Capítulo Xl

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Y ahora acababa de lanzarse también de cabeza con Louis. Pero lo que había dicho era cierto. Temía no poder estar con otros hombres. Y si de paso, él podía servirle de descarga de su amor no correspondido, ¿por qué no?
Louis se acercó a Harry y empezó a hacer una foto tras otra.

-Harry, estoy seguro de que sí puedes estar con otros hombres. Y no tardarás en descubrirlo en cuanto vuelvas a estar en... circulación.
Circulación. Quería decir en la cama de otro hombre. Y evidentemente, no tenía la menor intención de ser ese hombre. Harry se sintió avergonzado.

¿Por qué no podía tener la boca cerrada? ¿Por qué había dejado que unos cuantos sueños eróticos y un beso de primera lo convencieran de que había química entre ellos?

Era obvio que toda la química estaba en su cabeza... en su desequilibrio. Él estaba dispuesto a fotografiarlo y antes le había ofrecido consuelo y él había interpretado mal la situación. Y lo que tenía que hacer ahora era vestirse e intentar mantener su dignidad hasta que volviera la luz y Louis saliera de su casa y de su vida.

-Tienes razón. Circularé un poco y resolveré el problema -repuso-. Déjame que me vista.
Se dirigió al armario. A lo mejor podía encerrarse una hora en él... pero no, porque estaba oscuro. No volvería a estar en su casa sin una linterna.

-Harry...
Louis le tocó el hombro y él se quedó paralizado mientras una ola de calor la llenaba por dentro.

-Por favor, no me toques.

-Eso no era lo que decías hace un momento.
Anhelaba que lo tocara. ¿Y qué importaba el orgullo después de todo? Ya se había puesto en evidencia.

-Sabes a lo que me refiero. No creo que pueda soportar que me toques y no sigas más allá. Y puesto que eso no te interesa, lo mejor es que no me toques para nada.
La mano de él seguía en su hombro.

-Yo no he dicho que no me interese -sus dedos se movieron por la piel de Harry en una caricia suave-. Lo que no quiero es que mañana te arrepientas de esto.
El joven se giró despacio hacia él.

-No busco una historia eterna. Te deseo esta noche. Sé que estás enamorado de otro hombre. Déjame ser él esta noche para ti.

-¿Tú te acostarías conmigo sabiendo que puedo fingir que eres otra hombre?
Harry levantó la barbilla.

-Sí. Porque te deseo mucho -no era un chico tímido en casi ninguna situación, pero la proximidad de Louis y la luz de las velas lo desinhibían más que nunca-. Aceptaré lo que tengas que ofrecer, excepto un revolcón por lástima.

-Tú no ocuparías el lugar de ningun otro. Aquí se trata de ti y de mí. Yo no te insultaría fingiendo que eres otra persona -Louis le puso un dedo debajo de la barbilla para echarle atrás la cabeza. En sus ojos no había nada de lástima. Ardían de calor y pasión por él-. Y yo no quiero un revolcón por venganza.

-Jamás -repuso Harry. Le echó los brazos al cuello y sintió la tensión de su cuerpo-. Esto no es una venganza.
Quería saciar aquel deseo que lo consumía y quería que él lo hiciera sentirse un hombre deseable. Necesitaba subir su autoestima sexual.
Él le pasó el pulgar por el pómulo.

-¿De verdad es esto lo que quieres, Harry? ¿Estás seguro de que me deseas a mí? Porque una vez que empiece, parar sería una tortura.
Harry se apoyó en él y acercó sus caderas a las de él. Sus penes estaban duros como una piedra. Harry tenía los boxers mojados y le ardía el cuerpo. Frotó los pezones desnudos en la camisa de Louis y se regodeó en la sensación suave del algodón contra sus pezones endurecidos. Respiró su aroma masculino y le mordisqueó la barbilla. La respiración de él se aceleró.

-Sí, estoy completamente seguro de que te deseo. Y no quiero que pares. Te quiero desnudo encima de mí... -le mordisqueó el lóbulo de la oreja- debajo de mí... -pasó la lengua por sus labios- a mi lado... -notó que él se estremecía- detrás de mí... -el deseo espesaba su voz y palpitaba a través de su cuerpo- pero sobre todo dentro de mí.
Sus palabras y caricias destruyeron todas las defensas que él había levantado. Acostándose con Harry, podía perder al único amigo que había tenido en su vida, pero estaba dispuesto a cambiar su amistad y su sentido del honor por una noche con su ex prometido. Por abrazarlo, tocarlo y hacerle el amor. Y si esa decisión le hacía ser menos hombre, tenía el resto de su vida para lidiar con eso. Tal vez se arrepintiera al día siguiente, pero esa noche Harry era suyo.
Dejó la cámara en el suelo.

-Harry...
Tomó la cabeza de él en sus manos. Lo besó con gentileza, a conciencia, con una promesa callada de que por esa noche se pertenecían mutuamente. Le dijo en un beso todas las cosas que no podía o no quería decir en voz alta... lo mucho que lo deseaba, lo hermoso que lo encontraba por dentro y por fuera, que Harry era el más deseable de los hombres, que era su Perséfone, pero que después de ofrecerle y aceptar amor esa noche, lo dejaría libre.
Harry le devolvió el besó y se fundió con él.
El beso se fue haciendo más apasionado, subió de intensidad, y Harry introdujo las manos debajo de la camisa de él y le acarició la piel. Sus caricias lo encendieron todavía más. Con sus pulgares tomo los pezones de Harry y jugo con ellos. Harry se apretó contra él y gimió en su boca abierta. Y Louis se sentó en la cama y lo colocó entre sus muslos.
Harry se acomodó entre sus piernas. Aún con sus pulgares jugando con los pezones de Harry.


-Tengo la sensación de que lleve años esperando tus caricias -musitó Harry. Lo besó debajo de la barbilla mientras exploraba su pecho con las manos.
Bajó los dedos al cinturón y los vaqueros de él.

-Espera un segundo. Déjame quitarme las botas -dijo Louis.
Harry se levantó y él se agachó a quitarse las botas. Harry se sacó el pantalón corto y los boxers y los dejó en el suelo delante de él. Louis terminó de quitarse las botas y levantó la vista.
Lo vio desnudo en todo su esplendor y se alegró de estar sentado. Era un hombre con pocos músculos, pero desde las piernas bien formadas y se notaba un poco los huesos de las caderas. Tenía una cintura pequeña y cuatro pezones. Y al parecer se había depilado, y llego a pensar que era depilación brasileña.
El deseo lo sacudió con fuerza, tensándole los testículos.

-Eres tan hermoso que me dejas sin aliento.
Harry sonrió, y en su sonrisa había una timidez que lo conmovió. Se sentó en la cama detrás de él y rió con suavidad, con el pecho contra la espalda de él. Le pasó las manos por los hombros y le besuqueó el cuello.

Louis se volvió y lo atrapó debajo de su cuerpo, con los brazos a ambos lados de los hombros de Harry. Los ojos de Harry se oscurecieron, abrió los labios y se pasó la lengua por el de abajo.
Arqueó la espalda. A la luz de las velas, su piel brillaba como una perla rara. Louis lamió el hueco de su garganta e inhaló su aroma. Quería hacerle el amor toda la noche, aprender cada centímetro de su cuerpo con la boca, con la lengua, con las manos... Pero hacía tanto tiempo que lo deseaba que no creyera que pudiera esperar mucho esa primera vez. Le lamió uno de los pezones y Harry lanzó un gemido hondo.

-Louis... -musitó.
Él le lamió el otro con la punta de la lengua y volvió al primero para seguir atormentando los dos.
Estaban ambos húmedos de sudor y la piel de Harry resbalaba contra la de él.
Se colocó de espaldas y lo besó como si no pudiera cansarse nunca. Su lengua se entrelazó con la de él. Sus manos lo exploraban, casi con frenesí, y Harry gemía, lo cual lo excitaba aún más. Parecía desearlo tanto como él a Harry. Volvió a ponerse de lado y tiró de él. Buscó algo detrás de él. Louis interrumpió el beso.
-¿Qué haces?

-Buscar un preservativo.
Era tan tonto que había olvidado el preservativo. Eso no le había ocurrido nunca.
Harry lo miró con ojos luminosos.

-Tengo miedo de que esto sea otro sueño - dijo-. No quiero despertar. Porque si me despierto, me voy a enfadar mucho.
Louis se echó a reír. Harry sabía cómo halagarlo.

-No es un sueño -le acarició la espalda. La realidad nunca había sido tan dulce.
El joven le mostró el preservativo con aire de triunfo.

-Con sabor a fresa -rompió el paquete- ¿Te importa que haga los honores?

-Por favor.
Harry le puso el preservativo con su mano cálida y él cerró los ojos.

-Mi placer es tu placer -dijo Harry.
Hasta el momento sólo había rozado su pene; ahora lo apretó y volvió a acariciarlo. Él abrió los ojos.

-Si no quieres que esto termine aquí, no vuelvas a hacer eso -dijo con voz ronca.

-Yo estoy preparado si tú lo estás. Llevo semanas soñando contigo. No necesito más preliminares.
Se inclinó sobre él y le besó el pecho y los pezones hasta bajar al vientre. Lamió su pene rígido y se lo introdujo en la boca. Louis tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no terminar allí mismo. Harry lo soltó y él pudo respirar de nuevo. El pelo de Harry le rozaba el vientre y sus mechones le hacían cosquillas en la piel.

Noche Tentadora {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now