Capítulo 17

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23/03/2020
01:00

Spreen y yo platicábamos de todo lo que nos había ocurrido en los últimos meses después de conseguir llegar a mi habitación sin hacer ni un solo ruido. Ambos, más que hablar, susurrábamos para asegurarnos de que nadie nos escuchara. Todo era meramente auditivo, apenas había nada que ver con la poca iluminación de mi lámpara de noche, lo que podía ofrecernos un ambiente calmado y acogedor para nuestro reencuentro.

Su mano se posó en mi mejilla tras un breve silencio al quedarnos sin nada de lo que hablar. Habíamos tocado tantos temas que ya nos habíamos puesto al día en todo. Ambos sentíamos y percibíamos lo que estaba a punto de suceder, después de tantos años.

Nuestros rostros redujeron la lejanía que nos separaba, llegando lentamente a escasos centímetros donde pude percibir su tranquilidad. Era algo que lo había caracterizado siempre, una calma inconfundible que relajaría al más bárbaro. Nuestras miradas, una vez más, se conectaron, compartiendo todo aquello que no expresábamos con palabras. 

Todo era silencio.

Sus labios rozaron los míos para posteriormente iniciar un beso lento, adictivo, recordando aquella parte del cuerpo que llevábamos tanto tiempo sin explorar el uno del otro. Sin embargo, no pude evitar pensar que había alguien con quien mis labios se amoldaban mejor, con quien sí sentía algo más, algo distinto.

Algo que con Quackity sí tenía.

Joder, sigue.

Apresuré la situación, comenzando a desvestirme, cuando noté la imagen de Quackity volver a apoderarse de mi mente. No pensaba permitir aquello, necesitaba olvidarme de él aunque sólo fuese por unos momentos. ¿Cómo había llegado a ese punto?

¿Todo bien?

Sí sí. Sólo me he calentado.

Le lancé una sonrisa tratando de que pareciese convincente, ya que su expresión me estaba dando a entender de que la parte de sexo se había adelantado considerablemente. Sin embargo, no pareció importarle e imitó mi acción hasta que ambos quedamos sin nada. Nos giramos y nos vimos el uno al otro tal y como dios nos trajo al mundo. No sabía muy bien si sentir vergüenza u olvidarme de todo y lanzarme, por lo que opté por la segunda opción.

Él hizo un recorrido imaginario por mi piel, comenzando por la espalda, pasando por mi cintura y llegando hasta mis muslos y caderas. No tardamos mucho en separarnos para ver cómo de un momento a otro, el contrario sacó un preservativo para colocárselo lentamente delante mío, lo que me causó un agradable escalofrío. Me recostó en la cama con delicadeza, como siempre lo había hecho, y se puso encima mío.

Llevaba tiempo esperando volver a hacer esto contigo.

Me besó una última vez y le sonreí. Entró lentamente en mí, notando aquella sensación que hacía tanto que no sentía. Empezó con embestidas lentas, provocando que se mí saliesen jadeos. 

Spreen...

Extrañaba estos momentos contigo.

Me besó nuevamente para acallar mis gemidos. Ya lo notaba, ya veía las estrellas más relucientes que nunca. Iba a llegar al final del túnel del placer. Pero, cuando estaba a punto de llegar, apareció inesperadamente la imagen de Quackity en mi mente. Otra vez. Su cuerpo, su intimidad junto a la mía, sus manos tocándome y sentirlo de una vez en mi interior. Mis paredes se contrajeron frente a aquella ensoñadora escena con la cual no pude evitar llegar al orgasmo.

—Q-Quackity.

Me vine, percatándome segundos después de lo que acababa de hacer. Vi a Spreen con una expresión confusa delante mío y no era para menos.

Con mi niñero en cuarentena [Quackity y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora