DLMLU [Minlix]

14 (+18)

Caminaba de lado a lado por la habitación, todavía no había hablado con Christopher al respecto. Le habían llegado quizá unos quince mensajes de aquel alfa los últimos dos días desde que se había enterado de su infidelidad ya que no había respondido mensaje alguno.

Minho se encontraba más cariñoso con él desde ese entonces, por supuesto, Felix se lo había permitido cuando "realizó" aquel acuerdo. No era como que le incomodara al punto de querer desaparecer, pero si era extraño sentir el amor de otra persona que no fuese Bangchan.

Era tal vez estúpido pensar así cuando incluso se había acostado con Minho por decisión propia, ¿Se arrepentía? Tal vez un poco, pero aún así no podía evitar sus mejillas teñidas al recordar como Minho  lo había tocado.

Flashback.

—Tócame.—

—¿Huh?—

—No me hagas repetirlo dos veces...— Rogó acariciando su mejilla, Minho quiso hablar para detener aquella situación, pero no se lo permitió.

Unió sus labios con cierta desesperación, no tenía pensado aceptar ninguna negación por parte del alfa. Rodeó la cintura del mismo con sus piernas y por consiguiente sus brazos se pasearon alrededor de su cuello con una pequeña sonrisa ante el beso ser correspondido.

El castaño se sentía en el paraíso, besar los labios de su omega se sentía como pasarse de estrella a estrella. Felix dejó de abrazar su cuello unos minutos después y se dispuso a acariciar su cabello, jugaba con los pequeños mechones sin dejar de disfrutar de los belfos que jugaban sobre los suyos.

Minho se sentía mimado a pesar de que sabía que era el lobo de Felix quien estaba actuando y no el chico en cuestión, se sentía bien, se sentía cálido en su corazón, en su pecho y en todo su cuerpo.

Sus cuerpos enredados giraban por aquel colchón de un lugar a otro. Sus labios no se despegaban más que para respirar, se movían con gentileza pero necesidad contra los del otro. Felix se sentía cada vez más necesitado de seguir y Minho ponía todo su esfuerzo en no hacerlo, en no fallar y en no defraudarse a él ni al pequeño omega.

—P-por favor, solo avanza.— Pidió el omega.

Minho fingió no haber escuchado tal cosa, se centraba en no perderse en el aroma y atractivo del menor para así no perder la cordura -Al menos no toda-. Su índice y pulgar delineaban la pequeña figura de Felix, quien se removía intentando hacer desaparecer las prendas de su cuerpo.

Toda la ropa de Minho que estaba en la cama, de pronto tocó el suelo dejando el espacio libre para aquellos dos lobos en busca de unirse por completo.

Felix mordió el labio inferior tironeando de éste en forma de jugueteo, el castaño jadeó al sentir el bulto de su entrepierna apretarse en el incómodo y elegante pantalón. El pelinegro notó instantáneamente la situación como si de un radar activo se tratara, sus manos se deslizaron por el abdomen del mayor hasta llegar a la pelvis; su muñeca fue tomada antes de que lograra tocar más allá.