El pasillo de secundaria se sentía terriblemente frío, la soledad se podía presenciar en las partículas que acariciaban tu piel, casi provocaba una inmediata corriente eléctrica. Cualquiera que pasara podría percibir un mal presentimiento. Michael había puesto en acción su plan el día siguiente por la mañana, pero tenía que encontrar el momento perfecto para ejecutarlo, tenía que ser cuidadoso. Había pasado una gran cantidad de tiempo analizando quién podía ser su víctima perfecta, no podía ser cualquiera, tenía que ser alguien que encajara en el papel o todo sería en vano. Para eso, había llegado temprano a la escuela para hacerlo lo más rápido posible.
Michael se encontraba casi oculto esperando a que su presa apareciera, un chico de tercer grado de secundaria, era un grado más que él, pero era conocido por ser frágil y afeminado, el pobre había sido la primera opción para Michael. En el fondo, Michael estaba buscando que cualquier excusa se pareciera antes sus ojos, él realmente no quería hacerle daño a nadie. Lo que estaba por hacer estaba en contra de sus creencias y su comportamiento habitual, él no era el tipo que molestaba a las personas solo porque era popular, él siempre había sido amable. Las manos le sudaban, tenía la esperanza de que el chico no apareciera o que simplemente no hubiera ido a la escuela. Pero aun así lo tenía que hacer, si tan solo Anthony apareciera, todo estaría perfecto.
Después de poco tiempo, el chico que buscaba Michael apareció, el pobre no tenía ni idea de lo que estaba por pasar. Michael que estaba oculto, salió y se puso a la mitad del pasillo, fue caminando hasta donde se encontraba el chico. Llegó hasta él y lo empujó con su hombro, quería aprovechar esa excusa para implementar su plan. El niño desconcertado volteo a verlo para pedirle perdón inmediatamente.
-Lo siento mucho, perdóname, no era mi intención.- se apresuró rápidamente el chico, Michael sintió como su corazón dolía, no creía lo que estaba haciendo.
-Ten cuidado, maldito estúpido.- Michael lo agarró del cuello de la camisa y lo empujó hasta que su respiración se cortaba. El pobre chico de tercer grado no sabía porque Michael estaba tan agresivo.- No sabes con quién te estás metiendo.
Anthony estaba pasando por el pasillo cuando escuchó un alboroto a lo lejos, su curiosidad lo llamó instintivamente y rápidamente fue ver que era lo que sucedía. Mientras más se acercaba, más podía escuchar la conversación, no solía haber peleas de ese tipo en la escuela, y cuando pasaban era por algo. Pero lo que Anthony no esperaba era ver a Michael involucrado, en un principio él creyó que Michael era la víctima, ya que él era incapaz de hacerle algo a alguien. Pero para su desfortuna, no fue así, cuando se dio cuenta de que era al revés, quería huir lo más lejos posible.
-Y-Yo, lo siento.- casi no podía hablar, le temblaba demasiado la voz. Michael vio el terror en sus ojos y sintió una ola electrizante recorrer su cuerpo, tenía que ser fuerte, tenía que hacerlo por Anthony. Su mirada se endureció y se volvió más fría.
-¿Acaso eres un puto maricón?- Michael soltó una bofetada, y en el momento en el que lo hizo, Anthony sintió como si él hubiera recibido ese golpe.- ¡Contesta!- el chico se encogió de miedo.
-N-No.- Michael soltó una carcajada escandalosa que resonó por todo el pasillo, los sollozos del niño se escuchaban por todo el lugar, nadie hacía ni un ruido por toda la tensión. Todos los ojos estaban en ellos, incluidos los de Anthony.
-Eres un maldito mentiroso.- la voz de Michael era un susurro venenoso que envolvía el aire entre ellos.- Se te nota lo maricón a kilómetros.- Michael le escupió en la cara, el chico en un intento inútil de defenderse, golpeó la mandíbula de Michael. Se sentía asqueroso, y con la mirada trató de pedirle perdón, para después darle una serie de golpes. El chico sollozaba en voz baja, y Michael finalmente lo soltó, dejándolo caer al suelo. En ese momento, Michael no solo había lastimado físicamente a alguien, sino que también había rasgado su propia alma.- Atrévete a decirle de esto a algún profesor y te irá peor.- Michael le susurró en el oído antes de que el chico saliera corriendo de ahí llorando desconsoladamente.
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Bajo la Sombra de la Moneda
RomanceMichael, un joven atrapado entre las sombras de la mediocridad y los susurros persistentes de su mente, encuentra su vida entrelazada con Louis y Anthony, dos compañeros que parecen tenerlo todo. En la fachada de una normalidad superficial, la escue...