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Sus lágrimas no cesaban, sentía el corazón doler con fuerza y el sentimiento de insuficiencia volvió a aparecer en su ser golpeándolo sin piedad alguna

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Sus lágrimas no cesaban, sentía el corazón doler con fuerza y el sentimiento de insuficiencia volvió a aparecer en su ser golpeándolo sin piedad alguna. No sabía quién era el hijo de puta que había publicado aquella foto, no entendía la necesidad de arruinar lo que por tantos años había cuidado.

El omega jamás lo había visto llorar de esa forma tan desconsolada como si no hubiese arreglo alguno a lo que acababa de pasar, no sabía qué hacer; si abrazarlo, si irse, si gritarle que se calmara o besarlo para que se centrara en algo más.

Bueno, la última opción quizá era la que él quería pero no la que Minho necesitaba en ese momento.

Se acercó lentamente a la cama donde el alfa se encontraba acostado y se sentó en silencio dejando que se desahogue mientras acariciaba su espalda y le repetía que todo estaba bien.

Fue unos minutos después que se encontraron ambos más pegados, Minho  recostado sobre los muslos de Felix y este último acariciando su cabello en lo que las lágrimas paraban.
Había notado que Minho había entrado en una especie de ataque de pánico, sus manos seguían temblando y soltaba jadeos de pronto como si le faltara el aire al recordar, la habitación se inundó de aquella menta amarga poco gustosa de olfatear.

—Honnie...— Habló después de un rato mientras su índice se paseaba con suavidad por sus mejillas, secó sus lágrimas y lo miró con detenimiento, le ponía sensible verlo así —¿Qué tienes?— La pregunta no fue muy exacta y eso lo hizo molestar a sí mismo. —Es decir... D-desahógate, necesito entender lo que acaba de suceder.—

Un suspiro exhausto abandonó los labios del alfa y el mismo se sentó mirándolo con debilidad, sus ojos rojos hicieron alarmar al menor, detestó tanto verlo en ese estado que quiso lanzarse a abrazarlo y a prometerle que todo estaría bien. Pero no lo hizo, quería escucharlo.

—Cuando era pequeño ellos decían que todo lo que yo tenía era una cara
bonita.— Comenzó a contar y el omega no hizo más que jugar con su anillo mientras lo escuchaba. —Cuando era pequeño era genial porque... todos me halagaban ¿A quién no le gusta que lo halaguen?—

Felix asintió un poco, sentirse halagado era lo mejor del mundo, él se sentía mejor incluso si el halago era sobre su apariencia.

—Pero cuando crecí todo cambió... Yo siempre fui estudioso, pero aún así me decían que los profesores me aprobaban porque yo era lindo.— Pensó un poco.
—Cosa que era... verdadera, en cierto modo. Cuando los problemas se intensificaron tuve un periodo donde no estudiaba ni pisaba la escuela... Aún así todos mantuvieron mis notas altas.—  Murmuró incómodo. —Cuando pintaba nadie le prestaba atención a la pintura, me tomaban la foto a mí y no al
cuadro.—

—¿Tu problema en serio es que... eres bonito?— Preguntó incrédulo, es decir, claro que Minho era lindo, a sus ojos podía decir que nunca había visto a alguien tan simétrico y malditamente atractivo. —Eso es algo que deberías disfrutar, Min... No sufrir.—

DLMLU [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora