DLMLU [Minlix]

15

—¿Lix, cariño?— Enarcó una ceja.
—¿Estás ahí? Preguntó divertido al verlo tan perdido mirando un punto fijo.—

El omega se exaltó al ver una mano pasar por sus ojos, miró hacia arriba encontrándose con Minho acompañado de una expresión bastante curiosa.

—¿En qué piensas, lobito?—

—Huh, lo siento.— Sonrió tímidamente. —Solo... en lo que hablamos antes, es todo.— Mintió.

No iba a admitir que se habia sentado media hora en su cama solo para recordar aquella tarde de pasión que habían tenido días atrás.

El alfa se sentó a su lado y lo miró en silencio, hasta que fue Felix quien lo rompió.

—Christopher no ha dejado de
llamarme.— Miró sus manos. —Pero no me siento listo para atender el teléfono ¿Sabes? es tan... asquerosa la manera en que me siento.—

—Lo sé y lo entiendo, Felix.— Habló Minho y acarició su espalda en muestra de apoyo. —Creo que estaría igual o peor si algo así me hubiese pasado, tu eres demasiado fuerte.— Asintió.

Los brazos del menor lo rodearon sin dar tantas vueltas al asunto formando así un lindo abrazo entre ambos. Felix le sonrió tímidamente, Minho notaba el dolor que sus ojos cargaban pero decidió no seguir insistiendo en ese tema.

—No me siento bien hablando de eso, pero está bien si estás aquí.— Soltó en un tono suave. —Es como si el dolor de pronto desapareciera, me haces sentir cálido, Min.—

—Es lo que un alfa provoca a su omega, bonito.— Jugó con una sonrisa leve sin dejar de mirar los ojos cristalizados del más chico.

Felix sonrió unos pocos segundos.

Su alfa.

A pesar de todo, Minho era su alfa y seguiría estando para él, para apoyarlo y consolarlo siempre que fuera necesario.

—Quiero ir a hablar con ese chico.—

—¿Hm?—

—Jeongin, necesito hablar con Jeongin.— Jugó con sus dedos algo nervioso.
—Quiero que me cuente como son las cosas y... eso.— Sus ojos volvieron a enfocar al alfa. —No estoy listo para lo que voy a escuchar.— Sinceró. —Pero las cosas ya sucedieron y... La verdad no tiene sentido seguir ignorando a Christopher, sería mejor solo... Decirle que lo sé todo.—

Minho asintió tomando la mano del omega para dejar en sus nudillos cerca de su anillo de compromiso un casto beso.

—Te espero en el auto, lobito.—