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No intercambié palabra con el niñero en ningún momento desde aquello. Estuve en mi habitación tratando de distraerme con lo que fuese a pesar de que su imagen volvía a mi cabeza cada minuto. Era imposible escapar de él hasta en mis pensamientos.
Miré twitter, instagram, twitch, youtube...pero nada. Michelle estaba hablando con un chico y para variar cuando me contestaba a los mensajes siempre me preguntaba que tal con Quackity.
Decidí salir de mi cuarto, ir a cocinar alguna de las recetas que tenía guardadas para hacer en el futuro y que nunca llegaba a hacer; podía ser buena idea. Al fin y al cabo nunca me puse en serio para aprender a hacer platos y postres. En fin, ya era una de las pocas opciones que me quedaban para ver si podía desconectar de él.
Sin embargo, salí y enfrente de mí vi la puerta entre abierta de la habitación de Quackity, de la cual provenía un sonido característico del agua. Sabía bien que se estaba duchando y mi mente no pudo volver a hacer una más de sus terribles jugadas.
¿Cómo se verá sin ropa?
Mis mejillas sonrojaron al momento en que ese pensamiento invadió mi cabeza. Todo me conducía a que no lo haría, pero mi cuerpo se movió solo como respuesta negativa a mis creencias. Silenciosamente me había situado frente a la puerta de su cuarto de baño, la cual estaba entre cerrada.
La pequeña rendija por la cual salía la luz del interior fue suficiente para contemplar cómo se estaba duchando. Se encontraba lavándose el pelo, cosa que hizo que me sorprendiera al ser la primera vez que lo veía sin gorra, aunque tenía los ojos cerrados, lo que provocó en mí un alivio al saber que estaba segura de no ser vista.
Pero al igual que mi cuerpo decidió moverse solo hasta ahí, mis ojos hicieron lo mismo. Mi enfoque bajó hasta su pequeña cintura y poco después hacia sus marcados glúteos. Me sentí desfallecer cuando giró su cuerpo 180 grados, ahí la vi.
Tragué nerviosamente, quería irme pero apenas mi cuerpo podía recibir órdenes, estaba paralizada, hipnotizada con lo que mis ojos veían.—¿Se puede saber qué chingados haces ahí?
Aún me quedé más inmóvil tras escuchar aquella frase. Estaba saliendo de la ducha con una toalla y mi cuerpo comenzó a moverse tras darme cuenta de lo que estaba pasando. Pero su agarre en mi brazo me lo impidió.
—Pinche pendeja, mírame y dime que no me estabas espiando.
—Te iba a preguntar algo y estabas ocupado —Dije notoriamente nerviosa.
Aflojó un poco su agarre, lo suficiente para dejar de hacerme algo de daño pero no para darme permiso de irme.
—Sé que llevabas un buen rato observándome.
Se hizo un silencio incómodo del que no me olvidaré nunca.
—¿Sabes qué? Espérame en tu habitación, ahorita hablo contigo.
[...]
Me encontraba sentada en mi cama.
Habían pasado varios minutos desde aquello y no podía evitar pensar cómo deshacer la tremenda cagada que monté. No entendía porqué cuando llegó me caía tan mal y ahora deseaba verlo sin ropa. Mi cabeza giraba en torno a él, lo mirase por donde lo mirase.
La puerta se abrió dejando ver a un Quackity más o menos semidesnudo. Llevaba unos bóxers negros y una camisa blanca abierta que dejaba ver su torso y abdominales. No lo podía creer, ¿lo hizo aposta para ponerme a prueba?
—Mírame.
No le hice caso. No me iba a girar para verlo así, no le daría el gusto. Pero él se adelantó poniéndose delante de mí, tomando mi barbilla y girándola hacia él.
—¿Por qué vas así? —Pregunté.
—Después de haberme visto en la ducha no debería sorprenderte, ¿no es así? — Frunció el ceño— Creo la persona tan orgullosa de sí misma se está poniendo nerviosa. ¿O me dirás que esto no te incomoda?
Apoyó su mano en mi entrepierna un poco más arriba de la rodilla. Por mucho que estuviese a apenas unos centímetros de mí no dejé de enfocar mi mirada en cualquier cosa de mi habitación para evitar darle la atención que quería.
—Oye, veo que te cuesta un poco ¿crees que necesites un poco más?
Ese fue el detonante, subió su mano a escasos centímetros de mi zona íntima. Aguanté mi respiración.
—No te veo temblar ¿sabes?
Subió un poco más su mano llegando a una de las zonas más sensibles de mi cuerpo, empezando a mover sus dedos en círculos muy lentos encima de mi fino pantalón. Su mirada invadiendo la mía era una de las principales razones por las cuales notaba mi respiración y latidos acelerarse.
Cogí aire tratando de hablar sin trabarme.—¿Por qué haces esto?
—Porque otra vez andas mintiéndome. Tienes que aprenderlo de una vez. Yo soy el que te manda.
Aquel susurro tan profundo junto a su tacto entrando más en mi entrepierna fue suficiente como para que mi feminidad se humedeciera. Y lo peor de todo es que al ser tan fino el pantalón, él también lo había notado.
—¿Pero qué pasó, estás excitada? —Mostró una sonrisa tan perversa que me golpeó el corazón.
—No.
De repente su mano agarró mi cuello para hacerme retroceder hasta chocar contra la pared. Sus labios se acercaron a éste rozándolos peligrosamente.
—Vamos, no me vuelvas a mentir.
Aquello se escuchó en tono de súplica. El contrario sabía muy bien cómo encontrar mi punto débil, estaba tratando de que yo fuese posteriormente la que le rogara a él.
—Ven.
Tomé su mano y me tumbó encima de la cama. Apenas noté como llegué allí puesto que los besos que me daba en las zonas tan erógenas como eran mi cuello y torso hicieron evadirme de qué estaba ocurriendo realmente.
Y fue poco después cuando la realidad me golpeó. No podía mover mi mano derecha al sentirla atada en alguna parte del cabecero de mi cama, cosa que también estaba terminando de hacer con mi izquierda.
—¿Qué coño haces? ¿A ti que te pasa? —Dije nerviosa tras aquel estado en el que jamás me imaginé acabar por él.
Quackity sonrió y se puso con cuidado encima de mi cuerpo inmóvil.
—¿Te gusta desobedecerme para recibir más castigos?
—¿Qué? Desátame, hijo de puta. —Forcejeé.
—Shhh, bájale un tantito. Y cuida ese vocabulario. —Dijo las últimas palabras en forma de gruñido.
Se levantó para coger algo que trató de esconder detrás suyo y se agachó para estar a mi altura, al lado de mi cama.
¿Aquello no era lo que creía haber visto, verdad?
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Con mi niñero en cuarentena [Quackity y tú]
Fanfic¿Qué hubiese pasado si hubieses estado con tu niñero en casa sin poder salir por tanto tiempo? El niñero con el que te dejan a cargo es tan atractivo como intimidante. Tú sólo quieres recuperar esa libertad que no tienes por culpa de tus estrictos p...