Noche Tentadora {Larry Stylinson}

Capítulo Vll

Louis se había criado en Nueva York y nunca había visto a un ciervo atrapado por la luz de unos faros, pero él se sentía así en aquel momento. ¡Maldición! Si hubiera pensado con la cabeza en lugar de ir olfateando en torno a Harry como un adolescente enloquecido por las hormonas, habría visto acercarse aquello y habría podido anticipar la pregunta. Pero como no había sido así, Harry lo había pillado desprevenido y en aquel momento se sentía bastante tonto.

-Es un misterio para mí -era un embustero terrible.

-No me digas.
Estaba claro que Harry no lo creía. Y él podía jugar un poco con la verdad para protegerlo de lo que percibía como egoísmo por parte de Zayn, pero no quería mentirle conscientemente. Sin embargo, el modo exacto en que Zayn pensaba manejar aquello sí era un misterio para él.
Harry tomó su teléfono móvil.

-Vamos a llamar a Zayn. Si está encerrado en la galería sin luz, no puede estar muy ocupado.
Louis se encogió por dentro. A Harry podía destrozarlo saber lo ocupado que podía estar Zayn en aquel momento.
Harry marcó el número y tamborileó con los dedos en la mesa.

-Hola, Zayn. ¿Está todo tranquilo por allí? Bien... Nada. Hemos comido pizza fría y fruta. Le he preguntado a Louis de qué querías hablar esta noche y parece que él está tan a oscuras como yo... No, eso no pretendía ser una broma... Pues hablemos ahora. Ya sé que querías estar aquí, pero puedes decírmelo por teléfono. Siento mucha curiosidad. No me hagas esperar. Tienes que satisfacerle... Sí, está aquí. De acuerdo.
Harry respiró con fuerza y pasó el teléfono a Louis.

-Quiere hablar contigo.
Él agarró el aparato de mala gana.

Harry puso los brazos en jarras y lo miró de hito en hito. Genial. Nada de conversación privada. Aunque no le extrañaba nada. Seguro que empezaba a pensar que le tomaban el pelo.
El instinto le decía que no le iba a gustar lo que se avecinaba.

-¿Zayn?

-Harry quiere saber de qué quería hablarle esta noche -Zayn sonaba claramente asustado.
Louis se apoyó en la encimera y cruzó un pie encima del otro.

-Sí.

-No puedo decírselo por teléfono -Zayn hablaba como si él acabara de exigirle que hiciera precisamente eso.
Louis miró el rostro firme de Harry. 

-Me parece que no tienes elección.

-Sí la tengo. La mejor elección posible. Díselo tú.
Louis estuvo a punto de soltar el teléfono. 

-No.

-Sí. Cuanto más lo pienso, mejor me parece. Tal vez para él, sí. ¿Pero y para los demás? 

-Por supuesto que no.

-Oh, vamos. Vosotros os caéis mal. ¿Y de qué otra cosa vais a hablar? ¿Qué vais a hacer atrapados juntos en la oscuridad? Este apagón puede durar varias horas.

-No lo haré.

-Piénsalo. Sería mejor así.
¿Sólo hacía doce horas que pensaba que Zayn no podía hacer nada que pusiera en peligro su amistad? Empezaba a cambiar rápidamente de idea.

-Tú no lo conoces como yo –decía Zayn  en ese momento-. No cejará hasta que se lo diga uno de los dos. Puedo intentar despistarlo con alguna historia sobre los planes de boda, pero eso lo empeorará todo mucho más cuando se entere de la verdad.

-No veo por qué no puede esperar vuestra conversación.

-Te digo que es sexy y encantador, pero también es implacable cuando quiere algo. Es una magnolia de acero.
Louis sabía que eso era cierto. Lo había experimentado en carne propia cuando Harry le había hincado los dientes al tema de su vida amorosa. Pensó en golpearse la cabeza contra la encimera o quizá contra el armario. Cualquier cosa dura.