Bajo la Sombra de la Moneda

Capítulo 17

Fue inevitable para Michael no fantasear al respecto, ¿Y por qué no hacerlo? Estaba emocionado, eran contadas las veces que había recibido contacto físico sincero. Claro que unas simples palabras bonitas y un abrazo lo harían caer como una hoja suelta en un día de otoño. Pareciera que el muchacho no aprendía, pues sus antiguos problemas venían de su desesperación por falta de cariño. Esta vez era Noah, y él no le haría daño, pero si hubiera caído en las manos equivocadas, estaría en las mismas que hace unas temporadas. Pero volviendo al punto, todo por esa emoción que sentía Michael, se había pasado todo el día pensando en cómo sería su casa con Noah, cómo sería su boda, y los hijos que adoptarían.

Poco después de pensar en sus fantasías siempre se sentía mal consigo mismo, creía que solo se estaba ilusionando, tal vez solo era un amor pasajero y nunca llegarían a ser nada más, tal vez ni serían novios. ¿Por qué seguía perdiendo el tiempo en eso? Solo se engañaba y terminaría lastimándose él solo. Pero era inevitable, pues se sentía tan lindo pensar en esas cosas, pensar a futuro y solo ver felicidad y amor. ¿Cuándo fue la última vez que vio hacia su futuro? ¿Cuándo fue la última vez que fue positivo?

Noah lo había cambiado.

¿Tal vez quisieran saber qué fue lo que sucedió después de la pequeña interacción entre Noah y Michael que provocó una cercanía en su relación? Bueno, pues la verdad es que es bastante sencillo. Se habían vuelto considerablemente más cercanos, se habían empezado a mensajear mutuamente todos los días desde entonces, hablaban de cualquier tontería, todo el tiempo a todas horas. Michael se quedaba despierto toda la noche solo para poder hablar con Noah.

Y oh, vaya que eso no era lo único que habían implementado a su nueva rutina. Ambos chicos ahora iban con bastante regularidad al baño, ya saben, una pequeña visita de esas. Era como si no los pudieran separar ni un segundo, pues todo el tiempo se tenían que tocar, como si no se hubieran visto en años.

Era un miércoles por la mañana, Michael había visto a Noah en su pasillo. El castaño no había podido evitar verlo, no solo verlo, decirle todo con la mirada. Noah estaba hablando con unos chicos sobre sabe Dios qué, pero este no les prestaba atención, solo podía ver a Michael, y Michael solamente. Era imposible concentrarse mientras el castaño te estaba haciendo ojitos lindos, Noah sonrió ampliamente. Michael le hizo señas para que fueran al baño.

Por supuesto que Michael llegó primero al baño, y mientras esperaba a que Noah lo hiciera, este practicaba su sonrisa en el espejo. Como no sonreía en mucho tiempo, sentía que su sonrisa se había perdido, tenía que practicar. Saltó del susto cuando la puerta se abrió, volteó a ver nervioso para ver de quién se trataba y se alivió al ver que era Noah. Ese chico sí que entendía las señales.

-Noah, vin-.- el castaño no pudo terminar, en ese mismo momento sintió los labios cálidos del mayor. Wow, alguien estaba desesperado. Noah puso su mano en el cuello del castaño, acariciándolo rítmicamente mientras el beso fluía. Michael se limitaba a acariciar su lindo pelo. El mayor se empezó a mover y los guio hasta el mostrador del lavabo, sentando a Michael ahí para acomodarse mejor.

Se detenían de vez en cuando para mirarse a los ojos y recobrar la respiración, cuando lo hacían, volvían a lo que estaban. Pero lo que más le gustaba a Michael era el hecho de que Noah lo trataba como si fuera una pieza delicada de un museo, a comparación de George que solo era agresividad y jalones. El mayor lo cuidaba, se preocupaba por él.

Noah lo inclinó un poco, sin embargo el castaño perdió un poco la estabilidad y tuvo que apoyarse en el lavabo. Posando su mano en un charco de agua. Michael reaccionó tan rápido como si de fuego se tratara. Soltó un pequeño grito y se separó de Noah, este lo veía confundido. El castaño veía la palma de su mano aterrorizado, le empezaron a temblar las manos, sus ojos recorrían nerviosamente el recorrido de la gota de agua.