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Las risitas nerviosas y juguetonas hacían eco en la habitación de aquellos dos

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Las risitas nerviosas y juguetonas hacían eco en la habitación de aquellos dos. Minju y Tzuyu se habían ido hacía quizá una media hora y Minjo no dejó el tiempo agotarse. Le dijo a Felix que se encargaría pronto de él y ese era exactamente su plan.

Los besos comenzaron a sonar y las mejillas del rubio se tiñeron cuando notó las intenciones perversas que su mayor tenía. Unieron sus labios lentamente y se abrazaron al caer en la cama. La posición no duró mucho más, Minho se encargó de dejar a Felix recostado encima suya e intensificó aquel beso.

—Minho.— Jadeó el pecoso sintiendo todo su cuerpo timbrar nervioso, el nombrado sonrió en respuesta.
—H-hey...—

Minho mordió el pomposo labio inferior del omega y éste suspiró como consecuencia, la vergüenza lo consumía pero aún así no quería detenerse. Estaban a solo horas de su boda, en menos de veinticuatro ya estarían en el altar dándose el sí mutuo. El alfa parecía querer aprovechar cada momento y Felix no se quejaba en lo absoluto. Las manos suaves del castaño se hicieron espacio entre las prendas del menor, los pezones del mismo fueron rodeados por sus dedos y lo hizo gemir placenteramente.

Se despojaron de sus prendas con paciencia, nadie los apuraba, se acariciaban el uno al otro, las manos de Felix temblaban pero eso no le impedían mimar a su acompañante.

El rubio fue guiado a los segundos, Minho le pidió moverse sobre él con solo agarrar firmemente sus caderas; Felix comprendió y comenzó a hacer movimientos circulares que deleitaron en cantidad a su mayor.

—Eso es, bebé.—

Felix gimió, adoraba aquellos apodos que Minho le ponía. Le daban ternura y lo encendían a la vez. Tomó los hombros del mayor y se movió con más presión robando sonidos obscenos de sus labios rosados, escucharlo gemir o jadear era como una caliente melodía que deseaba escuchar todo el tiempo.

—¿N-no podías e-esperar a la luna de miel?— Jugueteó, el castaño rió bajo.

—En la luna de miel todo será mas grande, más especial. Te haré mío por completo, Felix, te haré mío.— Susurró lo último en un tono deseoso, el omega tembló con el mismo deseo. —¿Verdad? me dejarás hacerlo.—

Felix sabía perfectamente a lo que se refería, por supuesto que lo sabía. ¿Qué debía decir? Minho lo anhelaba y él... sinceramente, también lo hacía. Estaba cansado de prohibirse amar, de prohibirse sentir, era hora de soltar y comenzar una nueva historia donde el amor sobraba y la felicidad rebalsaba.

—Lo harás, Minhonnie.— Le robó un suave beso mientras se posicionaba mejor para poder masturbar a su prometido. —M-me harás completamente tuyo.—

Minho sonrió, la emoción en sus ojos era clara y Felix se conmovió de solo verlo. Saber que alguien estaba esperando por él lo hacía sentir especial, para Minho lo era y eso era suficiente para él.

DLMLU [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora