Un padre dedicado - HOPEV {terminado}

III

Esa mañana Hoseok debía reemplazar a la profesora de matemáticas, quien había llamado para dar aviso de que no podría cubrir sus horas porque uno de sus hijos se había caído por la escalera y necesitaba estar con él en urgencias.

Por más que era algo irremediable, Hoseok no pudo con el malestar que se le posó en el estómago al darse cuenta que tenía que pasar dos largas horas con esa clase de la que tan mal se hablaba.

Definitivamente los adolescentes no eran lo suyo. Cuando estudió danza y luego se especializó en educación, jamás pensó que terminaría dando clases improvisadas de matemáticas a jóvenes que solo pensaban en una cosa.

—¿En serio nadie más que yo puede hacerlo? — le preguntó a su jefe —. La profesora de artes no está haciendo nada en este momento y yo tengo cosas que hacer con el evento que se avecina.

—No empieces Hoseok, pensé que querías quedarte trabajando de planta.

—Se bien lo que quiero, pero definitivamente estar cuidando criaturas de 13 años no es una de mis prioridades.

—Bienvenido al infierno, al menos hay café gratis — le dijo el jefe de UTP dándole un guiño coqueto.

—¿Qué se supone que haga?

—Tienen un examen mañana, dales la hora para que estudien, son buenos niños... ya verás. Esto es una academia un poco más liberal, los estudiantes no son como los que has tenido hasta ahora.

Hoseok se retiró con el libro de clases bajo el brazo, rezando para que cortaran la luz del lugar así se libraba de reemplazar a su colega. Bufó ofuscado porque a pesar de su negativa, Jin tenía razón, debía comenzar a ganar puntos en dirección si quería lograr que lo dejaran de planta y ya no ser simplemente un reemplazo. Llevaba tres meses en el lugar porque la antigua profesora de danza se había roto los ligamentos en una pierna al hacer trekking en un monte del extranjero. Jin era el encargado de la unidad de metodología y currículo hacía casi tres años y no había dudado en contactar a Hoseok para el reemplazo, ambos profesores eran amigos desde la universidad por lo que estaban muy acostumbrados a trabajar juntos.

Al llegar al salón de clases dio una rápida lectura del ambiente, decidió no alargar su agonía y simplemente pidió a los estudiantes que sacaran sus libros de estudios para avanzar en su preparación para el examen que se avecinaba.

Los jóvenes eran mejor de lo que esperó, cada uno estudiaba silenciosamente en su puesto y de vez en cuando se acercaban a preguntarle teoremas matemáticos de los cuales no tenía idea.

—Vamos, no tengo permiso para enseñar matemáticas — se excusó — por supuesto que sé de qué va el teoremas del binomio, pero no tengo licencia de esta rama para enseñarte y no quiero una demanda de tus padres ¿entiendes? — le dijo a una de las chicas que se acercó por ayuda.

—Profesor Jung — llamó alguien desde la puerta del salón —. ¿Puede venir un segundo por favor?

Hoseok se puso rápidamente de pie con la ilusión de que al fin alguien lo sacaría de esa cárcel numérica.

—¿Hoseok, cierto? — le preguntó el hombre corpulento que se erguía frente a él —. Perdón que interrumpa tu clase, pero necesito sacar a un par de estudiantes que me deben unas evaluaciones ¿hay algún problema si me los llevo?

—¿Y tú eres..?

—Oh, mierda. Lo siento — se disculpó apenado ofreciéndole la mano —. Soy el profesor Kim, jefe del departamento de deportes, pero puedes llamarme Namjoon.

—Nunca te había visto por aquí — Hoseok se cruzó de brazos alzando una ceja.

—¿Ah no? Hmmmm y ¿quién crees que llena tu taza de café todas las mañanas? — preguntó Namjoon dándole una sonrisa divertida.