Noche Tentadora {Larry Stylinson}

Capítulo XX

Un hombre de aspecto distinguido que se parecía mucho a Louis estaba de pie fuera de la puerta. Algo más alto que Louis, de pelo gris, perilla cuidada y ropa elegante. La distinción no lo impresionaba. Su padre y los amigos de éste eran muy distinguidos y eso no los convertía en mejores o peores que otros seres humanos.

Respiró hondo. Tenía que cambiar de actitud. No estaba allí por ellos. Estaba allí para apoyar a Louis, no para relacionarse con sus padres. Aquel hombre podía no haber sido el mejor padre del mundo, pero seguía siendo el padre de Louis. Y él, a pesar de todo, quería a sus progenitores.

Eran sus padres, independientemente del hecho de que Louis hubiera merecido tener unos mejores. También merecía un amigo mejor que Zayn, al que había tenido que amenazar para que fuera allí. Louis era dulce, tierno y uno de los mejores hombres que había conocido y merecía todo lo mejor que la vida pudiera ofrecer.

El hombre levantó la vista y lo miró.

-¿Señor Tomlinson? -él asintió-. Soy Harry Styles, amigo de Louis.

Le tendió la mano y, tras un instante de vacilación, él se la estrechó.

-Muy bien. Muy bien. Chor Tomlinson.

-¿Cómo está la doctora Lewis?

Él se pasó una mano por la cara.

-Estable. Descansa tranquila, ahora que ha llegado Louis.

Su estado alterado frenó mucho la animosidad de él. Fuera o no un buen padre, aquel hombre estaba preocupado por la mujer a la que amaba.

-Casi ha corrido diez kilómetros para venir aquí -pensaba que él debía saberlo.

El hombre pareció sorprendido.

-¿Ha corrido?

-Sí. Corrido. Con botas. No hay taxis y yo no tengo coche. Estaba muy preocupado -decidió no mencionar que los había parado la policía.

-Oh. No me lo ha dicho.

Chor Tomlinson parecía un académico que se dejaba absorber por otros tiempos y lugares y no invertía mucho en el aquí y ahora.

-No, claro que no -repuso.

-Siempre ha sido un solitario. Y muy reservado.

Harry se mordió la lengua para no contestar. Los refranes de «le dijo la sartén al cazo...» o «de tal palo, tal astilla», parecían encajar perfecta mente allí.

-Hay que esforzarse un poco por conocerlo, pero vale la pena el esfuerzo.

El hombre lo miró como si él acabara de inventar una hipótesis científica nueva, pero no hizo comentarios.

-¿Ha sido un infarto? -preguntó.

-Sí. Se despertó a medianoche con dolores en el pecho. Johanna es una de las mujeres más sensibles que conozco. No sabía si era el calor, una indigestión o un infarto, pero me ha dicho que la trajera al hospital. Que prefería sentirse, avergonzada si era una indigestión a muerta si no lo era. Una mujer muy sensata.

-He visto las estadísticas. Muchas mujeres mueren todos los años innecesariamente de infarto porque ignoran los síntomas o esperan demasiado a pedir tratamiento.

Al parecer, Chor Tomlinson no estaba tan entero como parecía. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Harry le dio una palmadita en el brazo.

-Me alegro de que ya esté bien.
Chor asintió.

-Tengo algo en el ojo. Sí, por supuesto. Menos mal que es una mujer muy sensata. Vamos a entrar para que la conozca.

-Esperaré aquí hasta que salga Louis.

-Tonterías. Louis querrá saber que está aquí y seguro que a Johanna le gustará conocerlo.

Harry no tuvo más opción que entrar en la habitación.

Louis estaba de pie a la derecha de la cama con aspecto de sentirse terriblemente incómodo. Él joven miró a su madre.

Se había preparado mentalmente para encontrarse con un monstruo y lo sorprendió lo normal que parecía aquella mujer en la cama, aun que estuviera enganchada a una máquina que medía algo. Era morena, de rostro blanco y ojos de la misma forma y color que los de Louis.

-Johanna, él es Harry Styles -dijo su marido-. Ha venido con Louis.

Él joven, sin pensar, se situó al lado de Louis y le tomó la mano, más por él que por Louis. No sabía por qué padecía aquel repentino ataque de nervios.

-Encantada de conocerte -dijo Johanna con un acento británico mucho más pronunciado que el de su marido.

-Lo mismo digo -sonrió Harry, aunque lamento que sea en estas circunstancias -su acento sureño sonaba más espeso que nunca en contraste con el de la mujer-. ¿Cómo se encuentra?

-Estoy bien. Un ligero fallo en el sistema, pero lo superaré -miró a Harry, a su hijo y de nuevo a él.

Chor sonrió a su esposa. La ternura que pasó entre ellos casi dejó sin aliento a él joven.

-También lo tienen -dijo él.

-¿Qué tenemos? -preguntó Louis.

Nadie le contestó. Harry tampoco sabía de lo que hablaba Chor. Parecía que Johanna y él compartían un lenguaje propio.

-¡Oh, es maravilloso! -Johanna le sonrió desde la cama-. Es la primera vez que Louis nos presenta a un chico.

¿Presentarle a un chico? Sin duda habían interpretado mal su relación con Louis. Harry intentó soltar su mano.

-Pero...

En vez de soltarlo, Louis le apretó la mano y miró el monitor situado al lado de la cama de su madre. Muy bien, pues. Por el momento tenían una relación. Todo lo que su madre quisiera.

Harry sonrió a la mujer.

-Sí, bueno, me hubiera gustado conocerlos en otras circunstancias -repitió.

-No, hijo. Esto es maravilloso -Johanna bajó la voz-. A Chor y a mí empezaba a preocuparnos que nunca encontrara a alguien.

Louis emitió un ruido extraño con la garganta y se ruborizó hasta las orejas.

-Mamá...

-Definitivamente, por fin encontró a alguien-declaró Harry sin pensar. Y enseguida se arrepintió de ello. ¿Cómo podía hablarles así a sus padres?

En lugar de ofendidos, parecían encantados con sus palabras. Chor guiñó un ojo a su esposa.

-¿Qué te había dicho?

Harry miró a Louis. Vio la bondad y la integridad de sus ojos azules y el sonrojo de sus orejas. Le apretó la mano y el corazón le dio un vuelco al comprender que sí, ellos también tenían algo.

Estaría muy agradecida si me avisan cuando tenga errores. Gracias :)