XII

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—Hoseok, tenemos que hablar —dijo Jin entrando a su oficina rápidamente —. Me acosté con Namjoon y creo que ya no le gusto — Jin se dejó caer en el sofá que había en medio del despacho —. No me habló en todo el fin de semana ¿qué hago? ¿te ha dicho algo? ¿has hablado con él? Dime ¿qué hice mal?

Hoseok se quitó las gafas para mirarlo fijamente con cara de pocos amigos, él tampoco había tenido noticias de Tae y la verdad estaba bastante desanimado con todo. Corrió los papeles que tenía sobre el escritorio hacia un costado para poder apoyar los codos y sostener su rostro harto entre sus manos.

—Namjoon está aquí, se está lavando las manos en el baño —bufó con tono monótono apuntando hacia una puerta detrás de sí—. Me acaba de decir lo mismo que tú ¿por qué simplemente no hablan las cosas? 

Jin se sobresaltó cuando el aludido salió del baño tranquilamente luciendo más atractivo que nunca mientras sostenía una toalla entre sus manos. Ambos se miraron largamente ligeramente tímidos.

A Hoseok le hizo mucha gracia la situación, por lo que se puso de pie para recolectar los materiales que necesitaba para su próxima clase "historia de la danza moderna", le dio una mirada severa a Seokjin y abrió la puerta de un tirón:

—No tengan sexo en el sofá —gruñó saliendo con un sonoro portazo.

Caminó por el pasillo revisando su bandeja de entrada a ver si tenía algún mensaje de Taehyung, pero nada. ¿Sería que lo había asustado con su intensidad? Ahora que lo pensaba fríamente, y sin una erección de por medio, se daba cuenta de que en realidad no sabía nada de ese chico más que dónde trabajaba. Un pensamiento oscuro cruzó por su mente al recordar lo serio que se había puesto al mencionar el matrimonio ¿sería que tal vez..? No, no podía ser, Taehyung era muy joven como para estar casado, pero ¿qué edad tenía? ¿Unos 22? O quizás se veía más joven de lo que era... Okay, okay no sacaba nada con enredarse en ese tipo de ideas, lo mejor sería llamarlo para concretar una cita o... ¿dejarse caer casualmente en su trabajo una vez más?

Como sea, definitivamente algo no estaba yendo bien y eso lo tenía claro.

Las horas pasaron tranquilamente hasta que llegó su último taller. Decir que estaba estresado por el estreno de la obra era decir poco porque estaba fatal y sentía cómo perdía la cabeza poco a poco... La voz de su padre sonó en su cabeza cuando recordó sus repetitivas súplicas para hacerlo desistir de dedicarse a la educación y encaminarlo a la medicina como él, su esposa y su hija.

"La danza está bien como hobby, Hoseok. En el futuro serás la cabeza de la familia y debes tener una carrera digna..."

Sí, por supuesto que recordaba esas eternas discusiones todavía. Por suerte su padre se había contentado con algunos cursos que hizo, como diplomados y algunas capacitaciones que tenían relación directa entre la danza y la medicina; de a poco había comenzado a aceptar su pasión por la danza, la educación y las artes escénicas en general.

Como sea, siguió su camino a la sala que quedaba al final del pasillo para encontrarse con su clase. Antes de abrir la puerta tomó una gran bocana de aire para darse la energía suficiente e infundir calma y tranquilidad a sus estudiantes. Sí, tal vez se sentía desanimado por cómo estaba yendo su vida, pero al menos tenía su grupo de pequeñas bailarinas que tantas sonrisas le significab-

—No vuelvas a decirme huérfana ¿oíste? —gritó la niña golpeando a otra de lleno en el rostro.

Hoseok se vio de pie en el umbral de la puerta con el rostro completamente desencajado observando cómo su taller era un completo desastre y ¿la peor parte? La peor parte era que eso no era lo más terrible que estaba pasando.

Un padre dedicado - HOPEV {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora