Capítulo XXVI - XXVII

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Harry sólo creía amarlo. Louis sabía que eso no era posible.

-Harry, eres muy especial...

Él joven movió la cabeza y levantó una mano para detenerlo.

-No creo que pueda oírte cantar mis alabanzas. Y antes de que sigas, déjame decirte que no puedo sentir lo que siento por ti y ser tu amigo.

Louis negó con la cabeza.

-No, no creo que podamos ser amigos. Ha sido una noche estupenda y tú eres una persona maravillosa, pero no es probable que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Algún día harás muy feliz a alguien...

Él apartó el rostro y se abrazó como si tuviera frío a pesar del calor sofocante.

-Creo que es hora de que te vayas.
Louis se colgó la cámara al hombro.

-Te enviaré las fotos por correo cuando las revele. Dame un par de días.

Harry lo acompañó a la puerta.

-Envíame la factura.

-No. Eso ya lo hablamos. Nada de factura, ¿de acuerdo?

-Pues entonces te debo una fiesta. Pero sería más cómodo que me cobraras.

-Espero que encuentres al hombre de tus sueños, Harry.

Él lo miró a los ojos.

-Ya lo he encontrado.

Louis salió por la puerta y cerró la puerta tras de sí. Harry estaba equivocado. Y un día le daría las gracias.







El móvil de Harry empezó a sonar. Por un momento pensó que podía ser Louis que se había dado cuenta de que la noche anterior había sido especial. Pero no. Era el número de Zayn.

-Hola.

-¿Louis sigue ahí?

-No. Llámalo a su móvil.

-No quiero hablar con él, sólo quiero saber si sigue allí. Tengo que pasarme -dijo él.

Harry no tenía tiempo para sus dramas.

-Me parece que no. No es un buen momento. No estoy de humor.

-Tengo algo que quiero enseñarte -insistió él.

Harry se sentía demasiado apático y desgraciado para discutir mucho.

-Como quieras. Pásate.

-¿Puedo llevar a Liam?

Por lo menos le pedía permiso.

-¿No vas a ninguna parte sin él? -Zayn se echó a reír.

-No seas malo.

-Está bien. Haz lo que quieras.

Mientras esperaba, se dedicó a arreglar el apartamento y arreglarse a él mismo. Que lo hubieran rechazado no implicaba que tuviera que abandonarse. Zayn y Liam llegaron con cafés con hielo, panecillos, queso de untar y jamón cocido. La cafeína estaba bien. Y la comida mejor aún.



Harry tomó la comida y la dejó en el arcón entre el sofá y el sillón.

-Ha sido idea de Liam-le dijo Zayn.

Él joven no estaba todavía seguro de que le cayera bien, pero optó por mostrarse educado.

-Gracias.

-Hay un bollo de canela y pasas -comentó Liam.

-Mi favorito. Gracias de nuevo - sacó el bollo y lo untó de queso.

-¿No quieres saber qué es lo que queremos enseñarte? -preguntó Zayn, que se sirvió un panecillo.

-Espero que sea interesante, porque no estoy de humor.

-A ver si lo adivino -Zayn puso jamón cocido en su panecillo-. Le has dicho a Louis lo que sientes y él te lo ha racionalizado todo y se ha ido.

-¿Cómo lo sabes? ¿Has hablado con él? - preguntó.

Hubiera preferido aquella conversación sin Liam, pero tampoco le importaba tanto. Y él estaba callado.

-No me hace falta hablar con él. Somos amigos desde hace mucho -la apuntó con un cuchillo de plástico-.Ya te dije que tendrías que luchar por él.

Harry se sentía vacío por dentro.

-No puedo obligarlo a que me quiera.

-Si te quisiera, ¿lucharías por él?

Harry hizo una mueca. Sabía que Zayn era egoísta, pero no cruel.

-Si pensara que me quería, tú sabes que lucharía.

Zayn sonrió como el gato que acaba de comerse al canario.

-Esta mañana he descubierto que Louis tiene un gran secreto conmigo.

-¿Sí?

-Sabía que estaba enamorado de alguien, pero no sabía de quién. Y esta mañana he sabido quién es el misterioso hombre.

A Harry le dio un vuelco el corazón. Una cosa era saber que Louis amaba a otro hombre y otra...

-Creía que no habías hablado con él.

-Y no lo he hecho. Pero una imagen vale más que mil palabras. ¿Recuerdas nuestra fiesta de compromiso en la galería?

-Claro que sí. La planeé yo. ¿Por qué no vas al grano de una vez? ¿Quién es?

-Cada cosa a su tiempo. Ten un poco de paciencia. Esa noche, Liam hizo fotos de nuestra fiesta de compromiso. Esta mañana las hemos mirado juntos.

Liam sacó una foto de un sobre en el que Harry no se había fijado antes y se la dio a Zayn, quien se la pasó.

-¿Qué te parece?

Louis, que claramente no sabía que lo estaban fotografiando, miraba a alguien fuera de la foto. El anhelo de su rostro, la ternura y el dolor de sus ojos fueron como un cuchillo en el corazón de él joven. La expresión de su cara, de sus ojos, era tan íntima, tan personal, que se sentía mal mirándolo. Liam había captado la belleza y la tristeza del amor. Harry apartó la vista.

-Yo diría que es el rostro de un hombre apasionadamente enamorado -dijo con un nudo en la garganta.

Sentía náuseas. Si aquélla era su fiesta de compromiso, era probable que conociera al hombre al que tanto amaba. O no. Muchos invitados habían sido conocidos de Zayn.

-Estoy de acuerdo -repuso éste-. La foto está hecha con zoom. Liam sacó esta otra con una lente normal -le pasó otra foto-. Mira al amor de su vida.

Harry se obligó a mirar. La foto cayó sobre el arcón y él miró atónito una foto de él mismo sentado solo en una mesa. Todos los demás se habían levantado a bailar y él necesitaba quedarse unos momentos a solas. Louis se sentaba una mesa más allá.

El anhelo, la pasión, iban dirigidos a él.

-Pero soy yo -susurró.

-Sí. Y como ya te he dicho, una imagen vale más que mil palabras. Él te quiere -dijo Zayn con una mueca de triunfo.

Harry estaba atontado.

-Pero eso no tiene sentido. Esta mañana le he dicho lo que sentía y él se ha ido.

-Normal -asintió Zayn.

-¿Pero por qué? Le he dicho qué lo quería y él me ha hecho creer que quería a otro y me ha deseado que sea feliz.

-Desde que lo conozco le ha faltado cariño. Johanna y Chor no son malas personas y no son crueles. Y yo creo que por fin se han dado cuenta de lo que han hecho y quieren rectificar. Ellos se tenían el uno al otro y Louis estaba solo. Gracias a Dios que existían sus abuelos. Si no hubiera sido por ellos... Pero Louis está convencido de que nadie puede quererlo.

Harry había sacado conclusiones similares por lo poco que le había contado él de su infancia.

-¿Te ha dicho él que no es digno de amor? -No hace falta. Mantiene a todo el mundo a distancia. He pensado mucho en él desde que salimos del hospital. No creo que haya sido siempre así, aunque cuando yo lo conocí ya lo era. Creo que de niño sus padres no dejaban de apartarlo de sus vidas hasta que al fin decidió que sufría menos si era él el que cerraba la puerta. Sus padres. Jillian, una chica inglesa. Tú. Hasta yo a veces.

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Noche Tentadora {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now