Capítulo 14

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21/03/2020
09:20

"Mi madre y mi hermana se fueron a comprar y mi viejo a sacar el perro. Apresuratee"

Me encontraba saliendo por la puerta tras recibir aquel mensaje de Spreen al observar que Quackity no estaba alrededor. Haciendo el menor ruido posible, agarré las llaves y salí para llegar a casa de Spreen, unos pisos más abajo.

Hola linda, te estaba esperando. — Me saludó con un beso.

Te echaba de menos, Esperen.

Y dale con ese apodo.

Rio tiernamente, como siempre y acercó sus labios a los míos. El beso se continuó algo más apasionado, por lo que nos dirigimos a su habitación donde cerró la puerta. Me aventó hacia la cama, comenzando a quitarme lentamente la ropa. Estábamos formando una excitante fricción con nuestros cuerpos hasta que tocó mi feminidad y respondí moviéndome en busca de una mayor sensación.

Me dedicó una última mirada llena de deseo y quitó la última prenda que cubría mi cuerpo para empezar a lamer mi zona íntima. Yo simplemente jadeaba del placer, se detuvo brevemente a lamer mi intimidad hasta que me miró comprobando mi nivel de desesperación.

Entra en mí.

Me dio un último beso y comenzó a introducir su miembro en mí, notando cómo me llenaba al completo. Comenzó con estocadas suaves, acompañadas de caricias en mi ingle y pechos, con los cuales jugaba a su gusto.

Sin embargo algo inesperado ocurrió de un momento a otro.

Spreen. —Quackity se asomó por la puerta, parecía ciertamente enfadado.

Licenciado...—Le devolvió la apelación, parando sus movimientos en mí.

Yo solo miraba sin comprender nada. ¿Qué hacía Quackity ahí y por qué parecía que se conocían de antes?
Spreen me cargó sentándome en él, con su miembro aún dentro, mientras el contrario se quitaba la ropa.

Una vez desnudo, el mexicano se puso detrás de mí para introducir su miembro en mi recto lentamente. Un molesto pero soportable dolor hizo que apretase mis dientes hasta relajarme cuando poco después se convirtió en auténtico placer. Ambos comenzaron con las estocadas mientras sentía cómo mis mejillas se tornaban de rojo al ver que Quackity no paraba de observar de cerca mi desnudo cuerpo, apreciando cada detalle.

Esperad esto no está bien. —Dije entre gemidos como pude.

No pienses en eso, sólo córrete. —Me susurró en un oído Spreen.

Obedece, mi amor. —Me susurró Quackity en el otro.

Desperté algo agitada y mojada esta vez.

Otra vez había soñado con lo mismo. Miré a mi izquierda para levantarme y ahí estaba Quackity. Los rayos de sol que traspasaban por las cortinas impactaban contra su delicada piel y pestañas, dándole un toque risueño y cálido.

Buenos días, ¿qué tal dormiste hoy? —Me preguntó con una ligera sonrisa.

Qué más te da. —Dije borde, recordando que seguía enfadada por lo de mis padres, disponiéndome a levantarme.

Órale. —Me agarró del brazo para frenarme.— Dime qué soñaste.

¿Por qué hoy si los otros días no me lo has preguntado?

Porque hoy quiero que me lo cuentes —Se acomodó en la cama sin despegar su mirada azabache de mí.

No necesitaba estar en mis cinco sentidos para saber que estaba intentando devolverme la de la otra vez, por lo que cambié a una expresión desinteresada y algo enojada.

No te voy a decir lo que he soñado.

Me levanté para ir al baño puesto que seguía algo mojada pero lo impidió agarrándome nuevamente, pero esta vez de la muñeca.

Déjame, tengo que ir al baño para lavarme la cara si no quiero estar dormida el resto del día.

¿Me estás diciendo que sólo es por eso y no por el sueño que acabas de tener donde te cogían como nunca?

Mis mejillas se tornaron rojas, pero antes de decir nada me levanté una vez más de una forma más violenta para irme a la ducha y cerrar con cerrojo.


16:30

Estaba viendo un directo en twitch hasta que pensé en lo que habíamos hablado con Spreen. Vendría a mi casa, pero para ello necesitaba que algo muy ingenioso se me ocurriese con el fin de que Quackity no se enterase. Pensé durante un buen rato hasta que encontré la solución que necesitaba y me puse manos a la obra.

Oye, Quackity.

Llame a la puerta de su habitación, permitiéndome él mismo la entrada.

Quería pedirte perdón, creo que no me he portado muy bien contigo estos días y creo que nos esperan muchos más de esta forma. Eres la única persona con la que comparto mi espacio vital ahora mismo y quería que nos llevásemos bien.

Su expresión connotaba pasividad. Estaba claro que aquello sonaba más a excusa que a algo que de verdad creía.

Dime qué es lo que quieres —Dijo suspirando.

Quiero volver a beber. —Sonreí forzosamente— Pero lo que te acabo de decir no es sólo para que me dejes, en serio. Ya me canso un poco de competir contigo.

Híjole, así que gané —Dijo sonriendo victorioso— No mames, pero eres menor, si tus padres supieran que te he dejado me matan.

Pero tu ya sabes lo que es que no te dejen hacer algo que realmente quieres cuando encima estás a punto de cumplir los 18. Es muy frustrante. Además que soy responsable, la otra vez fue porque no hice mezcla ni lo hice bien.

Respiró profundo y se tomó unos segundos para pensarlo.

Está bien, te dejo. ¿Lo harás con Michelle, entonces?

Bueno es que ella está muy centrada en un tío y se pasa las noches hablando con él, entonces la idea si tu querías... —Me miró frunciendo el ceño— Entiendo, no te gusta la idea, perdón.

Me giré para salir de la habitación pero me interrumpió.

No, solo pensaba en que tu amiga sí está bien prendida con ese chico. Sí que quiero, si me has dicho la idea ya y llevo tiempo que no tomaba.

Me giñó un ojo rápidamente y volvió su mirada al ordenador para continuar jugando al minecraft.

Ah, pues claro. Hasta luego.

Salí de su habitación aliviada por haber conseguido la parte más difícil del plan.

Con mi niñero en cuarentena [Quackity y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora