Capítulo XV

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-Louis, vuelve aquí -la cabeza de Harry asomó por la ventana, cerca de sus rodillas.

-Volveré cuando tenga al gato -mantuvo los ojos fijos en el edificio y en Gus.

-¿Y cómo lo vas a hacer?Harry había elegido un mal momento para iniciar una conversación.

-No lo sé. Lo estoy pensando.

-¿Y no crees que deberías haberlo pensado antes de salir ahí?Él avanzó hacia Gus, y la toalla, cuyo nudo se había aflojado al subir a la ventana, resbaló un poco por sus caderas. Genial. Sólo llevaba una toalla y se estaba cayendo. Moviéndose muy despacio y con mucho cuidado, se la quitó y se la echó al hombro. Mejor enseñar el trasero a siete pisos de altura que tropezar con la toalla.

¡Maldición! Ni siquiera iba a morir con dignidad. Con honor, tal vez, pero con dignidad no.Pero él podía hacer aquello. La clave para no morir estaba en moverse despacio. O al menos eso esperaba.Pero no sabía si tenía muchas probabilidades de agarrar al gato. La maldita bestia lo había mordido antes, cuando había intentado acariciarlo. Louis hizo lo único que podía hacer... siguió avanzando hacia el gato y le habló en voz baja.

-Bien, amigo. Agárrate con fuerza. ¿Ves?, ahí está el truco. Puede que tú tengas siete vidas, pero yo sólo tengo una...

-¿Qué? -preguntó Harry.Él volvió la cabeza en su dirección con cuidado.

-Hablo con el gato. Danos un minuto, ¿vale? Y te agradeceríamos mucho que no hicieras ruido ni movimientos repentinos.Miró de nuevo a Gua y siguió hablando.

-Con franqueza, creo que soy muy joven para morir, pero aunque no lo sea, no quiero morir estrellándome desnudo contra el suelo. Y quién sabe, puede que tú ya hayas agotado tus siete vidas.El gato lanzó otro aullido estremecedor. Un murmullo de brisa enfrió el sudor que caía entre los hombros de Louis.

-Escúchame bien. Yo te sujeto, volvemos a entrar ahí y juro que lo convenzo para que te ponga otro nombre. Si yo me llamara Gus, también estaría aquí fuera. Pero por mi honor que te cambiaremos el nombre en cuanto volvamos ahí dentro.Gus aplastó las orejas. Aquello no era buena señal.Louis ya casi estaba allí... sólo unos centímetros más...

-Voy a pasar por encima de ti para ir al otro lado.Respiró hondo. Levantó el pie derecho y lo pasó por encima del gato, con lo que Gus quedó entre sus dos piernas y él podía agarrarse al marco de la ventana del vecino de Harry.Bajó la vista hacia el gato. Éste lo miraba a él. O más concretamente, una parte de él. Gus contemplaba su pene colgante con un brillo malicioso en los ojos, como si acabara de descubrir un juguete.

-¡Ni se te ocurra! -Louis cubrió su pene con una mano protectora.Una mujer mayor apareció de pronto en la ventana.

-¡Pervertido! -gritó.Se apartó y bajó la persiana.Louis, sobresaltado, clavó los dedos en el marco.Tranquilo. Tranquilo.Recuperó el equilibrio y pasó el pie izquierdo por encima del gato. ¡Bien! Apartó la mano del pene. Ahora ya sólo faltaba la parte más terrorífica.

-Te voy a envolver en esta toalla, pero necesito que te quedes muy quieto o perderé el equilibrio y nos caeremos los dos.Pasó la toalla de su hombro a sus manos.

-Tranquilo. Recuerda que vas a tener un nuevo nombre. Uno interesante, un nombre de macho, uno que vaya con tu imagen -mientras hablaba se agachó y envolvió al gato en la toalla con cuidado-. No pierdas la calma. Sólo falta un minuto para que estemos a salvo.Sorprendentemente, Gus no ofreció resistencia y no se movió cuando él se lo colocó bajo el brazo, como si fuera un balón de fútbol americano. Louis no supo cuánto tardó... a él le parecieron horas... pero siguió hablando de vuelta hacia la ventana de Harry y al fin le pasó el gato y el joven lo apretó contra sí. Louis usó la mano libre para agarrarse al borde de la ventana abierta.

Noche Tentadora {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now