Lee Felix estaba completamente negado a casarse con aquel alfa, pero ¿Qué pasaría si de pronto se encuentra cediendo a todo lo que sucede entre ellos?
•Ficción.
•M-preg.
•Contenido explícito (violento, sexual, etc)
•Adaptación..
•Historia original...
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—Minho quiere hablar contigo.—
—¿Minho?— Se extrañó el menor, ¿Por qué Lee Minho querría hablar con él a altas horas de la noche? —Huh... ¿No podemos hablar mañana? ¿Es muy importante?, ya es tarde.—
Su padre enarcó una ceja y suspiró.
—Lee Felix, no seas insolente, no es una persona cualquiera, comportate.— Le extendió el teléfono y el pecoso lo tomó rodando sus ojos.
—Como sea.— Le hizo una seña para que saliera de la habitación y una vez el mayor la abandonó, se sentó en su cama, subiendo un pie sobre su muslo para hacerse algunos masajes. —¿Hola?—
—Buenas noches, bonito.— Aquel apodo hizo recorrer un escalofrío por el cuerpo del menor.
—¿Por qué me llamabas, Minho?—
—Vaya, qué caracter ¿huh?— Rió suavemente. —No lo sé, sentí que debía llamarte ahora, intuición.—
—Ajá ¿Y debías llamarme desde el celular de mi padre? mínimo hubiese sido al mío para desviar la llamada sin decirle a nadie.— Habló entre enserio y en broma.
—Ja-ja, muy gracioso. Vamos, tenemos que llevarnos bien si vamos a convivir en un tiempo. Ya te dí mis condiciones, mientras las cumplas eres libre conmigo.— El silencio se hizo presente por algunos segundos, Lee parecía pensar. —No te llamé a tu número porque no me lo pasaste, es un buen momento para que lo hagas ¿No?—
Felix sonrió inconscientemente y cambió de pie para seguir los masajes en el otro.
—Lo pensaré.—
—¿Eso es todo?—
—Sip, eso es todo. ¿Qué más quieres?—
—Que me lo pases sin hacerte de rogar, quizá...—
—No es fácil conseguir mi número, no cualquiera lo tiene.— Jugueteó el pecoso, necesitaba la confianza suficiente para poder vivir su día a día junto a aquel alfa.
—Consideralo un intercambio, no es fácil ver mi cara en medios. Apuesto que nunca me habías visto antes de conocerme en ese restaurante.— El silencio confirmó sus palabras y rió. —¿Lo ves? intercambio justo, tú viste mi rostro, yo debo tener tu número ahora y así podré hablarte a diario.—
Felix se perdió en sus pensamientos algunos segundos, miró un punto fijo pensando en las palabras del alfa hasta que algunas nuevas lo sacaron de su burbuja.
—¿Hola?—
—¿Por qué quieres hablarme a diario?—
—Eres mi futuro esposo, sería raro si no te hablo a diario.— Explicó con simpleza.
—No estamos enamorados, solo es... conveniencia.—
—Si lo llamas así entonces jamás te sentirás tranquilo a mi lado. No es necesario que nos llamemos una pareja, pero quiero tu comodidad mientras vivamos juntos. Si no logro esa confianza contigo nos vamos a llevar mal y no quiero eso. También tienes que poner de tu parte, de todos modos, no es como que el matrimonio sea de a uno.—