XIV

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Tomó el primer vuelo de la madrugada para llegar la semana antes de su cumpleaños. Nunca habían pasado uno de esos días separados, Yoongi siempre se las arreglaba para verlo aunque fueran cinco minutos cada 30 de diciembre. Su agenda no era la ideal para ser una persona social, pero había estado trabajando los últimos tres meses en dejar todo listo en su empresa para que pudieran prescindir de su presencia por unos días. 

El día anterior a su viaje, cayó de sorpresa al salón de su tía para pedirle que le cambiara el look completamente. Llevaba años trayendo el cabello negro y Taehyung nunca lo había visto con un estilo diferente. Necesitaba que el menor viera que estaba avanzando y que no se quedaba atascado como tanto temían. 

A pesar de que era su abuela quien le alquilaba la pequeña casita, Yoongi no había podido visitarlos desde que se mudaron, hace casi un año atrás. Pero sí habían logrado verse un par de veces cuando lo acompañó a en reiteradas oportunidades a la tramitación de su divorcio.

El auto lo dejó fuera de la casa a eso de las diez de la mañana, era un día domingo y sabía que Taehyung estaría en casa. Bajó sus maletas del taxi e ingresó al lugar porque tenía copia de las llaves desde el principio. Por alguna extraña razón se sintió como "volver" y no "llegar de visita". Taehyung siempre había sido su mejor amigo y lo amaba con adoración absoluta.

Se estaba quitando los zapatos en la puerta de entrada cuando sintió un pequeño grito al interior del hogar.

—¡Min Yoongi al fin llegas! — gritó Taehyung abriendo la puerta de golpe para lanzarse a los brazos de su amigo —. Por dios, te extrañé tanto —dijo comenzando a sollozar entre sus brazos.

Yoongi lo sostuvo fuertemente por la cintura estrechándolo con devoción contra su cuerpo. Aquel abrazo fue la muestra de la urgente necesidad que tenían uno con el otro, se conocían desde la primaria y jamás habían pasado tanto tiempo separados. De alguna forma, ambos se consideraban familia mutua.

—Me alegra tanto verte —murmuró Yoongi enterrando su nariz entre los cabellos de Taehyung —.  Espero estés listo para soportarme una semana completa merodeándote.  

 —Por mi que te quedes de por vida en este pueblo.

—Okay, tampoco exageres.

Ambos comenzaron a reír soltándose del abrazo para guardar los bolsos del mayor dentro de la casa. Luna todavía estaba durmiendo, así que Taehyung aprovechó de preparar el desayuno para todos.

—Me tomé un café en el aeropuerto, no te preocupes por mi —dijo Yoongi cuando salió del baño completamente renovado y con un look más sport.

—Vas a comerte todo y sin peros — sentenció Tae terminando de alistar la mesa —. Te preparé waffles con dulce de mandarina.

—Okay, tal vez pueda comer un poco —sonrió mostrando sus adorables encías de gomita.

—Gracias por venir Yoonie, Luna te extraña mucho.

—¿Ha estado mejor? —preguntó en cuanto el menor se sentó a su lado para servir su café.

—Sí, pero toda la terapia hace que a veces me pregunte mucho por su padre. Me rompe el corazón cada vez que me dice que Seojoon no la quiere, me está costando mucho ¿sabes?

—¿Has tenido noticas de él? —quiso saber Yoongi mientras dejaba suaves caricias en la espalda de su amigo —. Mi padre me ha dicho que no apeló a la orden de alejamiento.

—No hemos sabido nada de él, pero su madre me ha estado depositando dinero en el banco para Luna. Pero no lo he tocado, no quiero nada de esa familia.

Un padre dedicado - HOPEV {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora