DLMLU [Minlix]

01

—¡Feliz cumpleaños a ti!— Empezaba toda la familia y amigos a cantarle el cumpleaños al más pequeño de ellos; Felix.

Una sonrisa tímida se formó en el rostro del menor, quien sólo pudo bajar la cabeza mirando aquel precioso pastel que le habían mandado a hacer para el gran festejo de sus veintiún años. Aplaudía a la par de los demás intentando ocultar la vergüenza que sentía, no le gustaba ser el centro de atención y vaya que lo estaba siendo en ese momento.

—Gracias a todos.— Habló cuando terminaron de cantar, dando una sonrisa más amplia que antes para demostrar la felicidad que en ese momento sentía.
—Ahora... ¡Cortemos el pastel!— Pidió con emoción, tomando el cuchillo sin filo de la mesa, para así poder partir aquel manjar que le hacía agua la boca.

Todos se dispersaron al recibir su porción mientras que el australiano se perdía en sus pensamientos cortando la última porción cual le pertenecía. Aquella burbuja en la que se encontraba metido explotó en un "pop" cuando su cintura fue suavemente rodeada, se giró al instante al ver a su persona especial, sonriendo y dejando la porción de pastel para girarse y rodear con sus brazos a quien tenía en frente.

—Feliz cumpleaños, bonito.— Habló el rubio dejando un beso en su frente, lo que hizo calentar las mejillas del pecoso.

—Gracias, Chanie... me alegra que estuvieras aquí, habría muerto viendo a toda esta gente que ni siquiera
conozco.— Puchereó Felix. —¿Te gustaría ir a dar una vuelta? este lugar me está agobiando.—

—Claro.— Sonrió Bangchan. ―Salir suena bien, podría hacerte unos masajes.. darte algunos besos... ¿Te parece bien?—

La sonrisa del menor no podía ser más amplia, sus ojos brillaban como nunca cuando veía a ese chico, su chico.

—Me parece bien, pero quisiera uno ahora.— Habló en una orden indirecta, formando con sus labios un piquito.

Su novio se limitó a obedecer el pedido del omega, acercándose con lentitud y plantando un beso en los labios contrarios, un beso que llevó a otro y otro más. Ambos estaban más que perdidos por el otro, así lo habían estado desde que se conocieron en la primaria, cuando Bangchan salió al rescate del pequeño Felix en un receso.

Flashback.

—Y-Ya déjenme en paz, no es divertido.— Habló el pelinegro con algunas lágrimas en su rostro.

No era la primera vez que lo acosaban en los recesos, era diario que el pequeño tuviera que soportar burlas y risas hacia él, hacia su persona, su físico, su acento, absolutamente todo.

—No estamos haciendo nada malo.— Dijo burlón uno de aquellos "matones" como los llamaba Felix. —Solo estamos dando nuestra opinión sobre ti, eres raro, tu cara es rara, hablas como tonto y también lo pareces.—

—¡N-No lo soy!—

—Claro que sí.— Habló otro de los niños.
—Eso que tienes en la cara no lo tiene ninguno de nosotros, estás sucio, no te duchas ¿o sí? quítate eso la próxima vez que te bañes.—