Capítulo 11 - Frenesí

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ATENCIÓN, ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS QUE PUEDEN HERIR LA SUSCEPTIBILIDAD DEL LECTOR.

Luego de su primera vez, Adriana había entrado en una especie de frenesí sexual.

Se lo había cogido de cada manera en que había podido sin que él, por las drogas que le daba, hubiera podido resistirse u oponerse.

Un día lo dejó sin comida ni bebida... él no supo si era porque se olvidó o era adrede pues Adriana ,descubrió, no dejaba nada al azar.

Luego de ordenarle que se coloque en los grilletes, y asegurarlos, ese día había entrado. Tenía un recipiente con uvas moradas en sus brazos.

—¿Tienes hambre y sed "papi"???

Ella siempre le decía papá o papi con ironía.

— ¿Qué quieres Adriana??? — le respondió él de mal talante.

—No es forma de contestarle a tu hija, cuando solo viene a alimentarte — lo reprendió ella.

Estaba desnuda, él también.

Él creyó que ella le daría de comer con sus manos, a lo sumo con su boca...

Pero las cosas nunca eran lo que parecían ser con Adriana.

Ella se sentó con suavidad en su pecho, no le hacía daño porque era peso pluma.

—¿Éstas uvas son tus preferidas no? Lo recuerdo. Grandes, duras y jugosas... mamá solía comprartelas... éstas son más especiales aún porque no tienen semillas — ella sacó una del racimo y la llevó a su boca — Mmmm deliciosa — dijo luego de tragar.

—¿Torturarme con comida, esa es tu nueva idea Adriana???

Ella rió misteriosa.

—Oh no no...Para nada...

Entonces hizo algo que dejó completamente pasmado a Dante. Comenzó a sacar las uvas una por una, abrió bien sus piernas y comenzó a meterlas en su vagina.

—Mmm están frías...

Dante tragó saliva.

—¿Qué haces Adriana???

Ella terminó de colocar las uvas y las retuvo con fuerza,los ejercicios Kegel eran de gran ayuda, como había descubierto pues podía manipular los músculos de las paredes de su vagina a su placer.

—¿No tenías hambre padre???

—Yo no voy a comer eso — dijo él tragando saliva.

—Supuse que me encontraría con tu negativa, por eso...— sacó del final del cuenco la inyección y se la colocó.

—Estás completamente LOCA...

—Si bueno...dime algo que no sepa ya...— respondió encogiéndose despreocupadamente de hombros.

Luego de dejar con cuidado el recipiente con la jeringa dentro, en el piso y volver a colocarse en posición.Tomó la barbilla de Dante con una de sus manos.

—¿ Y??? ¿ Empiezas a sentir el fuego??? La droga ya debe estar haciendo efecto...

Después su sentó en su cara, con su vagina sobre su boca.

—Ahora COME — ordenó.

Ella sintió con inmenso placer como el sacaba las uvas con su boca, ella paulatinamente las iba expulsando. Y lamía el jugo. La experiencia era tan erótica, nunca lo hubiera hecho de no haberlo leído en un libro.

Cuando sintió que ya no había uvas, pero él la seguía lamiendo sonrió satisfecha y se movió sobre su cara hasta alcanzar el orgasmo.

Estuvo un rato temblando y luego salió de allí, le dió la espalda y vió que tenía el pene duro y muy parado. Lo tomó con sus manos y empezó a acariciarlo, luego se sentó sobre él. Lo montó dándole la espalda.

—Oh si...siii...— exclamó Dante sin poder contenerse mientras veía a la joven contorsionarse dándole una imagen de su espalda y su culo. — Que buen culo tienes Adriana...— las palabras salieron a borbotones de su boca.

Esto pareció darle más ímpetu, y lo montó con más ahínco hasta que él sintió como su vulva parecía succionar su pene, y acabó dentro de ella.

Luego de un rato, ella salió de arriba de él, y probó un poco del semen que quedaba sobre su verga.

— Mmmm que delicia...— murmuraba mientras lo lamía y él sentía que se le paraba nuevamente.

—Oh si padre si, le vas a dar más leche a tu nena — dijo ella que volvió a montarlo para cogerselo otra vez, pero de frente, mientras se tocaba los pechos extasiada hasta que esa vez ambos llegaron juntos al orgasmo.
—Si si...toda tu leche es para mí ...— dijo posesiva y luego se recostó sobre el, su pene aún dentro de ella, ambos temblando.

LOCA POR MI PADRASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora