Capítulo V

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Harry extendió la mano y apagó la radio.
¿Atrapado toda la noche con Louis en su apartamento? Intentó reprimir el pánico. Señales de peligro explotaron en su cerebro. Louis, el, la luz de las velas... y ya tenía la sensación de que la temperatura en su apartamento había subido varios grados.

-Bien, podemos olvidarnos de la comida tailandesa -dijo-. ¿Tienes hambre?
Por supuesto, tenía que ser Harry, el gordo, que sacara el tema de la comida. Pero estaba hambriento y al menos dejaba de pensar en sexo. Y en Louis. Y en sexo con Louis. Bueno, no dejaba de pensar, pero era cierto que tenía hambre.
Él sonrió y a Harry lo desarmó el brillo de sus dientes blancos en la penumbra.

-Estoy muerto de hambre. Podría comerme las uñas.

-No tengo mucha comida en casa. Hay una charcutería a menos de dos manzanas. ¿Crees que seguirá abierta?

-Debería. En el apagón de 2OO3, las tiendas de comida vendían barato porque no sabían cuánto tiempo duraría el apagón. Mejor vender la comida que dejar que se estropeara. Yo llevo algo de dinero encima. Vamos a intentarlo -sonrió de nuevo-. Y no me importaría comprar también unos carretes de fotos.
Por supuesto que no. Era fotógrafo y era normal que le apeteciera hacer fotos. Y también era increíble cómo cambiaba su actitud cuando hablaba de fotografía.

-Bien. Comida y carretes. Por mí de acuerdo -dijo el.
Apenas acababa de hablar cuando vieron un relámpago, que fue seguido de un trueno. Empezó a llover a cántaros. Al parecer, esa noche no ocurría nada en pequeñas dosis.

-O no. Me da lo mismo. Pero se acabó. No pienso planear nada más esta noche porque todo lo que planeo sale mal - Harry soltó una risita nerviosa. Tomó una vela gruesa y se dirigió a la puerta-. No tengo una despensa muy surtida, pero no será necesario que comamos uñas.

No dijo nada al ver que Louis apagaba las demás velas de la habitación antes de tomar la radio y seguirlo. Tenía velas suficientes en el armario para que les duraran una semana, pero no tenía sentido discutir por eso.
Estaba más que dispuesto a enterrar el hacha de guerra, ya que parecía que iban a estar juntos algún tiempo.
De camino a la cocina, tomó su vaso de vino.

-Sería una pena desperdiciar un vino bueno.

-Ah, algo en lo que estamos de acuerdo -Louis cambió la radio por su vaso y la botella. Con el tamaño tan pequeño del apartamento, no tendrías problemas en oír la radio desde la cocina. Lo siguió y, unos segundos después, varias velas iluminaban su cocina minúscula.

-¿Qué es eso? -preguntó Louis.
Harry siguió su mirada hasta el frigorífico. En la semioscuridad, Gus parecía más un felino salvaje que un gato.

-Es Gus, mi gato. Le gusta ponerse encima del frigorífico. Es agresivo y sólo oye lo que quiere.

-¡Pobrecito! Tú también serías agresivo si te llamaras Gus -Louis hizo un ruido de simpatía con la boca y levantó la mano para rascar al animal detrás de las orejas. Gus le gruñó inmediatamente.

-No es muy amigable.

-Yo tampoco -Louis se apoyó en la encimera y se cruzó de brazos.

-Pues si crees que te voy a adoptar también a ti, olvídalo -sonrió Harry-Seguramente serías tan malhumorado y desagradecido como él.

-Seguramente -sonrió también él-. ¿Por qué lo adoptaste?

-Porque lo iban a sacrificar y porque me enamoré de él a primera vista -repuso el-. Antes o después será mi amigo.
Louis enarcó las cejas con sorna.

-Me parece que eres un optimista.

-Puede que sí - abrió el frigorífico y pensó en sus opciones limitadas de comida-. El microondas y el horno no funcionan. Tengo pizza de ayer y puedo preparar una ensalada de fruta. ¿Qué te parece?

Noche Tentadora {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now