Las tardes acaloradas de primavera suelen ser las más nostálgicas, especialmente cuando se trata de tu mejor amigo y tú. Pasar horas juntos durante esos cálidos momentos, sudar un poco en las prácticas de futbol, pero considerarlo irrelevante, pues estás pasando un gran momento. Pasar tiempo exageradamente innecesario con tu mejor amigo y que tu única preocupación es la victoria del próximo partido. Esas nostálgicas tardes de primavera cuando todos estaban bien, bien, técnicamente bien. Era increíble como Michael extrañaba todo eso, lo extrañaba tanto que podría hacer lo que fuera para regresar a esos buenos tiempos. Lastimosamente no había nada que hacer, nada era reversible, incluso si lo deseabas con toda tu alma. El arrepentimiento era mayor, claramente, si tan solo pudiera rehacer cada mínima decisión, tal vez no estaría en las deplorables condiciones en las que se encontraba.Independientemente de todo eso, era primavera. Obviamente la última de las primaveras.
Michael amaba los jueves, tenía las dos cosas que más amaba en este mundo, las prácticas de fútbol y la clase de artes, ¿La clase de artes? Si, sorprendentemente sí, pero había una explicación científica a todo esto, a Michael no le gustaban las artes. Todos los jueves después del recreo tenía clases de artes que compartía con otro salón. Anthony York era su mejor amigo y la única clase que compartía con él era artes. Anthony era especial, era su amigo de toda la vida, su mejor amigo, y Michael realmente añoraba el tiempo con él. Todo empezó ese año, cuándo decidieron sentarse juntos. Pasaban grandes momentos en esa clase, se divertían mucho y también hacían mucho alboroto, incluso los llegaron a sacar del salón más de una vez. Eran inseparables.
Como solían ser los más populares del colegio, pocas personas se atrevían a cuestionar lo que hacían esos dos, por lo que obviamente nunca notaron nada raro. Igual todo se remonta a las clases de artes, porque por algún motivo, era cuando las cosas sucedían y las flores florecían. ¿Quién me hubiera dicho a mí que en las clases de artes, Michael y Anthony se tomaban de las manos? Es algo bastante irónico de escuchar después de saber la realidad.
-Tomen asiento, chicos, la clase está por comenzar.- dijo la maestra de artes con la voz firme, Anthony y Michael iban entrando al salón.- Vayan con sus parejas para empezar el proyecto.- Los dos chicos iban riendo de algo que les había pasado en recreo, haciendo sonar su risa escandalosa por todo el lugar, provocando la mirada de muchos.
-Michael, ¿Quieres hacer algo después de la práctica de fútbol?- preguntó el rubio, a Michael le salieron brillos en los ojos al escuchar la propuesta.- Claro, solo si quieres.
-¡Obviamente!- dejó sin querer escapar un grito, varios voltearon a verlo, Anthony rio por lo sucedido.- Vayamos al parque.- el menor asintió.- Lo bueno es que trajimos nuestras bicicletas.
-Sí, es justo lo que tenía pensado, hace mucho que no vamos al parque.- antes de que Anthony pudiera continuar, Michael abrió el bote de pintura que hizo que le salpicara un poco.- ¡Oye!- sé que riendo.
-No era mi inten-.- fue interrumpido por la pintura que recibió en la cara, Michael abrió los ojos incrédulo.- ¿Eso es lo que quieres?- sacó más pintura y la lanzó a su cuerpo, empezando oficialmente la guerra de pintura.
-¡No!- gritó Anthony mientras seguía aventando pintura, Michael se estaba riendo. Y pudieron haber seguido su guerra perfectamente si no hubiera sido porque la miss de artes que los sacó del salón.
-Creo que nos lo merecemos.- dijo Michael que estaba sentado en el pasillo.- Lo vi venir, pero aun así me divertí mucho.- Anthony soltó una pequeña risita que provocó que Michael sintiera un cálido y abrazador destello en el corazón.
-Obviamente fue divertido tonto, siempre que estoy contigo me divierto.- Anthony seguía hablando, pero Michael ya no escuchaba, estaba perdidamente concentrado en los ojos verdes del menor.
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Bajo la Sombra de la Moneda
Lãng mạnMichael, un joven atrapado entre las sombras de la mediocridad y los susurros persistentes de su mente, encuentra su vida entrelazada con Louis y Anthony, dos compañeros que parecen tenerlo todo. En la fachada de una normalidad superficial, la escue...