO DEBES HACER MUCHA MUCHA FUERZA PARA SACAR AL BEBE, ¿ENTIENDES????

—SIIIAGHHHHHHHHHHGGGG

Adriana se tomó fuerte de los barrotes de la cama. Clavó los talones en el colchón y levantó la pelvis e hizo toda la fuerza que pudo. En dos pujos más y un intenso grito de la joven, nació León Pucci.

El hijo de Adriana y Dante.

LOCA POR MI PADRASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora