DLMLU [Minlix]

06

—No puede ser.— Fueron las primeras palabras que salieron de la boca del omega al ver lo que allí adentro había.

—Eh... si, bueno. Ya viste, ahora vamos.— Posó sus manos en los hombros del bajito pero éste último siguió avanzando.

—Todo es hermoso.― Sonrió. —¿Tu pasatiempo es el arte?—

—Podría decirse.— Soltó el mayor con una sonrisa algo tímida, jamás lo había visto así. Minho tenía esa personalidad dominante y fuerte a pesar de estar siendo amable todo el tiempo.

Felix asintió y caminó por el lugar, hasta que vio a lo lejos una pintura un poco más grande que las demás. Se acercó rápidamente al ver su flor favorita allí.

—La Flor del Loto...— Sus ojos brillaron.
—Es mi flor favorita. Que hermosa...—

—¿Lo es? vaya... tus aromas son exactamente de tus cosas favoritas. Que extraño.—

Lee acarició la pintura con su índice, quedándose quieto y analizando lo que Minho había dicho. ¿Sus aromas? él solo tenía uno, el durazno.

—¿Huelo a esa flor?—

—Ajá.—

Parpadeó un par de veces, viendo como Minho acomodaba mejor la pintura. Jamás supo que su aroma tenía esencia de su flor favorita. ¿Cómo nadie le había dicho antes? es decir. Quizá él estaba tan acostumbrado al fuerte del durazno que nunca se concentró lo suficiente como para notar la segunda fragancia natural que despedía.

—Dulce, suave... elegante. Un toque de sensualidad y... armonía.— Felix lo miró atento a sus palabras. ―Fresco.—

—Nadie me había dicho antes que mi segundo aroma era ese.—

—Quizá ellos no tienen el olfato lo
suficientemente desarrollado para sentirlo.— La mirada de Minho también fue a él. —Y tú noviecito jamás podría haberlo olfateado si te obligaba a ponerte perfumes encima.—

La burla del alto hizo molestar un poco a Felix, no sabía si le molestaba su atrevimiento, o que tuviera razón.

—No me obligaba, yo decidí hacerlo por mi cuenta, se lo llama "amor."—

—Vaya amor, entonces.—

—Como sea, Lee.— Cambió el tema, no tenía sentido discutir sobre algo claro.
—¿Algún día podré verte pintar?—

—Lo dudo. Pinto cuando estoy solo y tranquilo.—

—Siempre estás solo.—

—Pero no siempre estoy tranquilo. Ahh ¿Sabes lo exhausto que es manejar una empresa por tu cuenta? ahora que se van a unir será mucho más grande, agradezco tener un ayudante.— Se refirió divertido al omega, quien se ofendió instantáneamente.

—¡Hey! yo no soy un ayudante. Seré dueño de la empresa al igual que tú.—

—Hasta que no nos casemos no es de ninguno, no tienes los papeles aún ¿O me equivoco?— Felix negó.