•°~°Capítulo 64°~°•

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Bennett se levantó más temprano y recompuesto de lo que creyó a pesar de haberse dormido tan tarde. Al instante su vista enfocó las sábanas deshechas de la cama, arremolinadas en un mal intento por taparlos a ambos. Tras eso, su mirada se concentró en cómo su propia mano descansaba sobre el pecho desnudo de un dormido Ben, sintiéndolo subir y bajar lentamente, cálido y agradable.

En seguida su vista recorrió el resto del área, así recordó que él también estaba parcialmente desnudo, y podía sentir con mucho detalle lo alta que era la temperatura entre ambos, con sus pieles tocándose. La pena lo hizo sentir más nervioso; tomó un respiro, empujó sus palmas en la cama y se levantó.

El sobresalto le había durado muy poco, pues su vista se perdió en lo bonito que era el rostro de Ben mientras éste dormía: sus facciones definidas, usualmente empujadas a la dureza y la seriedad, ahora se veían relajadas. Veía sus labios presionados, los párpados cerrados, sus pestañas afiladas y parejas. Sonrió embobado, el golpeteo en su pecho haciéndose más intenso le hizo sentir la cara arder.

Se calmó a si mismo, mordiendo su labio. Cuando estuvo lo suficientemente tranquilo, llevó su mano hasta el rostro del moreno, le acarició la frente y allí peinó el fleco desordenado de su novio; trazó un camino de caricias por el costado del rostro tibio de este, hasta acunar su mejilla. Siseó internamente, pues sabía que le sería mucho trabajo encontrar su celular, lo más seguro es que perdido entre las cobijas, y tomarle una foto a Ben, sin que antes se despierte y lo mire como a un bicho raro.

Como no quiso molestarlo viéndolo tan cómodo, Bennett se levantó sin hacer ruido, y cubrió al pelicían hasta el pecho, una vez el moreno pareció notar la ausencia del cuerpo más cálido sobre él. Aquello hizo que el pelimora suspirase. Al mirar a un lado, halló su celular a salvo en la mesita de noche, por lo que supuso que Ben se había tomado la molestia de ordenar lo posible, antes de que ambos se durmieran, pues también vio su ropa restante bien acomodada cerca del pie de la cama. Volvió a sonreír, esta vez enternecido.

Cuando miró la hora, dando a penas las 6:28 am, sintió un impulso por volver a arrojarse a la cama y dormirse de nuevo abrazado al mayor. Despertar temprano, luego de haber dormido menos de seis horas, y no tener nada que hacer, era un aburrimiento horrible. Prefiriendo volver a acurrucarse junto al pelicían, Bennett dejó el móvil en la mesita de noche, y se sentó sobre la cama. Estuvo a punto de volver a acostarse, hasta que pudo escuchar unos pequeños toquecitos en la puerta.

Esos rasguñitos tan familiares, seguido de un canino suspiro lloroso que se escuchó después, hicieron que la idea de levantarse, se sintiera un poco más entretenida.

—Ay, pequeña Isabella, estás despierta tan temprano. —Al abrir la puerta, Bennett se encontró a la ansiosa canina saltando y removiéndose frente a él. Dobló las rodillas y la acarició. Al instante la cachorra empujó sus patas contra su pantalón y siseó haciendo ojitos—. Oh, entiendo, tu comidita. —sonrió y tras un suspiro, le hizo una seña; ella se sentó—. ¿Puedes esperarme un poquito?

—¡Guau! —. La cachorra ladró y se sentó a un lado de la puerta, chocando la cola contra el piso, e inundando la habitación con el sonido de su respiración escandalosa.

Bennett reprimió un ruidito de ternura y buscó su ropa para vestirse. Mientras la expectante cachorra seguía a la entrada del cuarto. Le parecía muy curiosa, ya que a diferencia de sus perros, que solían saltar sobre él para despertarlo, la canina se mantuvo quietecita mirando en dirección al dormido pelicían; a veces se sentaba y se echaba en el suelo, inquieta, pero sin hacer un solo ruido.

 :・゚ "Detrás de cámaras" ・✧:・ [BxB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora