XXIII

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Taehyung POV

Ding dong

—Cariño, ¿ya estás lista? Jungkook llegó por nosotros.

Corrí a abrir la puerta, ya estaba totalmente arreglado para nuestra cena. Me emocionaba mucho que Hoseok hubiera organizado una velada con mis amigos porque eso significaba que nuestra relación estaba haciéndose más fuerte. Hobi hasta me dijo que compró unos regalitos para el bebé y eso me llenaba de ternura; un pensamiento cruzó mi cabeza: él será un padre increíble si algún día decide tener familia. ¿Iremos a ser nosotros su familia?

—Wow, sí que te ves bonito con ese color —Jungkook me sonrió grandemente apenas abrí la puerta —. ¿Ya están listos? Hoseok dejó la cena comprada así que Jimin está feliz porque no tuvo que cocinar nada.

—Ya lo veo abriendo los envases de comida para meter sus deditos y chupetearlos.

—Eso es algo que probablemente ya está haciendo, así que nos apuramos o nos quedamos sin cena.

Luna bajó las escaleras corriendo, esa noche lucía un vestido de lunares que le encantaba y la hacía ver como una pequeña princesa. La observé largamente mientras se colgaba de los brazos de Jungkook, últimamente se veía radiante, algo estaba cambiando en ella y amaba la idea de estar presenciándolo con atención. Si bien era muy parecida a su padre y eso a veces me descolocaba un poco, su sonrisa y su mirada eran iguales a las mías; algo dentro de mí se agrandaba cada vez que me sonreía de esa forma. Quería pensar que finalmente mi hija estaba siendo feliz, que estaba viviendo su infancia como debía y que yo había tomado la decisión correcta cuando decidí cambiar nuestra vida. Por supuesto que en ocasiones me sentía apenado y hasta algo culpable por negarle la presencia de su padre, pero algo en mi decía que había tomado la decisión correcta. De todas formas, algunas noches me despertaba con dudas y pensamientos oscuros, ¿no debería haberme aguantado todo eso sólo para que mi hija viviera una vida normal con sus padres juntos? ¿no debí priorizar la estabilidad de la niña antes que mis niñerías de esposo enfermo? Tal vez debí haber aceptado mi vida y sólo haber velado por su felicidad...

—¿Qué tanto piensas? Vamos, al auto —Jungkook me dio una mirada dudosa y me hizo una seña para que lo siguiera al vehículo.

Adoraba cuando se ponía mandón, siempre había procurado protegerme de todo, bueno a los tres. Jungkook era nuestro protector, muchas veces fue más figura paterna de mi hija que su propio padre y eso era algo que jamás iba a poder pagarle. Cuando llegué a la ciudad, gracias a Yoongi, Jungkook me contrató sin que yo supiera hacer nada. Él y Jimin me enseñaron lo básico para que mi trabajo fluyera tranquilamente, recuerdo muy bien que los primeros días fui un verdadero desastre e incluso rompí más platos en una semana de lo que se habían roto desde la apertura del local. Aun así, ambos fueron pacientes y amorosos conmigo, siempre pensé que su actitud era por lástima... eso hasta que los conocí y comprendí que sí hay gente que vale la pena en el mundo, que sí existen personas que son bondadosas sólo porque sí y que la familia es esa que uno elige y no la que te impone la sangre.

Jungkook manejaba con tranquilidad, música suave sonaba en el vehículo y eso hacía que mi hija canturreara pacíficamente en su silla en los asientos traseros.

—Hay una canción nueva que Luna sabe cantar muy bien y está en inglés —le anuncié a Jungkook para que se sintiera orgulloso de su sobrina —. Cariño, ¿te parece se la cantas al tío Jungkook?

—¿Dynamite? —me preguntó emocionada.

—Creo que la he oído en la radio, es bastante mona, ¿es cierto que te la sabes? —le preguntó mirándola por el espejo retrovisor —. Eso debo verlo.

Un padre dedicado - HOPEV {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora