DLMLU [Minlix]

28

Cuando la fiesta acabó eran cerca de las siete de la mañana. Ninguno de los dos había dejado de bailar desde ese entonces. Sabían que próximamente sus empresas serían una sola y que todo lo compartirían, eso les emocionaba demasiado y la felicidad era aún mayor.

Felix suspiró agotado tirándose en uno de los sofá del salón cuando los últimos invitados se fueron, Tzuyu y Minju lo miraron antes de reír al unísono y sentarse a su lado.

—¿Y Minho?—

—Fue a despedir a sus amigos.— Sonrió levemente.

—¿Los has conocido ya?— Preguntó Tzuyu, Felix negó con su cabeza.

—Hablamos un poco recién, pero como tal aún no, Minho quería darme mi tiempo para esas cosas. Ya estoy listo, supongo.— Sonrió.

—Sus amigos son un poco escandalosos. Recuerdo que cuando era pequeña cortaron mi cabello con tijeras que ni siquiera tenían filo.— Habló Minju entre dientes. —¿Cómo mierda hicieron eso?—

—Ahhh... los mocosos son mocosos como quieran.— Susurró un rubio bastante cansado, sus ojos se cerraban por sí solos.

Minho entró después de unos minutos y sonrió al ver a su esposo recostado en el sillón decorativo. Los empleados de limpieza empezaron a invadir el lugar por lo que se acercó a quienes estaban cómodamente tirados en la superficie acolchonada.

—¿Están cómodos?—

—Sí.— Hablaron dos al unísono, Felix ya estaba dormido.

—Tu esposo es tan tierno, Minhonnie ¿Quién diría que lograrías que te ame?— El nombrado suspiró embobado antes de cargarlo en sus brazos.

—Ahora me encargaré de ser un buen alfa y que me ame para siempre.—

—Eww, cursi.— Agregó Minju.

—Islas Maldivas, Islas Maldivas, Islas Maldivas... Islas Maldivas.— Canturreaba el rubio mientras preparaba sus maletas.

En dos días abandonaban Corea para viajar directo a Male, donde se ubicaban estas preciosas islas. Felix estaba más que emocionado, Minho, como consecuencia, también lo estaba. Adoraba ver a su omega feliz y buscaba cualquier cosa para aumentar aquella felicidad.