Capítulo 24 - Extra

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La oficina de Adriana estaba iluminada por la suave luz del atardecer. La tranquila melodía de una música de fondo creaba un ambiente relajado mientras Adriana esperaba a la siguiente candidata para el puesto de niñera. La puerta se abrió y entró Solana, una joven rubia de 20 y tantos años, con una mirada segura y una sonrisa encantadora.

Adriana se sorprendió momentáneamente por la belleza de esta, pero rápidamente se recordó a sí misma que estaban ahí para hablar de trabajo.

— ¡Hola, Solana! Gracias por venir. Por favor, toma asiento.

La muchacha rubia se acomodó en la silla frente a ella, cruzando ligeramente las piernas y mostrando una actitud confiada.

— Gracias por darme la oportunidad de presentarme señora.

— Por favor, dime Adriana...

La joven la miró y se sonrojó de forma adorable pero prosiguió.

— Bueno... Adriana... Honestamente he oído cosas maravillosas sobre tu familia y estoy emocionada por esta posibilidad — murmuró con entusiasmo.

— Me alegra escuchar eso, Solana. Busco a alguien que cuide de mis hijos pero más especialmente de hija menor, Catalina, es muy pequeña así que busco alguien que lo haga de manera responsable y comprometida. Cuéntame un poco sobre tu experiencia en el cuidado de niños.

Solana sonrió de manera arrebatadora haciéndole pensar a Adriana en sus tiempos de soltera cuando aún no había "cazado" a Dante, la joven era definitivamente su tipo aunque no venía al caso...

— He trabajado como niñera durante los últimos años y he tenido la oportunidad de cuidar a niños de diferentes edades. Sé que tienes un niño escolarizado más grande...Me encanta interactuar con ellos, fomentar su creatividad y asegurarme de que estén seguros en todo momento.

Adriana asintió, tratando de mantener su atención en el contenido de las palabras de Solana, pero no pudo evitar notar ciertos gestos y movimientos que le resultaron cautivadores. La morena se cruzó de piernas y Solana la observó con intensidad.

— Entiendo. La experiencia y la seguridad son cualidades importantes para mí. También necesito que la persona que contrate esté dispuesta a colaborar con algunas tareas del hogar y con el cuidado de mi hijo mayor. ¿Esto sería un problema para ti?

La joven pasó sus dedos por su cabello, con coquetería.

—No, en absoluto. Soy una persona organizada y puedo adaptarme fácilmente a las necesidades de la familia. Siempre estoy dispuesta a ayudar en lo que sea necesario — dijo con tono sensual y miró los labios de Adriana .

Adriana frunció levemente el ceño, comenzando a sentirse incómoda por la actitud coqueta y la atención excesiva que Solana le prestaba. Le gustaba, pero no se podía permitir ese tipo de distracciones en la casa, aparte era una mujer casada. Así que decidió ser clara en sus intenciones.

— Mira, quiero ser directa contigo. Estamos aquí para discutir un empleo y mantener una relación estrictamente profesional. Mi prioridad es encontrar a alguien confiable para cuidar de Catalina. Has venido con excelentes referencias pero mi hogar es como un templo para mí — y no pienso profanarlo, pensó hacia sus adentros —, así que no quiero ni toleraré ninguna situación inapropiada. ¿Me explico?

Solana bajó la mirada por un instante, tratando de ocultar su desilusión, pero rápidamente recuperó su sonrisa encantadora. Y puso una expresión fingida de sorpresa.

— Oh, Adriana, lo entiendo perfectamente. Me disculpo si he dado una impresión equivocada. Puedes confiar en que seré profesional en mi trabajo y respetaré tus límites, desde ya...

LOCA POR MI PADRASTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora